
Negligencia en aumento de pecho: reclamar indemnización
Publicado el 01 de septiembre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 12 min
Índice
- Qué es la negligencia en aumento de pecho
- Señales y pruebas para acreditar la mala praxis
- Responsabilidad médica y marco legal en España
- Pasos para reclamar indemnización
- Cómo se calcula la indemnización
- Plazos de prescripción y tiempos del proceso
- Documentación imprescindible y peritaje
- Negociación con la aseguradora y acuerdos
- Errores comunes y cómo evitarlos
- Preguntas frecuentes
Qué es la negligencia en aumento de pecho
La negligencia en aumento de pecho se produce cuando, durante una intervención de mamoplastia de aumento o en su posterior seguimiento, el profesional o el centro sanitario se aparta de la lex artis, esto es, de las reglas técnicas y de prudencia exigibles. En cirugía estética, además, suele existir una expectativa de resultado vinculada a la información y a la oferta realizada. La negligencia puede manifestarse por defectos en la indicación del procedimiento, en la técnica quirúrgica, en el manejo de las prótesis mamarias o en el control postoperatorio. El núcleo de una reclamación es acreditar que hubo una actuación incorrecta o una omisión relevante que causó un daño evitable.
Entre los supuestos frecuentes de mala praxis se encuentran la colocación inadecuada del implante (subglandular vs submuscular sin justificación clínica), el uso de prótesis defectuosas, la falta de medidas de asepsia, la ausencia de profilaxis antibiótica cuando procede, la lesión de estructuras vasculonerviosas, o la deficiente hemostasia que deriva en hematomas, infecciones o necrosis. También lo es una información preoperatoria incompleta: si la paciente no comprende riesgos previsibles, alternativas o expectativas realistas, el consentimiento informado podría ser inválido, y esa falta de información conlleva responsabilidad.
Las secuelas derivadas de una negligencia en aumento de pecho pueden ser estéticas (asimetrías, rippling marcado, contractura capsular severa, areolas desalineadas, cicatrices hipertróficas o queloides) y funcionales (dolor crónico, pérdida de sensibilidad, limitación de movimiento, complicaciones infecciosas). El daño moral por afectación de la imagen corporal y la autoestima es especialmente relevante. La indemnización busca restablecer, en lo posible, la situación anterior mediante compensación económica por las lesiones, el perjuicio estético, el lucro cesante, los gastos médicos y el apoyo psicológico necesario.
Idea clave: No toda complicación implica negligencia. Debe demostrarse un incumplimiento de la buena práctica o un déficit de información que haya sido causa del daño.
Señales y pruebas para acreditar la mala praxis
Detectar indicios de mala praxis en un aumento de pecho exige observar el curso clínico y recopilar evidencias desde el primer momento. Señales de alerta habituales son el dolor persistente que no cede con el tratamiento pautado, fiebre prolongada, enrojecimiento, secreción purulenta, dehiscencia de suturas, desplazamiento del implante, asimetrías notorias, contractura capsular precoz o un resultado estético muy inferior a lo razonablemente esperable tras una técnica correctamente realizada. La aparición de cicatrices muy anchas sin justificación, necrosis de piel o areola, e incluso la necesidad de reintervenciones tempranas, también merece una revisión técnica independiente.
Para acreditar la negligencia en aumento de pecho, la prueba documental es esencial. Solicita la historia clínica completa: informes preoperatorios, consentimiento informado, hojas de enfermería, medicación, parte quirúrgico, registro de la prótesis (marca, modelo, lote, número de serie), controles postoperatorios, curas y comunicaciones por escrito. Guarda todo recibo, presupuesto, publicidad y mensajes en los que se prometan resultados. Las fotografías de antes y después, con fechas, ayudan a objetivar cambios. Los informes de urgencias o de otro centro que haya atendido complicaciones aportan perspectiva externa.
La prueba pericial médico-legal es el pilar de la reclamación. Un perito especialista en cirugía plástica valora si existió desviación de la lex artis, si la información fue adecuada y si el nexo causal entre la actuación y el daño es sólido. Además, puede estimar la necesidad de tratamientos correctores futuros y su coste. Si hay sospecha de prótesis defectuosa, conviene preservar el implante explantado y recabar documentación del fabricante para valorar responsabilidad por producto. Finalmente, testimonios (enfermería, acompañantes) y un diario de síntomas ayudan a construir una narrativa coherente.
- Solicita por escrito la historia clínica y el número de serie de la prótesis.
- Fotografía evolución de heridas, hematomas, asimetrías y cicatrices.
- Conserva facturas, presupuestos y comunicaciones del centro.
- Encarga un peritaje independiente cuanto antes.
Responsabilidad médica y marco legal en España
En España, la responsabilidad derivada de una intervención de aumento de pecho puede ser contractual o extracontractual, según la relación con el centro o el profesional. En clínica privada, habitualmente se analiza como responsabilidad contractual por incumplimiento de las obligaciones de medios (actuar conforme a la lex artis) y, en su caso, de información. El centro sanitario suele contar con un seguro de responsabilidad civil que cubre los daños causados por sus profesionales. La figura del consentimiento informado es capital: si la paciente no fue informada de riesgos típicos, alternativas o expectativas realistas, la falta de información puede generar responsabilidad, incluso aunque la técnica aplicada haya sido correcta.
En cirugía estética, los tribunales valoran con especial rigor el deber de información, puesto que la finalidad es mejorar la apariencia y la decisión se basa, en gran medida, en expectativas. Ello no implica garantizar un resultado perfecto, pero sí ofrecer datos claros, personalizados y comprensibles. La documentación escrita, las explicaciones previas, el tiempo concedido para reflexionar y la coherencia entre publicidad y realidad clínica forman parte del análisis. Si el aumento de pecho se realiza en la sanidad pública, el régimen aplicable es el de responsabilidad patrimonial de la Administración, con particularidades procedimentales y plazos específicos.
También puede plantearse la responsabilidad del fabricante o distribuidor de la prótesis si existe defecto de producto: roturas tempranas, pérdidas de cohesividad o implantes retirados del mercado. En ese escenario, la reclamación se orienta a probar el defecto, el daño y el nexo causal. La concurrencia de culpas (por ejemplo, incumplimiento de revisiones indicadas) puede modular la cuantía. El objetivo es que la víctima de negligencia en aumento de pecho reciba una indemnización que cubra el perjuicio estético, los tratamientos necesarios, el daño moral y cualquier impacto laboral acreditado.
Recuerda: Centro, cirujano y aseguradora pueden ser responsables de forma solidaria según el caso. La estrategia procesal debe definir contra quién dirigir la acción.
Pasos para reclamar indemnización
Iniciar una reclamación por negligencia en aumento de pecho requiere método y documentación. El primer paso es solicitar por escrito la historia clínica íntegra y el etiquetado de las prótesis. Paralelamente, conviene pedir una segunda opinión médica para evaluar el estado actual, las secuelas y la necesidad de reintervención. En cuanto dispongas de los informes esenciales, encarga un peritaje médico-legal independiente. Ese informe analizará la técnica empleada, el cumplimiento del protocolo y la adecuación del consentimiento informado, y valorará el daño corporal y estético.
Con el peritaje, prepara una reclamación extrajudicial dirigida al centro y a su aseguradora. Este requerimiento debe describir los hechos, adjuntar pruebas y cuantificar de manera provisional la indemnización (o indicar que se hará tras nueva valoración). Da un plazo razonable de respuesta e invita a una salida negociada. Si no hay acuerdo o la oferta es insuficiente, se valora la vía judicial. En clínica privada, será una demanda civil; en sanidad pública, un procedimiento de responsabilidad patrimonial. Si hay posible defecto de producto, puede acumularse o iniciarse acción frente al fabricante o distribuidor.
Es fundamental preservar plazos y conservar evidencias. No te sometas a nuevas intervenciones correctoras sin documentar el estado previo con fotografías, informes y, si es viable, con exploración del perito. Las reintervenciones necesarias y los gastos asociados deberán reclamarse como daño emergente. Durante el proceso, mantén un registro de dolor, limitaciones y afectación psicológica, y apóyate en terapia si es preciso: los informes psicológicos respaldan el daño moral. Una estrategia sólida combina técnica médica, táctica negociadora y claridad en la cuantificación de perjuicios.
- Pide historia clínica y datos de prótesis cuanto antes.
- Obtén peritaje independiente y fotografías clínicas fechadas.
- Envía reclamación a centro y aseguradora con propuesta concreta.
- Valora acuerdo o demanda según respuesta y plazos.
Cómo se calcula la indemnización
La cuantía de la indemnización por negligencia en aumento de pecho se construye a partir de distintos conceptos. En primer lugar, el daño corporal y las secuelas: pérdida o alteración de sensibilidad, dolor crónico, contractura capsular, limitación funcional de hombro y brazo, o complicaciones infecciosas. Se miden en puntos o grados según baremos orientativos y peritajes. En segundo lugar, el perjuicio estético: asimetrías, irregularidades, cicatrices visibles, deformidad del polo superior o inferior, desplazamientos del implante o rippling marcado. Este perjuicio suele ponderar la visibilidad, extensión, simetría y posibilidad de corrección.
A ello se suman los gastos médicos ya incurridos (consultas, pruebas, medicación, curas, drenajes, tratamientos de cicatrices) y los costes de reintervención, incluyendo explantación, cambio de plano, capsulotomía/capsulectomía, recambio de prótesis y anestesia. Si la actividad laboral se ha visto afectada, se calcula el lucro cesante y el perjuicio por baja o limitación temporal. El daño moral, especialmente relevante en procedimientos estéticos, compensa la afectación psicológica, ansiedad, depresión o disminución de autoestima, y se apoya en informes profesionales.
La existencia de consentimiento informado deficiente puede incrementar la responsabilidad, al igual que la acreditación de prótesis defectuosa, que abre la vía de producto. En ocasiones, se reconoce también el coste de tratamientos complementarios (fisioterapia, terapia psicológica, prendas compresivas, láser para cicatrices) y gastos de desplazamiento. La clave está en presentar una cuenta de daños detallada, trazable y respaldada por informes y facturas. La negociación con la aseguradora girará en torno a la solidez del peritaje y a la previsión de éxito en juicio.
Consejo práctico: Elabora una tabla con todos los conceptos indemnizables, fechas, importes y documentos asociados. Facilita la revisión y mejora tu posición negociadora.
Plazos de prescripción y tiempos del proceso
Respetar los plazos es decisivo para que prospere una reclamación por negligencia en aumento de pecho. En el ámbito privado, la acción civil suele acogerse al plazo de prescripción aplicable a las acciones contractuales; en el ámbito de responsabilidad patrimonial sanitaria, rigen términos específicos desde la estabilización de las secuelas o la firmeza de la resolución administrativa. Dado que la determinación del dies a quo puede ser compleja (alta médica, conocimiento del daño, diagnóstico de la secuela, informe pericial), conviene interrumpir la prescripción mediante reclamaciones fehacientes y conservar prueba de su envío y recepción.
Los tiempos del proceso varían según carga de trabajo de los juzgados y la complejidad del asunto. Una fase extrajudicial bien preparada puede acortar plazos si hay voluntad de acuerdo. Si se inicia un procedimiento judicial, se suman meses para demanda, contestación, audiencia previa, prueba pericial y juicio. Aun así, una estrategia ordenada y una pericial sólida reducen imprevistos. En sanidad pública, la vía administrativa previa es obligatoria y añade etapas de tramitación y resolución antes de acudir a la jurisdicción contencioso-administrativa.
Para evitar sorpresas, elabora una cronología con fechas clave: intervención, complicaciones, consultas, diagnósticos, reintervenciones, solicitud de historia clínica, emisión de pericial, reclamación extrajudicial e interrupciones de prescripción. Esta línea de tiempo, además de ordenar el caso, permite explicar con claridad la evolución del daño y su descubrimiento, aspecto crítico a la hora de fijar el inicio de plazos. No pospongas la obtención de la historia clínica ni la pericial; son las piezas que determinan si compensa negociar o litigar.
- Interrumpe la prescripción con burofax o requerimiento fehaciente.
- Documenta el momento en que conociste el alcance real del daño.
- Planifica tiempos de peritaje y respuesta de aseguradora.
Documentación imprescindible y peritaje
La fortaleza de una reclamación por negligencia en aumento de pecho se mide por la calidad de su documentación. Empieza por la historia clínica: anamnesis, exploración preoperatoria, pruebas de imagen si existieron (ecografía, resonancia), evaluación de riesgos, consentimiento informado con firma y fecha, hoja quirúrgica detallada (técnica, plano de bolsillo, volumen de prótesis, incidencias), registro de marca y número de serie de los implantes, medicación y controles postoperatorios. Solicita copias legibles y comprueba que no falten hojas; de ser necesario, pide certificación de integridad.
Complementa con documentación económica: presupuestos, facturas de la intervención y de tratamientos posteriores, gastos de curas, antibióticos, analgésicos, masajes, fisioterapia, terapia psicológica y traslados. Añade las fotografías clínicas pre y postoperatorias con fecha y, si es posible, en posiciones estándar (frontal, oblicuas y perfil) para permitir comparativa objetiva. Conserva comunicados de la clínica, correos y mensajes, así como publicidad o promesas de resultados que puedan haber influido en tu decisión.
El peritaje médico-legal debe elaborarlo un especialista en cirugía plástica con experiencia en valoración del daño corporal. Este informe explicará si la técnica fue concordante con la lex artis, si el consentimiento fue completo y comprensible, y si existe nexo causal entre la actuación y las lesiones/ secuelas. También establecerá tratamientos correctores recomendables y estimará su coste. La claridad del peritaje es clave para negociar con la aseguradora y para que el juez comprenda el caso. Aporta, si procede, un informe psicológico que cuantifique la afectación anímica y su evolución, aspecto especialmente sensible en procedimientos estéticos.
Checklist rápido: historia clínica completa, etiquetas de prótesis, fotografías fechadas, facturas y recibos, comunicaciones del centro, peritaje de cirugía plástica y, si procede, informe psicológico.
Negociación con la aseguradora y acuerdos
Tras el requerimiento inicial, la aseguradora abrirá expediente, solicitará la historia clínica y puede proponer una valoración propia. Anticípate enviando un dossier claro: hechos, cronología, fotografías, informes y una propuesta de indemnización con desglose por conceptos (daño corporal, perjuicio estético, daño moral, gastos médico-quirúrgicos y lucro cesante). Mantén el foco en el nexo causal y en la falta de información o el incumplimiento técnico que tu peritaje ha identificado. Un planteamiento técnico y sobrio refuerza la credibilidad y acelera la negociación.
En muchas reclamaciones por negligencia en aumento de pecho, la vía del acuerdo extrajudicial es razonable si la oferta cubre adecuadamente todos los perjuicios. Valora no solo el importe, sino también plazos de pago, asunción de costes de reintervención (incluida elección de cirujano), y cláusulas de confidencialidad. Evita aceptar indemnizaciones sin haber calibrado con un perito tus secuelas y necesidades futuras: una cirugía de recambio, por ejemplo, puede requerir nuevos implantes, capsulotomía y gastos añadidos que deben estar dentro del acuerdo.
Si la oferta es insuficiente, la vía judicial permite un control más riguroso de la prueba, aunque supone mayores tiempos y costes. Una estrategia intermedia es mantener la negociación abierta incluso con el procedimiento en marcha, aprovechando hitos procesales (admisión de demanda, señalamiento de juicio, ratificación pericial) para reactivar conversaciones. La transparencia documental, la coherencia del relato y la firmeza en la cuantía justificada son los tres pilares para cerrar un acuerdo justo.
- Desglose claro de conceptos e importes apoyados en facturas e informes.
- Incluye en el acuerdo costes de reintervención y seguimiento.
- No firmes renuncias amplias sin recibir compensación adecuada.
Errores comunes y cómo evitarlos
Un error frecuente es esperar demasiado para solicitar la historia clínica y para encargar un peritaje. El tiempo borra huellas: curas sin fotografiar, implantes retirados sin registrar, mensajes que se pierden. Actúa pronto y por escrito. Otro fallo habitual es someterse a correcciones en el mismo centro sin documentar el estado previo o sin segunda opinión. Si finalmente reclamas, la clínica podría alegar que el resultado mejoró o que el daño se debe a una intervención posterior. Documentar cada paso evita esos vacíos.
También es común centrar la reclamación solo en el resultado estético, olvidando el déficit de información preoperatoria. En cirugía estética, un consentimiento informado incompleto es en sí mismo un eje de responsabilidad. Exige que te expliquen riesgos frecuentes (contractura capsular, hematoma, infección, asimetría, alteraciones de sensibilidad), alternativas (volúmenes, planos, tipos de prótesis, mastopexia asociada) y tiempos de recuperación. Igualmente, descuidar el daño moral y la necesidad de apoyo psicológico reduce la cuantía real del perjuicio sufrido.
Otro error es aceptar ofertas rápidas sin haber calculado el coste de reintervenciones y tratamientos futuros. Un acuerdo apresurado puede resultar insuficiente si más adelante necesitas capsulectomía, recambio de prótesis o tratamientos para cicatrices. Finalmente, no subestimes la importancia de la narrativa: una cronología clara, con pruebas ordenadas y mensajes respetuosos, transmite solvencia. Evita tonos acusatorios en comunicaciones tempranas; reserva los argumentos técnicos para el informe pericial y tu reclamación formal.
Evita estos fallos: demoras, falta de documentación visual, olvidar el consentimiento informado, minusvalorar daño moral y cerrar acuerdos sin proyección futura.
Preguntas frecuentes
¿Toda complicación tras un aumento de pecho es negligencia? No. Algunas complicaciones son riesgos inherentes incluso con una técnica correcta. La negligencia en aumento de pecho requiere demostrar desviación de la lex artis o falta de información suficiente, y que ello causó el daño. Un peritaje independiente ayuda a diferenciar complicación inevitable de mala praxis.
¿Qué hago si sospecho de prótesis defectuosa? Solicita el número de serie, marca y modelo, conserva el implante si hay explantación y pide informes del fabricante. Puede plantearse una acción por producto defectuoso, distinta o acumulable a la responsabilidad del centro. El perito valorará si el daño proviene del producto o de la técnica.
¿Puedo reclamar solo por falta de información? Sí. En procedimientos estéticos, un consentimiento informado deficiente puede generar responsabilidad, sobre todo si, de haber conocido riesgos y alternativas, habrías tomado otra decisión. Debes acreditar qué te informaron, cómo y cuándo, y el vínculo entre esa falta y el perjuicio sufrido.
¿Qué documentos son imprescindibles para empezar? Historia clínica completa, etiquetas de prótesis, fotografías antes/después, facturas y comunicaciones del centro. Con eso, encarga un peritaje de cirugía plástica para valorar viabilidad y cuantía aproximada de la indemnización.
¿Es mejor acuerdo o juicio? Depende de la oferta y de la solidez probatoria. Un buen acuerdo cubre daños presentes y futuros, y acorta tiempos. Si la aseguradora minimiza el caso o niega el nexo causal, el juicio permite un examen más riguroso de la prueba pericial.
- Recopila pruebas desde el primer síntoma.
- Consulta a un perito en cirugía plástica.
- Interrumpe plazos con requerimiento fehaciente.