Reclamar por daños en liposucción fallida

Reclamar por daños en liposucción fallida

Publicado el 01 de octubre de 2025


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¿Qué es una liposucción fallida?

Cuando hablamos de liposucción fallida nos referimos a aquellos resultados que se apartan de lo esperable conforme a la lex artis y a la información ofrecida al paciente antes de la intervención. No se trata únicamente de un resultado “no perfecto”; el eje jurídico es si existió una actuación negligente, un defecto en el consentimiento informado, una indicación inadecuada, una ejecución técnica deficiente o un seguimiento postoperatorio insuficiente que haya desencadenado daños. Los daños pueden ser estéticos (irregularidades, asimetrías, fibrosis, cicatrices hipertróficas), funcionales (dolor crónico, seromas persistentes, alteraciones de sensibilidad), e incluso vitales (infecciones graves, tromboembolismos). La clave para reclamar por daños en liposucción fallida es demostrar el nexo causal entre la actuación sanitaria y las consecuencias negativas, además de la previsibilidad y evitabilidad del daño.

En cirugía estética, la expectativa de resultado tiene matices: con frecuencia se considera una obligación de medios cualificada y, en determinados contextos (publicidad, promesas concretas), puede aproximarse a una obligación de resultado en cuanto a la consecución de una mejora estética razonable. Por eso, documentación como folletos, presupuestos, correos y la propia publicidad de la clínica son relevantes para definir qué se ofreció y qué se podía esperar. El estándar profesional también se evalúa: formación del cirujano plástico, acreditación del centro, cumplimiento de protocolos de seguridad y criterios de selección del paciente (IMC, comorbilidades, tabaquismo).

Otro elemento central es diferenciar complicaciones inherentes —aun con la mejor técnica— de aquellas que se producen por infracción de la diligencia exigible. La existencia de complicaciones no excluye responsabilidad si no se advirtieron adecuadamente o si su manejo fue tardío o incorrecto. Por eso, la estrategia probatoria combinará historia clínica, informes de urgencias y peritaje independiente para acreditar que el perjuicio era evitable de haberse actuado conforme a la buena praxis.

Punto clave: No toda insatisfacción es negligencia; pero si hubo falla técnica, falta de información o control inadecuado, puede configurarse responsabilidad e indemnización.

Fundamentos legales y derechos del paciente

El marco jurídico para reclamar por daños en una liposucción fallida se apoya, entre otros, en el régimen general de responsabilidad civil extracontractual (daño, culpa o negligencia y nexo causal) y, con frecuencia, en la responsabilidad contractual derivada del acuerdo de prestación de servicios con la clínica o el cirujano. La doctrina y jurisprudencia acentúan el deber de información reforzado en procedimientos estéticos, por su naturaleza no estrictamente terapéutica. El consentimiento informado debe ser previo, específico, comprensible y documentado, detallando riesgos frecuentes y relevantes, alternativas y expectativas realistas. La ausencia o insuficiencia del consentimiento informado puede generar responsabilidad incluso si la técnica se ejecutó correctamente.

Además de la responsabilidad del profesional sanitario, la clínica suele responder por sus dependientes y por la organización de medios, incluyendo esterilidad, aparataje, cualificación del equipo, protocolos de seguridad y monitorización. En determinados supuestos, pueden concurrir compañías aseguradoras que cubren la responsabilidad civil profesional y de explotación del centro. Identificar adecuadamente a todos los potenciales responsables amplía la viabilidad de la reclamación y mejora la ejecución del eventual cobro de la indemnización.

La protección de datos de salud y el acceso a la historia clínica son derechos del paciente esenciales para preparar la reclamación. La clínica debe proporcionar copia de la historia, informes, hojas de consentimiento, pruebas preoperatorias y registros de quirófano. Las negativas injustificadas o retrasos pueden ser denunciados y, a efectos probatorios, perjudican a quien obstaculiza la documentación.

  • Derecho a información veraz y comprensible.
  • Consentimiento informado específico para liposucción.
  • Acceso íntegro y oportuno a la historia clínica.
  • Calidad y seguridad asistencial conforme a protocolos.

Consejo: Solicita la historia clínica por escrito y guarda el acuse; fija un plazo razonable y conserva toda respuesta de la clínica para tu expediente.

Pruebas imprescindibles para reclamar

La prueba es la columna vertebral de cualquier reclamación por liposucción fallida. Para articular un caso sólido, reúne de forma ordenada todos los elementos que permitan reconstruir la cronología y comparar lo prometido con lo ejecutado. Empieza por la historia clínica completa: anamnesis, consentimiento, fotografías pre y postoperatorias, notas de quirófano, medicación y controles. Complementa con informes de urgencias o consultas posteriores donde consten complicaciones (seromas, infecciones, necrosis, irregularidades). Añade documentación económica: presupuesto, factura, justificantes de pago, financiación, y cualquier publicidad o correo que detallase el resultado esperado o promociones.

Las fotografías y vídeos tienen un gran valor: documenta con buena luz, fechas y ángulos comparables. Si hay marcas, depresiones o asimetrías, utiliza escalas o referencias para dimensionar el defecto. Guarda conversaciones escritas (correo, mensajería) en las que el centro reconozca incidencias o recomiende revisiones. Solicita segundas opiniones de especialistas en cirugía plástica que describan las secuelas y el tratamiento corrector propuesto (por ejemplo, lipofilling o retoque). Estas valoraciones anticipan el coste de reparación y la duración del perjuicio estético.

  • Historia clínica y consentimiento informado completo.
  • Pruebas diagnósticas y evolución postoperatoria.
  • Evidencia gráfica con fechas (antes/después).
  • Comunicaciones con la clínica y presupuestos.
  • Informes de segunda opinión y tratamientos correctores.

Tip probatorio: Numera todos los documentos, crea un índice y conserva originales. Un expediente ordenado facilita la labor pericial y fortalece la negociación.

Valoración pericial médica y nexo causal

El informe pericial médico independiente es decisivo para acreditar que el daño deriva de una liposucción mal indicada, mal ejecutada o mal seguida, y no de una evolución inevitable. El perito comparará la técnica empleada con los estándares de la especialidad (zonas aspiradas, volúmenes, cánulas y presión, simetría, cuidado de linfas, profilaxis antibiótica, uso de prendas compresivas y controles). También valorará si el consentimiento informado recogía los riesgos que finalmente se concretaron y si se ofrecieron alternativas menos invasivas o más adecuadas al perfil del paciente.

El nexo causal se construye uniendo cronología y fisiopatología: por ejemplo, una fibrosis extensa vinculada a aspiración agresiva o una asimetría marcada por extracción dispareja. Si hubo infección, se analiza la cadena de esterilidad y el manejo temprano (cultivos, antibióticos, drenajes). En casos complejos, la causalidad puede ser múltiple: una indicación incorrecta en un paciente con comorbilidades sin protocolo de cribado suficiente puede coexistir con errores postoperatorios. El perito debe explicar con claridad por qué el daño era evitable y cuál habría sido el curso probable con una actuación diligente.

Resultado pericial esperado: descripción objetiva de secuelas, explicación técnica del fallo, relación causal y plan de reparación con costes estimados.

Pasos de la reclamación: extrajudicial y judicial

La vía más eficiente suele iniciar con una reclamación extrajudicial formal dirigida a la clínica, al profesional y a su aseguradora. Este requerimiento debe sintetizar hechos, daños, fundamentos y cuantificación orientativa, aportando la documentación clave y ofreciendo una negociación con plazo cierto. En paralelo, conviene comunicar el siniestro a la aseguradora para activar la póliza de responsabilidad. Una negociación bien planteada puede derivar en acuerdo con indemnización y, si procede, cobertura de tratamiento corrector.

Si la respuesta es insatisfactoria o inexistente, se abre la vía judicial. La demanda en sede civil articulará pretensiones de resarcimiento (daño material, moral, estético, lucro cesante, gastos médicos y de rehabilitación). En el curso del procedimiento, el perito ratificará su informe, se practicará interrogatorio de parte y testifical del equipo sanitario. La medida cautelar es excepcional, pero en casos de riesgo de deterioro de prueba puede considerarse una diligencia preliminar para conservar documentación o realizar un reconocimiento judicial.

  • Requerimiento previo con propuesta de acuerdo.
  • Comunicación de siniestro a la aseguradora.
  • Demanda civil con informe pericial y cuantificación.
  • Posible mediación o transacción en el proceso.

Recomendación: Mantén una postura firme pero abierta a acuerdos razonables; una transacción bien cerrada puede ahorrar años de litigio.

Vías de reclamación: civil, penal y administrativa

La vía civil es la más frecuente en liposucciones fallidas, al centrarse en la reparación económica de daños ocasionados por una actuación contraria a la buena praxis o por defecto en la información previa. La legitimación pasiva suele incluir al cirujano, la clínica y sus aseguradoras. Se valoran tanto las secuelas estéticas como los perjuicios personales y patrimoniales. La carga probatoria se orienta a acreditar culpa o, al menos, a generar una presunción de falta de diligencia cuando se constata una desviación relevante del resultado esperable.

La vía penal se reserva para supuestos de gravedad excepcional, donde la conducta pueda encajar en figuras como lesiones por imprudencia grave. Exige un estándar probatorio más elevado y la valoración de la imprudencia cualificada. Aunque menos habitual, puede ser útil si la clínica se niega a facilitar la historia clínica o si los daños son de extrema entidad. Por su parte, la vía administrativa puede ser pertinente cuando la intervención se realizó en un centro público, activando regímenes de responsabilidad patrimonial de la administración sanitaria.

Estrategia: Valora pros y contras de cada vía. En estética privada, la civil con base contractual y extracontractual, respaldada por peritaje robusto, suele ser la opción más eficiente.

Cuantificación de daños e indemnización

La indemnización en liposucción fallida se compone de diversos conceptos. El daño emergente suma los costes médicos ya soportados: consultas, pruebas, curas, tratamientos farmacológicos y cirugías de reparación (lipofilling, lipo adicional, láser, terapia de fibrosis). El lucro cesante contempla ingresos dejados de percibir por bajas o limitaciones funcionales, debidamente acreditados. El perjuicio moral incluye dolor, angustia y afectación psicosocial por el detrimento estético. El perjuicio estético, en sí mismo, valora la alteración de la armonía corporal y su visibilidad, repercusión y permanencia.

Para objetivar, el informe pericial debe graduar secuelas (ligeras, moderadas, graves), estimar tratamientos futuros y pronóstico. También se consideran gastos colaterales (desplazamientos, baja laboral, apoyo psicológico). En cuanto a intereses, suelen devengarse desde la reclamación o desde el siniestro, según el supuesto y la póliza. Si hay aseguradora, pueden operar intereses moratorios específicos cuando incumplen su deber de satisfacer la indemnización dentro de plazo.

  • Daño emergente: gastos médicos pasados y futuros.
  • Lucro cesante: ingresos frustrados acreditados.
  • Perjuicio moral y estético graduados por perito.
  • Intereses y costas según el resultado del pleito.

Práctica: Acompaña presupuestos y facturas proforma de la reparación; refuerza la cifra con literatura técnica resumida por el perito.

Plazos, prescripción y errores comunes

El tiempo es crítico. La prescripción de las acciones varía según la base jurídica (contractual o extracontractual) y el tipo de centro (privado o público). Aunque el cómputo concreto depende del ordenamiento aplicable y de la calificación del vínculo, la regla práctica es actuar cuanto antes: solicita la historia clínica, interrumpe la prescripción con un requerimiento fehaciente y agenda la pericial sin demoras. Si el daño evoluciona con el tiempo (fibrosis, depresión cutánea), documenta la progresión con seguimientos periódicos, ya que la estabilización lesional influye en la cuantía y el cómputo.

Entre los errores comunes destacan: firmar acuerdos apresurados con renuncia amplia sin valorar la reparación futura; acudir sin peritaje sólido; pedir importes arbitrarios sin desglose; y no incluir a la aseguradora desde el inicio. Otro fallo frecuente es no conservar comunicaciones y pruebas gráficas o dejar pasar plazos por confiar en promesas verbales de “retoque gratuito” que nunca se concretan. La interrupción de la prescripción mediante burofax o requerimiento con acuse es una herramienta simple y eficaz para ganar tiempo mientras se consolida el expediente técnico y jurídico.

Checklist de urgencia: pide historia clínica, agenda peritaje, envía requerimiento, calcula plazos, y evita firmar acuerdos sin asesoramiento.

Preguntas frecuentes

¿Puedo reclamar si firmé el consentimiento informado? Sí, siempre que exista negligencia (técnica, indicación, seguimiento) o que el consentimiento fuera insuficiente o genérico. Firmar no exime si faltó información relevante o si la actuación se apartó de la buena praxis.

¿Qué pasa si la clínica ofrece un “retoque gratuito”? Valóralo con tu perito y abogado. Aceptar sin garantías puede dificultar la prueba y agravar secuelas. Si se hace, deja constancia de los términos y conserva imágenes comparativas antes/después.

¿Cuánto se puede reclamar? Depende de gastos médicos, reparación futura, gravedad del perjuicio estético y moral, y del impacto laboral. Un peritaje bien fundamentado permite una cuantificación ajustada y defendible.

¿Cuánto tarda el proceso? Las negociaciones extrajudiciales pueden resolverse en meses; los litigios, en más tiempo. La preparación rigurosa y la apertura a acuerdos reducen plazos.

¿Necesito fotografías? Son muy útiles. Aporta imágenes con buena luz, fecha y ángulos comparables, además de informes médicos y pruebas clínicas que respalden el diagnóstico de secuelas.

Resumen: Para reclamar por daños en liposucción fallida necesitas documentación completa, peritaje sólido, cálculo realista de la indemnización y una estrategia legal bien diseñada.

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