
Reclamación por infección tras cirugía plástica
Publicado el 15 de agosto de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 11 min
Índice
- Qué es la reclamación por infección tras cirugía plástica
- Causas frecuentes y cómo demostrarlas
- Derechos del paciente y normativa aplicable
- Pruebas clave para acreditar la responsabilidad
- Plazos para reclamar y cómputo de la prescripción
- Cómo calcular la indemnización por infección
- Proceso paso a paso: reclamación extrajudicial y demanda
- Errores comunes y cómo evitarlos
- Consejos prácticos tras detectar la infección
- Preguntas frecuentes
Qué es la reclamación por infección tras cirugía plástica
Una reclamación por infección tras cirugía plástica es la acción que ejerce el paciente para obtener una compensación económica por los daños sufridos cuando, después de un procedimiento estético o reconstructivo, se contrae una infección evitable. La clave está en determinar si la clínica, el cirujano o su equipo incumplieron la lex artis: los protocolos de higiene, esterilidad, profilaxis antibiótica y vigilancia postoperatoria que exige la buena práctica médica. No toda infección implica negligencia; hay riesgos inherentes que deben explicarse en el consentimiento informado. La responsabilidad aparece cuando se demuestra que la infección se pudo prevenir aplicando medidas estándar o reaccionando a tiempo ante señales de alarma.
En cirugía plástica, las infecciones pueden manifestarse como celulitis de la herida, abscesos, seromas infectados o infecciones profundas de implantes (por ejemplo, mamarios). Además de dolor y fiebre, suelen provocar reintervenciones, retirada de materiales, cicatrices antiestéticas, asimetrías y perjuicios psicológicos significativos. Por ello, la reclamación no solo evalúa los costes médicos, sino también las secuelas estéticas, el tiempo de baja y el impacto en la autoestima y en la vida profesional.
Idea clave: la reclamación por infección tras cirugía plástica se centra en acreditar un fallo prevenible (omisión de medidas o respuesta tardía) y cuantificar las consecuencias en salud, estética y economía del paciente.
Para tener opciones reales de éxito, es esencial actuar con rapidez: conservar toda la documentación clínica, fotografiar la evolución de la herida, anotar fechas y síntomas, y solicitar informes de urgencias y de atención primaria. La intervención de un perito especialista en cirugía plástica o medicina legal ayudará a vincular el hecho (la infección) con la conducta negligente y a explicar al juez qué habría ocurrido si se hubieran aplicado los protocolos correctos. La combinación de asesoramiento legal y pericial aumenta de forma notable las probabilidades de obtener una indemnización justa.
Causas frecuentes y cómo demostrarlas
Las infecciones postoperatorias en cirugía plástica suelen deberse a fallas en la asepsia, preparación del campo, esterilización del instrumental, manejo de implantes o curas, o a una vigilancia postoperatoria insuficiente. También influyen factores del paciente (diabetes, tabaquismo, inmunosupresión), pero su existencia no exime a la clínica de cumplir con protocolos reforzados. Entre los errores habituales están: no realizar profilaxis antibiótica cuando está indicada, utilizar drenajes sin controlar el riesgo, permitir altas precoces sin pautas claras, o no citar a revisión ante signos de enrojecimiento, calor local o exudado purulento.
Para demostrar estas causas es crucial la historia clínica completa: partes de quirófano, registro de esterilización, hoja de medicación, notas de enfermería, informes de curas y seguimiento, así como resultados de cultivos y antibiogramas. La ausencia de registros o incongruencias (por ejemplo, horarios imposibles o firmas faltantes) puede jugar a favor del paciente, pues la clínica debe custodiar y documentar cada paso. Si un implante se infecta por Staphylococcus aureus sensible a un antibiótico estándar que no se administró, el perito podrá explicar cómo esa omisión incrementó de forma significativa el riesgo de infección.
- Ruptura de la cadena de esterilidad en quirófano.
- Profilaxis antibiótica inadecuada o inexistente.
- Falta de instrucciones de alta y seguimiento.
- Demora en diagnosticar o tratar la infección.
- Manejo incorrecto de drenajes o curas.
Prueba práctica: solicita por escrito el registro de esterilización de la fecha de tu intervención y cualquier cultivo practicado; si no existen o son incompletos, esa carencia puede reforzar la imputación de responsabilidad.
La cadena de causalidad se apoya en peritajes que comparan lo ocurrido con la lex artis. El informe debe responder a tres preguntas: 1) ¿Existió un incumplimiento concreto? 2) ¿Ese incumplimiento aumentó de forma relevante el riesgo de infección? 3) ¿La infección y sus secuelas son coherentes con ese incumplimiento? Cuando el dictamen es claro y la documentación lo respalda, la reclamación por infección tras cirugía plástica gana solidez ante aseguradoras y tribunales.
Derechos del paciente y normativa aplicable
Todo paciente tiene derecho a recibir una atención conforme a la buena práctica clínica, a ser informado de los riesgos típicos y específicos, y a otorgar un consentimiento informado real, comprensible y previo a la cirugía. En cirugías plásticas de carácter estético, el nivel de información exigido es especialmente alto, porque no se busca curar una enfermedad, sino mejorar la apariencia; por tanto, los riesgos como la infección y la posibilidad de reintervención deben explicarse con detalle, incluyendo la eventual retirada de implantes y secuelas estéticas.
La normativa sanitaria y de protección del consumidor exige protocolos de seguridad, trazabilidad de materiales implantados, registros de esterilización y hojas de seguimiento. La clínica responde por su organización y por la actuación de su personal; el cirujano, por las decisiones técnicas adoptadas antes, durante y después de la intervención. Si se usan proveedores externos (p.ej., esterilización subcontratada), la clínica sigue siendo responsable frente al paciente y podrá repetir internamente contra el tercero, pero eso no te afecta en tu reclamación.
- Derecho a la información veraz y completa.
- Acceso a la historia clínica y a copias de informes, imágenes y pruebas.
- Seguridad del paciente: higiene, esterilidad y control de infecciones.
- Indemnización por daños y perjuicios si se acredita negligencia.
Consejo: solicita la historia clínica por escrito. La clínica debe facilitarla en un plazo razonable. Cualquier obstáculo injustificado puede ser denunciado y, además, perjudica la defensa de la clínica.
La reclamación por infección tras cirugía plástica se apoya, pues, en derechos básicos del paciente: ser informado, ser tratado con seguridad y recibir un trato diligente tras el alta. Cuando alguno de estos pilares falla y se causa un perjuicio, procede exigir responsabilidad civil y, en su caso, responsabilidad patrimonial o administrativa, dependiendo del titular del centro (privado o público). Conocer este marco ayuda a orientar la estrategia desde el primer día.
Pruebas clave para acreditar la responsabilidad
La solidez probatoria diferencia una reclamación exitosa de otra que no prospera. En infecciones postquirúrgicas, la prueba reina es la historia clínica completa: protocolo de quirófano, check-list de seguridad, registro de esterilización, pauta antibiótica, curas, revisiones y derivaciones a urgencias. A esto se suman fotografías con fecha, mensajes o correos donde se reflejen síntomas y respuestas del equipo, informes de urgencias y cultivos que confirmen el agente causal y su sensibilidad antibiótica.
Un buen peritaje traduce esos documentos en conclusiones claras. Por ejemplo, si la profilaxis indicada para el tipo de cirugía y paciente no se administró, o si ante fiebre y enrojecimiento no se practicaron cultivos ni se ajustó la pauta antibiótica, el perito explicará cómo esa inacción facilitó la progresión a una infección profunda. De igual modo, los informes psicológicos ayudan a valorar el impacto emocional y social de las secuelas estéticas, relevantes en cirugía plástica.
- Historia clínica íntegra y legible.
- Informes de urgencias y hospitalización.
- Resultados de cultivos y antibiogramas.
- Peritaje en cirugía plástica/medicina legal.
- Pruebas fotográficas y testimonios coherentes.
Tip probatorio: guarda embalajes o etiquetas de implantes, y solicita su trazabilidad. Si el lote presentó incidencias, esta información puede ser decisiva.
La cadena de custodia de la prueba también importa. Evita manipular o perder material clínico, conserva copias y haz un listado de documentos con fechas. Una reclamación por infección tras cirugía plástica bien documentada permite negociar con la aseguradora desde una posición de fuerza y, si no hay acuerdo, presentar una demanda con base técnica robusta que resista el juicio.
Plazos para reclamar y cómputo de la prescripción
El tiempo es un factor crítico. Los plazos de prescripción varían según el régimen aplicable (responsabilidad civil contractual o extracontractual, centro público o privado, aseguradora), pero siempre conviene actuar pronto. La regla práctica: consultar de inmediato, interrumpir la prescripción por burofax o reclamación previa y recopilar pruebas antes de que se pierdan o alteren. El dies a quo suele computarse desde que el paciente conoce el alcance del daño y su posible relación con la actuación médica, lo que en infecciones puede coincidir con la reintervención o el alta definitiva con secuelas.
La interrupción o suspensión de la prescripción mediante reclamación extrajudicial bien fundamentada gana tiempo para negociar y completar peritajes. Es recomendable fijar una línea de tiempo con fechas: cirugía, aparición de síntomas, consultas, diagnóstico de infección, tratamientos, reintervenciones y secuelas. Esa cronología será útil para el abogado y para el perito, y permitirá explicar con claridad al juez cuándo se consolidó el daño.
- Actúa pronto: solicita historia clínica y pide cita legal.
- Interrumpe prescripción con una reclamación formal.
- Documenta el momento en que conociste el daño y su causa.
- No esperes a “curarte del todo” para iniciar el proceso.
Práctico: prepara un cronograma con fechas clave y anexos. Adjunta a cada hito el documento probatorio (informe, receta, fotografía). Te ayudará a no dejar cabos sueltos.
Una reclamación por infección tras cirugía plástica que respeta los plazos evita excepciones procesales que pueden tumbar el caso antes de examinar el fondo. Si tienes dudas, solicita que tu abogado envíe una reclamación extrajudicial cuanto antes para detener el reloj y preservar tus derechos.
Cómo calcular la indemnización por infección
La cuantía indemnizatoria debe cubrir todos los conceptos derivados de la infección: daños personales (dolor, sufrimiento, ansiedad), secuelas estéticas y funcionales, gastos médicos y farmacéuticos, pérdida de ingresos, ayuda de tercera persona y, en su caso, reintervenciones para corregir el resultado. En cirugía plástica, el componente estético tiene un peso especial: asimetrías, cicatrices hipertróficas, retracciones, pigmentaciones o necesidad de retirar y, más tarde, reemplazar implantes.
Para estimar la indemnización se utilizan baremos orientativos y criterios de la jurisprudencia, apoyados en informes periciales que valoran la intensidad del dolor, la duración del proceso infeccioso, los días de baja y el impacto psicológico. Si la infección obligó a retirar un implante mamario, por ejemplo, la valoración contemplará la pérdida de volumen y simetría, el tiempo sin prótesis, las cicatrices adicionales y el coste de futuras cirugías. Los gastos deben justificarse con facturas y presupuestos; además, conviene incluir transporte sanitario, consultas privadas y material de curas.
- Daño moral y psicológico por resultado antiestético.
- Gastos médicos pasados y futuros (incluidas reintervenciones).
- Pérdida de ingresos y oportunidades laborales.
- Secuelas permanentes: cicatrices, asimetrías, hipersensibilidad.
Checklist económico: reúne facturas, recibos, presupuestos de cirujanos y psicoterapia, y un informe pericial que enlace cada gasto con la infección y sus secuelas.
Una reclamación por infección tras cirugía plástica bien cuantificada permite una negociación realista. Es preferible presentar una cifra respaldada por peritajes y documentos a “pedir a ojo”. Los jueces valoran la coherencia entre el relato clínico y el cálculo económico, así como la proporcionalidad de las sumas reclamadas.
Proceso paso a paso: reclamación extrajudicial y demanda
El itinerario típico comienza con una reclamación extrajudicial dirigida a la clínica y a su aseguradora. En ella se relatan los hechos, se acompaña documentación clave y se formula una propuesta indemnizatoria o, al menos, se solicita apertura de un expediente con valoración pericial. Esta fase permite negociar sin acudir al juzgado, interrumpe la prescripción y suele activar la colaboración de la aseguradora si el caso está bien armado. Es recomendable incluir un informe pericial preliminar que delimite la responsabilidad y cuantifique de forma orientativa el daño.
Si no hay acuerdo, se presenta demanda. El escrito debe exponer de manera clara la secuencia de hechos, la infracción de la lex artis, la causalidad y la cuantificación de los daños. Se aportan documentos, peritajes y se solicitan pruebas testificales y oficios para requerir a la clínica el resto de la historia clínica o registros que falten. La fase probatoria es determinante: la defensa intentará atribuir la infección a factores del paciente o a riesgos inevitables; por ello, el perito debe explicar por qué, aun existiendo riesgos, la infección concreta era evitable con medidas estándar o con una respuesta asistencial más diligente.
- Reclamación previa con documentación y peritaje preliminar.
- Negociación con aseguradora y propuesta indemnizatoria.
- Demanda con relato claro, prueba documental y pericial.
- Juicio: interrogatorio, testificales y conclusiones.
Clave táctica: prepara un timeline visual y un anexo probatorio numerado. Facilita la labor del juez y refuerza la credibilidad de tu reclamación por infección tras cirugía plástica.
Tras la sentencia, si se estima total o parcialmente la demanda, se fijará la indemnización y los intereses. Si se desestima, cabe recurso. En cualquier caso, una buena fase previa y una documentación exhaustiva aumentan las posibilidades de acuerdo antes de llegar a juicio.
Errores comunes y cómo evitarlos
Muchas reclamaciones fracasan no por falta de razón, sino por errores evitables. El primero es dejar pasar el tiempo sin interrumpir la prescripción. El segundo, no pedir la historia clínica completa o conformarse con resúmenes. El tercero, no documentar la evolución de la herida y las consultas realizadas. También es frecuente sobredimensionar la cifra indemnizatoria sin respaldo pericial, lo que deteriora la negociación.
Otro error es pensar que toda infección implica culpa. La clínica argumentará que se informó del riesgo y que se aplicaron medidas correctas. Si no se contrarresta con un peritaje sólido que identifique la conducta negligente o la respuesta tardía, el caso pierde fuerza. Igualmente, enfrentarse a la aseguradora sin una estructura documental clara puede llevar a ofertas a la baja o a cierres de expediente.
- No interrumpir prescripción a tiempo.
- Falta de historia clínica y registros de esterilización.
- Ausencia de peritaje especializado en cirugía plástica.
- Cuantificación sin facturas ni informes psicológicos.
- Comunicación confusa con la clínica y la aseguradora.
Cómo evitarlos: actúa pronto, solicita toda la documentación, encarga un peritaje, arma un expediente claro y define una estrategia escalonada: primero negociación, luego demanda si es necesario.
Convertir una experiencia sanitaria negativa en una reclamación por infección tras cirugía plástica eficaz requiere método y consistencia. Al minimizar estos errores, mejoras la posición de negociación y la capacidad de persuasión ante el tribunal.
Consejos prácticos tras detectar la infección
Si sospechas una infección (fiebre, enrojecimiento, dolor creciente, mal olor, exudado), acude a urgencias y pide que consten en el informe tus antecedentes, la fecha de la cirugía y el centro donde te intervinieron. Solicita cultivos antes de iniciar antibióticos, salvo que la situación clínica exija lo contrario, y asegúrate de obtener copia de las pruebas y fotografías de la zona. Informa por escrito a la clínica de origen y solicita revisión urgente; esa comunicación servirá como prueba de la respuesta que recibas.
Organiza un dossier con: historial cronológico, informes, recetas, fotografías con fecha, justificantes de gastos y un diario de síntomas. Evita publicaciones impulsivas en redes sociales que puedan ser usadas fuera de contexto. Si trabajas, solicita un parte de baja si corresponde y guarda justificantes de pérdidas de ingresos. Paralelamente, programa una consulta legal para valorar la viabilidad de la reclamación por infección tras cirugía plástica y enviar, si procede, una reclamación extrajudicial que interrumpa la prescripción.
- Acude a urgencias y pide cultivos/antibiograma.
- Notifica por escrito a la clínica de origen.
- Recopila pruebas fotográficas periódicas.
- Conserva facturas y justificantes de transporte.
- Consulta con un abogado y un perito.
Recordatorio: la diligencia postoperatoria es parte de la lex artis. Si te dieron el alta sin pautas claras o no te revisaron ante signos de infección, ese dato puede ser determinante.
Mantener una comunicación calmada y documentada te permitirá reclamar con rigor. Tu objetivo inmediato es curarte; el legal, que los responsables asuman el coste de los daños causados por una infección que debió prevenirse o tratarse a tiempo.
Preguntas frecuentes
¿Toda infección tras cirugía plástica es negligencia? No. La cirugía conlleva riesgos. Sin embargo, si la infección se vinculó a fallos en asepsia, profilaxis o seguimiento, o si hubo demora injustificada en el diagnóstico y tratamiento, puede existir responsabilidad. La clave es lo que habría ocurrido aplicando los protocolos correctos.
¿Qué documentos necesito para empezar? Historia clínica completa (quirófano, curas, medicación), informes de urgencias, resultados de cultivos/antibiogramas, fotografías con fecha, facturas y, si es posible, un informe pericial preliminar. Con ello se puede enviar una reclamación extrajudicial sólida.
¿Cuánto puedo reclamar por una infección de implantes? Depende del daño: retirada del implante, reintervenciones, cicatrices, asimetrías, tiempo sin prótesis, impacto psicológico y gastos. Un peritaje detallará cada partida y su relación con la infección, permitiendo una cuantificación ajustada.
¿Qué pasa si la clínica no entrega la historia clínica? Debe hacerlo. La negativa o dilación injustificada puede denunciarse y perjudica la defensa de la clínica. Además, en juicio se pueden solicitar oficios para que el centro aporte los documentos faltantes.
¿Merece la pena negociar antes de demandar? Sí. La reclamación extrajudicial interrumpe la prescripción y puede cerrar el conflicto sin juicio si el expediente está bien armado. Si no hay acuerdo, se presenta demanda con la misma base probatoria reforzada por peritajes.