Negligencia médica en cirugía bariátrica
Negligencia médica en cirugía bariátrica: qué es, errores habituales, plazos en España y pasos para reclamar indemnización con pruebas y peritaje adecuados
Índice
- Qué es negligencia médica en cirugía bariátrica
- Indicación, consentimiento informado y deber de informar
- Errores preoperatorios y selección de pacientes
- Fallos intraoperatorios y técnica quirúrgica
- Complicaciones postoperatorias y seguimiento
- Documentación, pruebas y peritaje médico
- Plazos y vías de reclamación en España
- Conceptos indemnizatorios y cálculo de daños
- Pasos para reclamar y elegir abogado
- Preguntas frecuentes
Qué es negligencia médica en cirugía bariátrica
La cirugía bariátrica incluye procedimientos como el bypass gástrico, la gastrectomía vertical en manga, el cruce duodenal o técnicas restrictivas y malabsortivas combinadas. Se realizan para tratar la obesidad severa y sus comorbilidades cuando fracasan las medidas conservadoras. Hablamos de negligencia médica en cirugía bariátrica cuando la actuación del equipo sanitario se aparta de la lex artis ad hoc, es decir, del estándar profesional exigible en cada fase: evaluación preoperatoria, indicación, técnica quirúrgica, control postoperatorio y seguimiento a medio y largo plazo.
No toda complicación implica negligencia. Estos procedimientos, incluso bien indicados y ejecutados, conllevan riesgos inherentes como fugas anastomóticas, tromboembolismo, hemorragias, estenosis o déficits nutricionales. La clave jurídica reside en determinar si se incumplieron protocolos aceptados, si hubo demora injustificada en el diagnóstico y tratamiento de una complicación, si faltó consentimiento informado adecuado o si existieron deficiencias organizativas del centro que aumentaron el riesgo evitable.
En España, la responsabilidad puede ser contractual o extracontractual según el vínculo con el centro privado y, en el ámbito público, patrimonial de la Administración sanitaria. El análisis se centra en si el daño era previsible y evitable con una actuación diligente y si existe relación causal entre el incumplimiento y las lesiones. Por ello, la recopilación de historia clínica completa y la valoración pericial especializada en cirugía bariátrica son esenciales para sostener la reclamación.
Idea clave: Complicación no equivale a negligencia; negligencia es apartarse del estándar profesional provocando un daño que pudo evitarse con medios y tiempos adecuados.
Indicación, consentimiento informado y deber de informar
La correcta indicación es el primer pilar. Las guías clínicas exigen valorar índice de masa corporal, comorbilidades (diabetes tipo 2, apnea del sueño, hipertensión, dislipemia), intentos previos de pérdida de peso y estabilidad psicológica. Indicar una cirugía bariátrica a un paciente sin criterios o con contraindicaciones no controladas (por ejemplo, trastornos de la conducta alimentaria activos o falta de adherencia) puede considerarse un apartamiento de la lex artis si termina en un resultado lesivo que estaba dentro de los riesgos previsibles de una indicación inadecuada.
El consentimiento informado debe ser personalizado, comprensible y entregado con antelación suficiente. Debe explicar la técnica propuesta, alternativas (incluido no operar), riesgos frecuentes y graves —aunque sean infrecuentes—, y el plan de seguimiento. La falta de consentimiento o uno genérico e insuficiente abre la puerta a responsabilidad por vulneración de la autonomía del paciente y, en ocasiones, a indemnización incluso si la técnica fue correcta, especialmente cuando se materializa un riesgo no explicado adecuadamente.
Informar no es un trámite formal: requiere entrevista clínica, comprobación de comprensión y documentación por escrito firmada. También es relevante entregar instrucciones claras de preparación preoperatoria y advertir signos de alarma tras el alta (fiebre, dolor persistente, taquicardia, dificultad para tolerar líquidos), cuya omisión puede retrasar la consulta urgente y agravar una complicación tratable.
- Consentimiento informado específico de la técnica y del centro.
- Explicación de riesgos graves: fuga, hemorragia, trombosis, deficiencias.
- Alternativas terapéuticas razonables y plan de seguimiento multidisciplinar.
Errores preoperatorios y selección de pacientes
El periodo preoperatorio exige una evaluación integral por un equipo multidisciplinar (cirujano, anestesista, endocrinología/nutrición, psicología, enfermería). Errores frecuentes que se consideran negligentes incluyen omitir pruebas básicas (analítica con perfil nutricional, ecografía/TC cuando procede, endoscopia digestiva alta), no optimizar comorbilidades (mal control glucémico, anticoagulación mal manejada) y no evaluar la capacidad de adherencia del paciente a la dieta y suplementos posteriores.
Elegir una técnica no adecuada al perfil del paciente también puede ser reprochable. Por ejemplo, una gastrectomía en manga en pacientes con reflujo gastroesofágico severo puede agravar los síntomas; en determinados casos, un bypass puede ser preferible. La falta de evaluación del riesgo tromboembólico y la ausencia de profilaxis ajustada (farmacológica y mecánica) aumentan el riesgo de embolia pulmonar, una de las complicaciones más graves y potencialmente evitables.
Asimismo, un programa preoperatorio de pérdida de peso, educación nutricional y cese de tabaquismo reduce complicaciones. No ofrecerlo ni registrarlo, cuando es el estándar del centro, dificulta justificar que se aplicaron todas las medidas preventivas. Desde la perspectiva legal, la documentación clara de estas actuaciones es determinante a la hora de acreditar que no existió negligencia o, en su caso, que sí la hubo al omitirse.
Pista práctica: Solicite copia de la historia clínica preoperatoria. La ausencia de pruebas clave o planes de optimización puede apuntalar la reclamación por negligencia médica en cirugía bariátrica.
Fallos intraoperatorios y técnica quirúrgica
Durante la intervención, la seguridad depende de una técnica depurada, la correcta identificación anatómica y el cumplimiento de listas de verificación. Entre los fallos que suelen generar reclamaciones se encuentran la sección o lesión de estructuras no diana, un grapado defectuoso, tensión excesiva en la línea de sutura, sangrados no controlados o conteos incorrectos de material quirúrgico. La ausencia de pruebas de estanqueidad intraoperatorias, cuando forman parte del protocolo, puede agravar el riesgo de fugas no detectadas.
La elección del abordaje (laparoscópico, robótico, abierto) debe considerar la experiencia del equipo y las características del paciente. Convertir a cirugía abierta no es un fracaso si mejora la seguridad; retrasar injustificadamente esta decisión puede aumentar complicaciones. Igualmente, los fallos de coordinación entre cirujanos y anestesia o la no disponibilidad de hemoderivados y recursos críticos son imputables a la organización del centro cuando eran previsibles.
El parte quirúrgico debe reflejar incidencias, tiempos, dispositivos utilizados y soluciones adoptadas. Su análisis por un perito es capital para valorar si la técnica aplicada fue acorde al estándar. Cuando hay opacidad o carencias en el registro, los tribunales pueden invertir la carga probatoria o presumir deficiencias organizativas, especialmente si el daño es típico de un error técnico evitable.
- Chequeo de seguridad quirúrgica completado y archivado.
- Prueba de estanqueidad de línea de sutura cuando proceda.
- Registro detallado de incidentes y material empleado.
Complicaciones postoperatorias y seguimiento
El postoperatorio inmediato es crítico. Signos como taquicardia persistente, fiebre, dolor abdominal intenso o dificultad para progresar la dieta pueden anunciar fugas, hemorragias o estenosis. La negligencia suele residir en no reconocer a tiempo estas señales, demorar pruebas (analítica, TAC con contraste, endoscopia) o no reintervenir cuando el cuadro lo exige. En centros con alta rotación, la falta de protocolos de alarma y vías clínicas para pacientes bariátricos multiplica el riesgo.
A medio y largo plazo, las deficiencias vitamínicas y proteicas, la deshidratación, las hernias internas y la hipoglucemia postprandial requieren seguimiento estructurado. No indicar suplementos, no programar controles y no derivar a nutrición o psicología puede considerarse incumplimiento del deber de cuidado. También es relevante la educación al alta: entregar guías claras sobre hidratación, progresión dietética y actividad, y explicar cuándo acudir a urgencias.
Desde el prisma jurídico, la pregunta es si una actuación diligente habría evitado o mitigado el daño. Una fuga diagnosticada 48 horas antes, con antibióticos y drenaje oportunos, suele evolucionar mejor que una detectada tarde. Por ello, los tiempos de respuesta y la trazabilidad de decisiones clínicas son elementos probatorios centrales en reclamaciones por negligencia médica en cirugía bariátrica.
Consejo al paciente: Anote síntomas, fechas y profesionales que le atendieron; esa cronología concreta ayuda a demostrar retrasos diagnósticos o de tratamiento.
Documentación, pruebas y peritaje médico
La base de una reclamación sólida es documental. Solicite copia íntegra de la historia clínica: informes de consultas, consentimientos, pruebas preoperatorias, parte anestésico, parte quirúrgico, hojas de enfermería, analíticas, radiología, interconsultas, órdenes médicas y registros de llamadas o visitas a urgencias. Si hubo traslados a otros centros, pida también esas historias. Los huecos documentales pueden ser tan elocuentes como lo escrito, especialmente cuando faltan consentimientos específicos o registros de constantes en horas clave.
El peritaje debe confeccionarse por especialistas con experiencia en cirugía bariátrica. Analizará si existió desviación de la lex artis, si el daño era previsible y evitable, y establecerá el nexo causal con argumentos clínicos y bibliografía. En casos complejos, se recomienda informe de valoración del daño corporal para cuantificar secuelas, incapacidades temporales, necesidades de ayuda de tercera persona y repercusión laboral.
Las pruebas complementarias incluyen imágenes, analíticas seriadas y evolución clínica. La reconstrucción cronológica con tabla de eventos ayuda a visualizar retrasos diagnósticos. También es útil un dictamen de nutrición sobre déficits por falta de seguimiento y de psicología si hubo afectación emocional relevante. Toda esta evidencia se traslada a la reclamación previa o demanda, acompañada de facturas, justificantes y fotografías de cicatrices o estomas si existieron.
- Historia clínica completa y certificada.
- Informe pericial de cirugía bariátrica y valoración del daño corporal.
- Diario de síntomas, gastos y repercusión laboral.
Plazos y vías de reclamación en España
Los plazos dependen del ámbito. En centros públicos, la vía es la responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria, que exige presentar reclamación administrativa en el plazo legal desde la consolidación del daño. En la sanidad privada, la reclamación puede ser contractual frente al centro y profesional o extracontractual, con plazos que, según el caso, son más breves de lo que muchos pacientes imaginan. La prescripción puede interrumpirse mediante reclamación extrajudicial fehaciente, lo que conviene realizar cuanto antes para preservar derechos.
También cabe la vía penal cuando los hechos revisten gravedad (lesiones por imprudencia, omisión de socorro), si bien suele reservarse a supuestos excepcionales y requiere un estándar probatorio más exigente. La mediación o conciliación sanitaria pueden ser alternativas, especialmente cuando el centro muestra disposición a reparar el daño y existe acuerdo sobre la desviación de la lex artis.
Es esencial identificar a todos los potenciales responsables: cirujano, anestesista, equipo de guardia, centro hospitalario y aseguradoras. En algunos casos, la responsabilidad es solidaria. Un asesoramiento jurídico temprano permite elegir la vía adecuada, calcular plazos reales y gestionar informes periciales sin dilación.
Alerta de plazo: No espere al informe definitivo de secuelas para consultar. La preparación de la reclamación y la interrupción de la prescripción deben iniciarse cuanto antes.
Conceptos indemnizatorios y cálculo de daños
La indemnización pretende restituir, en lo posible, el daño sufrido. Incluye daño corporal (lesiones temporales, secuelas, cicatrices), daño moral, lucro cesante y daño emergente (gastos médicos, farmacéuticos, desplazamientos, cuidados). En casos con pérdida de capacidad laboral, pueden reclamarse diferencias salariales, adaptaciones de puesto o prestaciones dejadas de percibir. Cuando la negligencia produce discapacidad relevante, se valora también la necesidad de ayuda de tercera persona y adecuación de vivienda.
El cálculo se apoya en baremos y criterios de valoración del daño corporal, informes periciales y documentación económica. En cirugía bariátrica, son frecuentes las secuelas por estenosis, reflujo severo, desnutrición crónica, hernias internas o complicaciones por fugas anastomóticas. También debe ponderarse el impacto psicológico y estético, especialmente si hubo reintervenciones, estomas temporales o cicatrices hipertróficas.
Un aspecto relevante es la pérdida de oportunidad: cuando una atención diligente habría incrementado de forma significativa la probabilidad de un mejor resultado. En ese supuesto, la indemnización puede modularse proporcionalmente al porcentaje de oportunidad perdida, sustentado en literatura médica y juicio experto pericial.
- Daño corporal y moral documentado y cuantificado.
- Gastos presentes y futuros con justificantes.
- Valoración de pérdida de oportunidad cuando corresponda.
Pasos para reclamar y elegir abogado
El primer paso es asegurar su recuperación clínica. En paralelo, recopile la historia completa y contacte con un despacho especializado en negligencias médicas y cirugía bariátrica. Un análisis preliminar debe valorar viabilidad jurídica, estimar plazos y proponer una estrategia probatoria. Pida claridad sobre honorarios, provisiones de fondos y cobertura por su póliza de defensa jurídica si la tiene.
El segundo paso es encargar el peritaje médico, preferiblemente a especialistas con experiencia quirúrgica bariátrica y conocimiento de protocolos hospitalarios. El informe debe responder a tres preguntas: si hubo desviación del estándar, si existe nexo causal con el daño y cómo cuantificarlo. Con esta base, su abogado remitirá una reclamación previa a aseguradoras y centros o presentará la demanda por la vía idónea, solicitando medidas como el aseguramiento de historias y registros electrónicos.
Durante el proceso, es útil mantener una carpeta organizada con cronología de hechos, síntomas, citas, ingresos, bajas laborales y gastos. La constancia y la precisión fortalecen su posición negociadora. Muchos asuntos se resuelven mediante acuerdo extrajudicial cuando el caso está bien fundamentado, lo que acorta tiempos y reduce el desgaste emocional para el paciente y su familia.
Checklist rápido: historia clínica completa, informe pericial, cronología, justificantes de gastos, evaluación de secuelas y propuesta indemnizatoria inicial.
Preguntas frecuentes
¿Toda fuga anastomótica implica negligencia? No. La fuga es un riesgo inherente incluso con técnica correcta. La negligencia puede residir en su prevención, detección o tratamiento tardío. Si existieron signos de alarma no atendidos o demoras injustificadas en pruebas y reintervención, es más probable que exista responsabilidad.
¿Qué ocurre si no firmé un consentimiento específico? La ausencia de consentimiento informado adecuado vulnera su derecho a decidir. Aunque la técnica fuese correcta, si se materializa un riesgo no explicado, puede existir responsabilidad por daños morales y, según el caso, también por el daño corporal derivado.
¿Puedo reclamar si me operaron en la sanidad pública? Sí. La vía es la responsabilidad patrimonial de la Administración. Requiere reclamación administrativa previa dentro del plazo legal, acompañada de historia clínica, informe pericial y documentación de daños.
¿Cuánto tarda un procedimiento y se suelen firmar acuerdos? Depende del caso y de la jurisdicción. Muchos asuntos bien documentados concluyen en acuerdos con aseguradoras antes de juicio. La negociación se fortalece con un peritaje sólido y una cuantificación clara de daños.
¿Qué debo hacer justo después de una complicación? Acudir a urgencias, exigir valoración por cirugía, solicitar pruebas adecuadas y conservar informes y resultados. Posteriormente, pida su historia clínica y consulte a un abogado especializado para proteger plazos y pruebas.
- Conserve toda la documentación y comunicaciones con el centro.
- Solicite asesoramiento jurídico y pericial cuanto antes.
- Registre síntomas, fechas y profesionales intervinientes.
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