Negligencia en aumento de pecho: cómo reclamar

Negligencia en aumento de pecho: cómo reclamar

Publicado el 01 de agosto de 2025


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Qué es negligencia en aumento de pecho

La negligencia en aumento de pecho se produce cuando, durante la evaluación, la cirugía o el postoperatorio, el profesional o la clínica incumplen los estándares exigibles de la práctica médico-quirúrgica y ese incumplimiento causa un daño físico o moral a la paciente. Al tratarse de una intervención de cirugía estética –normalmente no necesaria para la salud– la obligación del profesional tiende a ser más exigente en términos de información y de resultado esperable, aunque cada caso debe analizarse individualmente. No toda complicación implica mala praxis: hay riesgos inherentes que, si fueron correctamente explicados y se actuó conforme a la lex artis, no generarán responsabilidad.

Ejemplos frecuentes incluyen: elección inadecuada del implante o de la vía de acceso sin valorar correctamente la anatomía; mala planificación del bolsillo que provoca asimetrías severas; errores de esterilidad que derivan en infección; hemostasia deficiente con hematomas importantes; desatención en el seguimiento postquirúrgico; o ausencia de información clara sobre riesgos como contractura capsular, rotura de implante, cicatrices hipertróficas, alteraciones de la sensibilidad o necesidad de reintervenciones.

Para determinar si hay negligencia, se valoran tres elementos: conducta culposa (acción u omisión contraria a la diligencia exigible), daño (lesión corporal, secuela estética, dolor, ansiedad, lucro cesante) y nexo causal (relación entre la conducta y el perjuicio). Si faltara alguno, la reclamación puede fracasar. Por eso es clave reunir desde el principio documentación clínica completa, fotografías comparativas y un peritaje médico independiente que analice el expediente y la técnica utilizada.

Idea clave: Complicación no es sinónimo de negligencia; la diferencia está en si se actuó conforme a los protocolos y si la paciente fue informada de riesgos, alternativas y cuidados.

  • Deber de información reforzado en cirugía estética.
  • Evaluación preoperatoria completa y personalizada.
  • Seguimiento postoperatorio diligente y documentado.

Señales de mala praxis tras la cirugía

Tras un aumento mamario, ciertas señales pueden alertar sobre mala praxis o, al menos, sobre una evolución no controlada. Entre las más habituales están: asimetrías marcadas que no mejoran con el paso de las semanas; desplazamiento o rotación del implante; contractura capsular temprana con dolor y dureza; signos de infección (fiebre, enrojecimiento progresivo, secreción purulenta) sin tratamiento oportuno; cicatrices anómalas por tensión indebida; cambios severos de sensibilidad que no fueron informados; o falta de pautas claras de curas y restricciones que derive en complicaciones evitables.

También son relevantes conductas de la clínica: dificultad para acceder a tu historia clínica, ausencia de revisiones programadas, respuestas tardías a incidencias o mensajes que minimizan problemas evidentes sin exploración adecuada. Si te indican “es normal” ante dolor intenso, fiebre o deformidad evidente sin valorar pruebas, toma nota de fechas y comunicaciones; esa cronología será de gran utilidad en una eventual reclamación por negligencia en aumento de pecho.

  • Dolor persistente y localizado con signos inflamatorios.
  • Deformidad, desplazamiento o “doble surco”.
  • Secreción, mal olor, apertura de herida.
  • Pérdida de sensibilidad o hipersensibilidad incapacitante.
  • Falta de radiografías/eco cuando hay sospecha de rotura.

Qué hacer ante señales de alarma: solicita cita inmediata, exige que conste en la historia, pide segunda opinión y conserva fotos con fecha. Si sospechas infección o rotura, acude a urgencias y guarda informes.

Recuerda que la cirugía tiene una curva de recuperación: hematomas y edema iniciales son esperables. Lo relevante es si la clínica reacciona con diligencia, solicita pruebas complementarias cuando procede y ofrece soluciones proporcionadas. La inacción, la minimización injustificada o la negativa a documentar incidencias son, por sí mismas, indicadores de un servicio por debajo del estándar.

Plazos de reclamación y prescripción

Los plazos de prescripción dependen del tipo de relación y del régimen jurídico aplicable (responsabilidad contractual, extracontractual, sanitaria pública o privada, consumo, etc.). En la práctica, la mayoría de aumentos de pecho se realizan en el ámbito privado bajo contrato con la clínica o el cirujano. Es habitual que la acción sea contractual, con un plazo que se computa desde que el daño es evaluable y el tratamiento se considera concluido o estabilizado. Si intervienen pólizas de seguro, los plazos pueden variar según la normativa aplicable y el tipo de cobertura.

Por ello, es esencial actuar con agilidad: pide tu historia clínica completa cuanto antes, agenda valoración pericial y comunica por escrito tu disconformidad. La reclamación extrajudicial interrumpe la prescripción si cumple ciertos requisitos formales, pero no conviene apurar. Un peritaje sólido tarda semanas y, si se precisa reintervención, documentar el antes y el después puede ser determinante para el nexo causal y la cuantificación de la indemnización.

Consejo práctico: solicita por escrito tu historia clínica y las hojas de consentimiento; anota la fecha de cada requerimiento. Conserva acuses de recibo y comunicaciones; son claves para acreditar interrupciones de plazo y buena fe.

  • Identifica el régimen: contractual/consumo vs. extracontractual.
  • Calcula el dies a quo: estabilización de secuelas o alta.
  • Interrumpe plazos con burofax o requerimiento fehaciente.
  • No retrases el informe pericial: es la base de la demanda.

Aunque los pormenores legales pueden cambiar, el mensaje operativo es constante: no dejes pasar el tiempo. Incluso si priorizas tu recuperación o una corrección médica, paralelamente activa la vía documental para proteger tu derecho a reclamar por negligencia en aumento de pecho.

Pruebas médicas y documentales

La fortaleza de tu reclamación descansa en las pruebas. Empieza por solicitar la historia clínica completa: anamnesis, pruebas preoperatorias, planificación de la intervención, hoja de quirófano, implantes utilizados (marca, modelo, lote), notas de evolución y pautas postoperatorias. A ello se suman consentimientos informados, presupuestos, publicidad o promesas comerciales, y la comunicación mantenida (correos, mensajes, informes de revisiones). Las imágenes son cruciales: fotografías pre y postoperatorias con fecha, así como ecografías o resonancias si hay sospecha de rotura, seroma o contractura capsular.

El informe pericial independiente analizará si el diagnóstico, la técnica y el seguimiento se ajustaron a la lex artis. Para ello, el perito comparará tus pruebas con guías clínicas y estándares, valorará el nexo causal y cuantificará las secuelas estéticas y funcionales. Si has requerido tratamientos adicionales, guarda facturas, partes de baja, gastos de medicación, desplazamientos y horas de cuidado. Todo ello incide en el cálculo de la indemnización.

  • Historia clínica y consentimientos firmados.
  • Ficha de implantes: marca, modelo, volumen, lote.
  • Fotografías con línea temporal clara.
  • Ecografía/RM ante sospecha de rotura o seroma.
  • Facturas y justificantes de gastos y pérdidas.

Tip operativo: crea una carpeta cronológica (digital y física). Renombra archivos con fecha (AAAA-MM-DD) y breve descripción. Este orden facilitará el trabajo del abogado y del perito.

Cuanta más coherencia y trazabilidad presente tu dossier, más opciones tendrás de acreditar la negligencia en aumento de pecho y su impacto real en tu vida.

Cómo reclamar: vía extrajudicial y judicial

La reclamación suele iniciarse por vía extrajudicial con un requerimiento fehaciente a la clínica, cirujano y aseguradora. Este documento expone hechos, daños, bases legales y cuantificación provisional, y solicita una solución: reparación, reintervención sin coste (si es adecuado) y/o indemnización. En paralelo, puede promoverse mediación o una pericial conjunta. Si no hay acuerdo, se plantea la demanda judicial, normalmente por responsabilidad contractual, articulando la prueba documental y pericial reunida.

La fase probatoria es decisiva. El perito explicará la técnica, el estándar exigible y las desviaciones, y responderá a los informes contrarios. En ocasiones, conviene plantear medidas cautelares o solicitar exploración judicial del estado de las mamas antes de una cirugía correctora, para preservar la prueba. El objetivo no es solo obtener compensación, sino también reconocer el daño estético y psicológico derivado de la negligencia en aumento de pecho.

  • Requerimiento previo con plazo para responder.
  • Negociación y propuesta de acuerdo.
  • Demanda con informe pericial sólido.
  • Audiencia, práctica de prueba y sentencia.

Estrategia: no aceptes acuerdos apresurados sin peritaje. Una cifra rápida puede ser insuficiente frente a futuras reintervenciones o secuelas permanentes.

Contar con un equipo legal especializado en mala praxis estética aumenta la probabilidad de éxito, al dominar la casuística y las objeciones típicas de las aseguradoras.

Quién responde: cirujano, clínica y aseguradora

En un aumento de pecho intervienen varios actores que pueden ser responsables solidarios o subsidiarios. El cirujano plástico responde por sus actos profesionales y por la selección de técnica e implante adecuados. La clínica responde por la organización del servicio: medios, esterilidad, equipamiento, personal de enfermería y protocolos. La aseguradora cubre, dentro de los límites de la póliza, la responsabilidad civil derivada. Si hay fabricantes implicados (defecto del implante), podría activarse responsabilidad por producto, con su propia lógica probatoria.

La estrategia pasa por identificar correctamente el vínculo contractual (¿contrataste a la clínica o al cirujano?) y analizar la documentación: presupuesto, facturas, publicidad, consentimientos. En ocasiones, la clínica se presenta como mera intermediaria; otras, asume integralmente el servicio. Esta distinción incide en quién debe resarcir y en cómo se articula la reclamación por negligencia en aumento de pecho.

  • Cirujano: técnica y seguimiento clínico.
  • Clínica: medios, protocolos, personal y logística.
  • Aseguradora: cobertura y límites de póliza.
  • Fabricante: posible defecto de producto.

Clave táctica: llama a todos los potenciales responsables para evitar lagunas de cobertura y favorecer acuerdos globales que incluyan reintervenciones y compensaciones futuras.

Una correcta identificación de responsabilidades simplifica la negociación y reduce dilaciones procesales.

Indemnizaciones: conceptos y cálculo

La indemnización por negligencia en aumento de pecho busca restituir, en la medida de lo posible, el perjuicio causado. Incluye daños personales (dolor, sufrimiento, ansiedad), estéticos (asimetrías, cicatrices visibles, deformidades), funcionales (pérdida de sensibilidad, limitación para actividades), y patrimoniales (gastos médicos, reintervenciones, bajas laborales, desplazamientos, terapias psicológicas). La cuantificación se apoya en baremos y en la pericial, que asigna grados y duraciones a las secuelas.

Para una estimación consistente, se valora la necesidad de cirugías correctoras, el tiempo de recuperación adicional, el impacto en la vida personal y laboral, y la previsión de recambios de implantes si se acortó su vida útil por la mala praxis. Debe evitarse el “doble resarcimiento” y, al mismo tiempo, contemplar perjuicios futuros previsibles.

  • Daño estético: grado, visibilidad, edad y repercusión social.
  • Secuelas funcionales: sensibilidad, dolor crónico, movilidad.
  • Gastos: presentes y futuros, con facturas y presupuestos.
  • Pérdida de ingresos y lucro cesante acreditado.

Recomendación: acompaña la demanda de un presupuesto de corrección emitido por cirujano independiente; da solidez a la cuantía y facilita acuerdos.

La cifra final resulta de un conjunto de factores; más que “tablas fijas”, lo decisivo es la prueba de cómo las secuelas han alterado tu vida diaria.

Peritaje médico: importancia y proceso

El peritaje médico es el pilar probatorio en una reclamación por negligencia quirúrgica. Un especialista independiente en cirugía plástica revisará tu historia clínica, las imágenes y te explorará. Evaluará si la indicación, la técnica, los implantes y el seguimiento se ajustaron a la lex artis; valorará el nexo causal entre las desviaciones y las secuelas; y propondrá un plan de corrección con estimación de costes. En juicio, defenderá su informe y responderá a las preguntas de jueces y abogados, así como a la pericia de la contraparte.

El proceso incluye entrevista, examen físico, mediciones, revisión de fotografías pre y postoperatorias, y solicitud de pruebas complementarias (ecografía, RM) si procede. El dictamen pericial debe ser claro, didáctico y correlacionar cada hallazgo con la documentación clínica. También señalará si hubo consentimiento informado insuficiente y si la información comercial creó expectativas irreales.

  • Objetividad e independencia del perito.
  • Metodología: análisis documental, exploración y pruebas.
  • Conclusiones motivadas y cuantificación de secuelas.
  • Propuesta de tratamiento corrector y costes.

Buenas prácticas: facilita al perito un dossier ordenado, cronología de incidencias y preguntas concretas. Esto mejora la calidad del informe y su capacidad persuasiva.

Un peritaje sólido alinea la estrategia legal y ayuda a negociar con aseguradoras desde una posición de fuerza.

Prevención y consentimiento informado

La mejor forma de evitar una negligencia en aumento de pecho es la prevención. Exige una evaluación preoperatoria exhaustiva: expectativas realistas, estudio anatómico, elección de implante y vía de acceso, y explicación de riesgos y alternativas. El consentimiento informado no es un papel que se firma sin más; debe entregarse con tiempo, ser comprensible y específico (no genérico), recoger riesgos habituales (contractura capsular, seroma, rotura, cicatrices) y posibles complicaciones menos frecuentes. Solicita copias firmadas.

También importa la transparencia publicitaria: desconfía de garantizados “resultados perfectos” o precios sospechosamente bajos. Revisa la experiencia del cirujano, su colegiación y las credenciales de la clínica. Tras la operación, sigue cuidadosamente las pautas: reposo relativo, evitar esfuerzos, uso de sujetador postquirúrgico, higiene y revisiones. Si notas signos de alarma, acude sin demora.

  • Exige consentimiento específico y entregado con antelación.
  • Comprueba la experiencia y acreditación del equipo.
  • Sigue estrictamente el plan postoperatorio.
  • Documenta cualquier incidencia desde el primer día.

Recuerda: una buena información reduce riesgos y, si algo falla, te sitúa en mejor posición para reclamar y probar los hechos.

La prevención no elimina el riesgo, pero sí disminuye la probabilidad de daño y fortalece tu posición jurídica si necesitas reclamar.

Preguntas frecuentes

¿Toda complicación implica negligencia? No. Algunas complicaciones son inherentes a la cirugía. Para hablar de negligencia debe existir actuación contraria a la lex artis y un nexo causal con el daño. El peritaje determina esa diferencia.

¿Qué hago si sospecho rotura del implante? Acude a revisión o urgencias y solicita pruebas (ecografía/RM). Documenta síntomas y pide que todo conste en la historia. Conserva los informes: son clave para la reclamación.

¿Puedo aceptar una reintervención “gratuita” y seguir reclamando? Sí, siempre que no firmes renuncias generales. La corrección puede ser necesaria para tu salud y estética; negocia por escrito que no supone desistimiento de acciones.

¿Qué documentos son imprescindibles? Historia clínica completa, consentimientos, ficha de implantes, fotografías, pruebas de imagen, facturas y comunicaciones con la clínica. Ordena todo cronológicamente.

¿Cuánto puedo reclamar? Depende de las secuelas y gastos. El cálculo considera daño estético y moral, pérdidas económicas y tratamientos futuros. Un presupuesto de corrección y el informe pericial son determinantes.

Estas respuestas orientan de forma general. Para una estrategia precisa, reúne tu documentación y busca asesoramiento jurídico y pericial especializado en negligencia en aumento de pecho.

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