Reclamaciones por error en diagnóstico neurológico
Cómo reclamar por error en diagnóstico neurológico: pasos, plazos y pruebas clave para lograr indemnización por error en diagnóstico neurológico en España.
Índice
- Qué es el error en diagnóstico neurológico
- Señales de alerta y ejemplos habituales
- Plazos y vías de reclamación en España
- Pruebas imprescindibles y cómo conseguirlas
- Nexo causal, estándar de cuidado y peritaje
- Cuantía indemnizatoria y baremo de daños
- Paso a paso para iniciar tu reclamación
- Errores estratégicos comunes y cómo evitarlos
- Casos prácticos y cálculo de plazos
- Preguntas frecuentes
Qué es el error en diagnóstico neurológico
Un error en diagnóstico neurológico se produce cuando, ante signos y síntomas compatibles con una patología del sistema nervioso, el profesional o el centro sanitario no actúa conforme al estándar de cuidado exigible y, como consecuencia, se llega tarde o se yerra en la identificación del proceso. En neurología, los minutos importan: ante un ictus, una compresión medular, un síndrome meníngeo o una crisis epiléptica, cada demora puede aumentar las secuelas. La clave jurídica no es “resultado perfecto” sino si el profesional obró con diligencia media, aplicando los protocolos, pruebas complementarias e interconsultas que la ciencia y la lex artis imponen para ese caso.
El error puede ser de falta de diagnóstico (no se sospecha lo que debía sospecharse), diagnóstico equivocado (se etiqueta como migraña un ictus isquémico posterior) o diagnóstico tardío (se pide la prueba correcta demasiado tarde). También puede existir error de cribado (no monitorizar signos de alarma), omisión de pruebas (no solicitar TC o RM urgentes) o falta de derivación a un hospital con unidad de ictus o neurocirugía. Desde la óptica legal, el análisis se centra en tres ejes: estándar de cuidado, nexo causal con el daño y previsibilidad/evitabilidad del resultado con actuación correcta.
Idea clave: no todo mal resultado implica negligencia. Hay responsabilidad cuando la actuación se separa de los protocolos y esa desviación causa o agrava el perjuicio.
Señales de alerta y ejemplos habituales
En urgencias y atención primaria, ciertos signos deben activar protocolos de “time is brain”: déficit neurológico focal de inicio brusco (asimetría facial, debilidad de un lado, dificultad para hablar), cefalea en trueno, rigidez de nuca con fiebre, pérdida súbita de visión, crisis epilépticas por primera vez, parestesias progresivas con alteración esfinteriana, o traumatismo craneoencefálico con empeoramiento. Ignorarlos conduce a diagnósticos erróneos frecuentes: ictus etiquetado como vértigo posicional, hemorragia subaracnoidea como migraña intensa, meningitis como gripe, compresión medular como lumbalgia, tumor cerebral como ansiedad, o neuropatía diabética sin estudio etiológico.
- Ictus isquémico tratado fuera de ventana por demora en TC o trombólisis.
- Meningitis sin punción lumbar pese a signos meníngeos y alteración analítica.
- Hemorragia subaracnoidea con TC inicial normal sin repetir prueba ni realizar angiografía.
- Compresión medular ignorada sin RM urgente ante déficit motor y retención aguda.
- Epilepsia de nueva aparición sin estudio, alta precoz sin EEG ni neuroimagen.
Cada ejemplo ilustra una pauta: la lex artis exige sospecha precoz, priorización de imagen (TC/RM), laboratorio y, cuando proceda, derivación inmediata. Si la conducta estándar se omite y el paciente sufre un daño evitable (peores secuelas, pérdida de autonomía, reingresos), puede abrirse la vía de reclamación.
Plazos y vías de reclamación en España
El cauce depende de si la asistencia fue pública o privada. En el Sistema Nacional de Salud la reclamación se articula como responsabilidad patrimonial de la Administración. El plazo general es de un año desde la curación o la estabilización de las secuelas (momento en que el daño es evaluable). En la sanidad privada se reclama por responsabilidad civil (contractual o extracontractual), con un plazo de cinco años para acciones personales desde 2015. Si hay indicios de delito (por ejemplo, lesiones imprudentes graves), la vía penal es excepcional y exige valorar riesgos/beneficios procesales.
Elegir bien la vía condiciona prueba, plazos y costes. En la pública se inicia con una reclamación administrativa ante el Servicio de Salud implicado; resuelto (o por silencio), cabe recurso y posterior demanda contencioso-administrativa. En la privada, lo habitual es reclamación extrajudicial a clínica/aseguradora y, si no hay acuerdo, demanda civil. En ambos entornos, la base del éxito es un peritaje neurológico robusto y una cronología médico-legal sólida.
Tip práctico: anota la fecha de alta, últimos informes y cuándo te dijeron que las secuelas “no mejorarán”: suelen marcar el cómputo del plazo.
Pruebas imprescindibles y cómo conseguirlas
Reunir la documentación es el primer paso efectivo. Solicita historia clínica completa (urgencias, evolución, enfermería, pruebas, consentimientos informados, interconsultas y altas). Por ley, el centro debe facilitar copia; pide registro de llamadas y tiempos (triaje, solicitud de TC/RM, administración de fármacos). Añade imágenes DICOM de TC/RM, informes de laboratorio, EEG, EMG y cualquier registro de monitorización.
- Línea temporal: construye una cronología minuto a minuto con síntomas, decisiones y pruebas.
- Testigos: identifica acompañantes y profesionales que puedan declarar sobre la demora o negativa de pruebas.
- Daño: acredita secuelas con informes de rehabilitación, neuropsicología, dependencia y laboral.
Con todo ello, un perito neurólogo valorará si el estándar exigible se incumplió (p. ej., no activar código ictus, no derivar a centro con trombectomía) y si, de haberse actuado correctamente, el resultado habría sido mejor. Ese juicio contrafactual es el corazón del nexo causal y determinará la viabilidad de la reclamación y la cuantía orientativa.
Nexo causal, estándar de cuidado y peritaje
El nexo causal exige demostrar probabilidad suficiente de que la actuación diligente habría evitado o reducido el daño. En neurología, la literatura y guías clínicas aportan ventanas terapéuticas (trombólisis/trombectomía, antibióticos precoces en meningitis, descompresión medular urgente) que, si se desaprovechan, incrementan el daño. El perito debe explicar qué protocolos se aplican, qué desviación existió y cómo esa desviación impactó en el pronóstico, apoyándose en cronología y hallazgos de imagen.
El estándar de cuidado no exige infalibilidad, pero sí diligencia razonable: anamnesis orientada, exploración neurológica completa, escalas (NIHSS), pruebas de imagen prioritarias y derivación según criterios. Si faltó cualquiera de estos escalones y ello explica un peor resultado, se consolida la responsabilidad. El informe pericial bien fundamentado, didáctico y con anexos (cronología, documentos clave, referencias técnicas) es decisivo para negociar o ganar en sede judicial.
Cuantía indemnizatoria y baremo de daños
La cuantía se calcula habitualmente tomando como referencia el baremo de daños personales (utilizado en tráfico y extendido por analogía en sanitaria), ponderando edad, días de perjuicio, secuelas neurológicas, perjuicio moral por pérdida de calidad de vida, ayuda de tercera persona, adaptación de vivienda, gastos médicos y lucro cesante. Las secuelas neurológicas (hemiparesia, afasia, epilepsia postlesional, alteraciones cognitivas) elevan la puntuación y, con ello, la indemnización. También son reclamables gastos futuros razonables (rehabilitación, ortopedia, terapias cognitivas) si se acreditan con informes.
Claves de cuantificación: fecha de estabilización, informes de alta especialidad, valoración de dependencia, necesidad de cuidadores, e impacto laboral. Documenta todo con facturas y certificaciones.
En acuerdos extrajudiciales, la aseguradora pedirá un peritaje propio; una negociación sólida se sustenta en una tabla de conceptos con importes y justificación clínica-jurídica. Si el centro es público, la admón. puede reconocer responsabilidad y cuantía en vía administrativa o forzar litigio contencioso.
Paso a paso para iniciar tu reclamación
- 1. Recopila historia clínica y soportes digitales (DICOM) cuanto antes.
- 2. Línea temporal precisa de síntomas, decisiones y pruebas.
- 3. Valoración pericial por neurólogo/perito médico para viabilidad y nexo causal.
- 4. Reclamación extrajudicial a centro/aseguradora con oferta motivada.
- 5. Negociación con tabla de daños; si no hay acuerdo, demanda (civil o contenciosa).
- 6. Seguimiento de rehabilitación y actualización de secuelas e incapacidad laboral.
En sanidad pública, presenta escrito de responsabilidad patrimonial con la documentación y peritaje. En privada, envía burofax y activa el siniestro ante la aseguradora del centro o del facultativo. Controla plazos y reúne pruebas desde el primer día: lo que no se documenta, se diluye.
Errores estratégicos comunes y cómo evitarlos
Errores típicos: iniciar la reclamación sin peritaje, calcular mal el dies a quo del plazo, basarse solo en informes narrativos sin imágenes, no cuantificar el daño futuro, o aceptar ofertas tempranas sin comparar con el baremo. Evítalos preparando una carpeta probatoria sólida, una cronología verificable y una hoja de cálculo de conceptos indemnizables. La estrategia debe priorizar causalidad clara y daño objetivable.
Regla de oro: primero la prueba, luego la petición económica; nunca al revés.
Casos prácticos y cálculo de plazos
Caso 1: ictus mal diagnosticado como vértigo. Alta sin TC. Reingreso 10 horas después con hemiparesia. La cronología muestra ventana perdida para trombólisis. Peritaje: probabilidad elevada de mejor pronóstico con actuación diligente. Vía: responsabilidad patrimonial (urgencias públicas). Plazo: un año desde estabilización.
Caso 2: meningitis sin punción lumbar. Fiebre, cefalea intensa, rigidez de nuca; se prescribe analgésico y alta. Empeoramiento y secuelas cognitivas. Peritaje: omisión de prueba esencial. Vía privada: 5 años para reclamar. Indemnización: secuelas + lucro cesante por baja prolongada.
Caso 3: compresión medular tardíamente reconocida. Déficit progresivo y alteración esfinteriana sin RM urgente. Cirugía diferida y secuelas motoras. Nexo: retraso diagnóstico con empeoramiento evitable. Indemnización con necesidad de tercera persona y adaptación de vivienda.
Preguntas frecuentes
¿Qué plazo tengo para reclamar? En asistencia pública, un año desde estabilización de secuelas; en privada, cinco años para acciones personales. Controla la fecha exacta con tu abogado.
¿Necesito un perito neurólogo? Sí. Es la pieza central para demostrar desviación de la lex artis y nexo causal.
¿Se puede reclamar por empeoramiento y no solo por secuelas definitivas? Sí, el perjuicio por pérdida de oportunidad terapéutica y días de daño también es indemnizable.
¿Qué cuesta el proceso? Depende de complejidad, pruebas y fase (extrajudicial/judicial). Muchas firmas ofrecen honorarios con faseados o a éxito parcial.
¿Y si firmé consentimiento informado? El consentimiento no ampara una actuación negligente ni la omisión de protocolos diagnósticos esenciales.
¿Necesitas asesoramiento legal?
Nuestro equipo de expertos está listo para ayudarte