Reclamación por daños en operaciones de rodilla
Publicado el 05 de noviembre de 2025
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Índice
- Qué se considera daño en operaciones de rodilla
- Causas frecuentes y riesgos quirúrgicos
- Marco legal y consentimiento informado
- Plazos de prescripcion y dónde reclamar
- Pruebas clave e historia clínica
- Cálculo de la indemnizacion
- Paso a paso de la reclamacion
- Errores comunes y estrategia ganadora
- Modelos de documentos y checklist
- Preguntas frecuentes
Qué se considera daño en operaciones de rodilla
Cuando hablamos de reclamación por daños en operaciones de rodilla, nos referimos a las lesiones, secuelas o perjuicios ocasionados durante procedimientos como artroscopia, ligamentoplastia (LCA/LCP), meniscectomía, osteotomías o knee replacement (prótesis total o parcial). El daño puede ser físico —dolor crónico, limitación funcional, rigidez, infección, luxación de la prótesis, trombosis—, pero también patrimonial (gastos médicos, bajas laborales, necesidad de ayuda de tercera persona) y moral (ansiedad, afectación a la vida familiar y al ocio). No todo resultado adverso implica negligencia: la cirugía conlleva riesgos inherentes; el foco jurídico está en comprobar si hubo mala praxis o un incumplimiento de los estándares de diligencia.
Para que exista responsabilidad, deben concurrir tres elementos: daño real y evaluable; nexo causal entre la actuación sanitaria y la lesión; y culpabilidad o infracción de la lex artis (falta de indicación quirúrgica, técnica inadecuada, asepsia deficiente, mala planificación protésica, falta de seguimiento o de profilaxis). También es reclamable la ausencia de consentimiento informado suficiente: si no se informó de riesgos previsibles y relevantes, la decisión del paciente pudo verse viciada.
Ejemplos típicos de daño:
- Infección profunda tras prótesis de rodilla con reintervención y secuelas.
- Ruptura del injerto del LCA por túneles mal posicionados.
- Lesión nerviosa o vascular intraoperatoria no detectada a tiempo.
- Rigidez severa por rehabilitación tardía o insuficiente seguimiento.
La reclamación busca restituir económicamente el perjuicio: desde el baremo de daños para valorar secuelas y días de baja, hasta el reembolso de gastos y el lucro cesante. El éxito depende de documentar bien la evolución clínica, preservar las pruebas y actuar dentro de los plazos de prescripción.
Causas frecuentes y riesgos quirúrgicos
Las cirugías de rodilla son seguras en manos expertas, pero existen causas recurrentes de reclamación. La infección es una de las más graves: puede derivar en retirada de la prótesis, largas hospitalizaciones y discapacidad. Suele vincularse a fallos de asepsia, profilaxis antibiótica incorrecta o demora en el diagnóstico. Otra causa es el mal posicionamiento protésico o de túneles en ligamentoplastias, que genera inestabilidad, dolor anterior de rodilla o desgaste precoz. La lesión iatrogénica de nervios (safeno, peroneo) o vasos, aunque infrecuente, tiene gran impacto funcional. En artroscopia, la condropatía iatrogénica o la resección excesiva de menisco pueden precipitar artrosis precoz.
También aparecen rigideces por falta de movilización temprana, tromboembolismos por profilaxis insuficiente, y fallos en la indicación (operar donde la alternativa conservadora era razonable). Los errores de diagnóstico (p. ej., no detectar roturas complejas o lesiones asociadas) conducen a reintervenciones evitables. Y una fuente constante de litigios es la deficiente información preoperatoria que impide al paciente comprender riesgos típicos como sangrado, dolor residual, o la posibilidad real de no mejorar.
Riesgos quirúrgicos que deben constar en el consentimiento:
- Infección, sangrado, trombosis y complicaciones anestésicas.
- Persistencia de dolor, rigidez o limitación funcional.
- Fallo de implante o necesidad de recambio/reintervención.
- Lesiones nerviosas o vasculares, y cicatrices dolorosas.
A efectos de reclamación por daños en operaciones de rodilla, distinguir el riesgo inevitable del error evitable es el eje del peritaje. La lex artis no exige infalibilidad, sino diligencia acorde al estado de la ciencia y a los protocolos vigentes. Cuando el riesgo se materializa sin incumplimientos, la reclamación suele centrarse en la falta de información y en la valoración del daño moral por pérdida de oportunidad.
Marco legal y consentimiento informado
El marco jurídico de la responsabilidad sanitaria combina normas civiles, administrativas y, en casos extremos, penales. En centros privados, la acción habitual es por responsabilidad civil contra el profesional y/o contra la aseguradora del centro. En la sanidad pública, se acude a la responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria. En ambos escenarios, la clave probatoria es el cumplimiento de la lex artis y la existencia de consentimiento informado válido.
El consentimiento informado debe ser previo, específico y comprensible. No basta con una firma estándar; el documento y la explicación verbal han de cubrir la indicación, alternativas, riesgos típicos y consecuencias previsibles. Si el paciente no habría aceptado la intervención de haber sido correctamente informado de un riesgo que luego se materializa, puede apreciarse daño por pérdida de oportunidad, incluso si la técnica fue correcta. Además, el deber de información se extiende al postoperatorio: signos de alarma, medicación, rehabilitación, y controles.
Puntos legales prácticos:
- La carga de la prueba recae en quien reclama, pero la documentación clínica la custodia el centro.
- La ausencia o insuficiencia de consentimiento informado refuerza la reclamación, aunque no sustituye al nexo causal.
- En cirugía programada, se exige un estándar de información más elevado que en urgencias.
Una estrategia sólida combina la afirmación de mala praxis (si existió) con la reclamación por defecto informativo, cuidando el relato fáctico y las pruebas periciales que lo sustentan. Esta doble vía incrementa las probabilidades de éxito y de alcanzar una indemnización adecuada.
Plazos de prescripcion y dónde reclamar
Respetar los plazos de prescripción es determinante. En sanidad pública, el plazo para iniciar la reclamación patrimonial es generalmente de un año desde la estabilización de las secuelas o desde la alta definitiva (según el cómputo aplicable). En sanidad privada, la acción civil suele prescribir en uno a cinco años en función del tipo de acción ejercitada y de la normativa concreta aplicable. Es esencial fijar el dies a quo con criterio médico-legal: muchas secuelas se aprecian tras meses de rehabilitación.
¿Dónde reclamar? Si el daño deriva de un hospital público, la vía es administrativa, con posibilidad posterior de recurso contencioso. En centros privados, se tramita una reclamación extrajudicial a la aseguradora y, de no prosperar, demanda civil. También cabe la mediación o la transacción, si la otra parte está abierta. En supuestos de gravedad excepcional por imprudencia temeraria, podría valorarse la vía penal, si bien se reserva a casos claros y bien documentados.
Consejo práctico: interrumpe la prescripción mediante burofax o reclamación formal mientras recopilas periciales. No apures plazos; coordina calendario médico y jurídico.
La elección de foro y la adecuada fundamentación desde el inicio evitan dilaciones y aumentan la capacidad de negociación. Un buen cronograma de actuaciones —solicitud de historia clínica, screening pericial, reclamación motivada— protege tus derechos mientras maduras la prueba.
Pruebas clave e historia clínica
La historia clínica completa es la piedra angular: informes de urgencias, preoperatorio, quirófano (parte quirúrgico), anatomía patológica, interconsultas, analíticas, cultivos, imágenes (radiografías, TAC, RM), partes de enfermería y pautas de medicación. Pide copia certificada y en formato digital de las imágenes DICOM para revisión por el perito. Anexa también informes de rehabilitación, bajas laborales, recetas y tickets de farmacia.
La prueba pericial ortopédica valorará la lex artis: indicación, técnica, implantación, seguimiento y respuesta ante complicaciones. En infecciones, el estudio microbiológico y los tiempos de reacción son vitales. En ligamentoplastias, se revisan trayectorias de túneles, tensado del injerto y estabilidad objetiva (Lachman, pivot shift). En prótesis, se analizan alineaciones y aflojamientos. El perito de valoración del daño corporal cuantificará secuelas, días de perjuicio y daño moral conforme al baremo.
Documentos que no pueden faltar:
- Consentimiento informado específico de la intervención.
- Parte quirúrgico, hoja de implantes y protocolo de profilaxis.
- Controles postoperatorios y citaciones de rehabilitación.
- Informes laborales y justificantes de gastos y desplazamientos.
Completa con pruebas testificales (familiares que acrediten limitaciones), fotografías o vídeos de la evolución funcional, y un diario del dolor que detalle impacto en actividades de la vida diaria. Una carpeta probatoria bien ordenada acelera la negociación con aseguradoras y refuerza tu posición ante el juez.
Cálculo de la indemnizacion
La indemnización por daños en operaciones de rodilla integra varios conceptos. Primero, el daño personal según el baremo: días de perjuicio (básico, moderado, grave, muy grave), secuelas (limitación de flexión/extensión, inestabilidad, dolor neuropático, rigidez, cojera, dismetría), y el daño moral complementario por pérdida de calidad de vida. Segundo, el daño patrimonial: gastos médicos, rehabilitación, ortesis, medicación, desplazamientos, adaptación de vivienda o vehículo y lucro cesante por ingresos dejados de percibir. Tercero, la necesidad de ayuda de tercera persona, temporal o permanente.
En prótesis fallidas o infecciones, la cuantía se incrementa por reintervenciones, estancias y secuelas relevantes (limitación severa, artrodesis). En deportistas o trabajos físicos, el impacto laboral puede ser mayor y justificar un diferencial de lucro cesante. La pérdida de oportunidad por falta de información o por demoras diagnósticas también se valora, aunque con prudencia y en proporción a la probabilidad frustrada de un mejor resultado.
Claves de cálculo y negociación:
- Cuantifica con informes periciales y facturas; evita cifras “redondas” sin soporte.
- Actualiza importes a fecha de liquidación e incluye intereses.
- Diferencia entre secuela estable y daño temporal, y justifica cada partida.
Una propuesta económica clara, con tabla de partidas y referencias periciales, facilita acuerdos y evita dilaciones procesales. La transparencia en la metodología de cálculo transmite seriedad y mejora las probabilidades de aceptación por la aseguradora o por el tribunal.
Paso a paso de la reclamacion
El itinerario recomendado comienza con una evaluación jurídica inicial y la recopilación de historia clínica. En paralelo, solicita un preinforme pericial que valore viabilidad y oriente la estrategia (mala praxis, defecto de información o ambos). Con base en ello, prepara una reclamación extrajudicial motivada dirigida al centro o a la aseguradora, incluyendo cronología, hechos esenciales, fundamento legal y cuantificación provisional.
Si no hay respuesta o la oferta es insuficiente, decide la vía: administrativa (pública) o civil (privada). En lo contencioso, agota la fase administrativa previa; en civil, plantea la demanda con informes periciales completos. Considera medios adecuados de solución (mediación, conciliación) cuando el caso lo permita. Mantén comunicación constante con el cliente: expectativas realistas, tiempos y costes.
Checklist operativo:
- Solicitar historia clínica completa y DICOM.
- Encargar peritaje ortopédico y de daño corporal.
- Interrumpir prescripción con burofax fundamentado.
- Cuantificar y documentar todas las partidas reclamadas.
- Explorar negociación y, si falla, presentar demanda.
La coherencia del relato, la cronología precisa y la consistencia probatoria son determinantes. Un expediente ordenado aumenta la credibilidad, agiliza periciales y transmite solvencia ante el juzgador.
Errores comunes y estrategia ganadora
Entre los fallos más habituales están reclamar sin peritaje sólido, confundir riesgo inherente con error, o no diferenciar daño temporal de secuela. También es frecuente apurar plazos, presentar reclamaciones genéricas sin cuantificación, u omitir pruebas clave como el parte quirúrgico o las pautas de profilaxis. Otro error crítico es aceptar ofertas a la baja sin una matriz de daños contrastada, o firmar documentos de renuncia sin revisar su alcance.
La estrategia ganadora combina anticipación probatoria, narrativa clara de los hechos, y una matriz de causalidad que conecte decisiones clínicas con consecuencias. Trabaja con dos líneas argumentales: la mala praxis (cuando proceda) y la falta de información como pérdida de oportunidad. Refuerza la posición con estadios clínicos (pre, intra y postoperatorio) y con indicadores objetivos (cultivos, alineaciones, test de estabilidad, escalas funcionales).
Tácticas útiles:
- Construir una timeline con hitos clínicos y jurídicos.
- Cuantificar por escenarios (mínimo, probable, máximo) para negociar.
- Usar visuales (radiografías anotadas) en informes periciales.
- Incluir un plan de rehabilitación documentado que acredite esfuerzo de mitigación del daño.
La combinación de técnica jurídica, criterio médico y una comunicación empática con el paciente-cliente es el mejor predictor de éxito.
Modelos de documentos y checklist
Disponer de modelos agilizadores evita omisiones y asegura un estándar profesional. A continuación, un esquema práctico para tu reclamación por daños en operaciones de rodilla que puedes adaptar a cada caso.
Modelo de solicitud de historia clínica (extracto):
- Datos del paciente y número de historia.
- Fechas de intervención y episodios asociados.
- Petición expresa de: informes, parte quirúrgico, hoja de implantes, DICOM, analíticas y cultivos.
- Referencia a derecho de acceso y formato digital.
Checklist de expediente:
- Cronología de hechos con fechas exactas.
- Consentimiento informado y protocolo de riesgos.
- Partes de seguimiento y rehabilitación.
- Pericial de lex artis y de daño corporal.
- Cuantificación con facturas, nóminas y justificantes.
- Comunicación extrajudicial enviada y respuesta recibida.
Uniformar plantillas y listas de verificación reduce errores, acelera la tramitación y transmite profesionalidad ante aseguradoras y tribunales.
Preguntas frecuentes
¿Puedo reclamar si el resultado no fue el esperado pero me informaron de los riesgos?
Sí, siempre que existan indicios de mala praxis (incumplimiento de la lex artis) o un defecto en la ejecución/seguimiento. Si todo fue correcto y el riesgo se materializó, podría reclamarse por pérdida de oportunidad solo si el consentimiento fue insuficiente o inadecuadamente explicado.
¿Qué plazo tengo para reclamar?
En general, un año frente a la Administración y entre uno y cinco años en la vía civil, computado desde la estabilización de secuelas o desde que el afectado pudo conocer el alcance del daño. Interrumpe la prescripción con escritos formales mientras reúnes peritajes.
¿Es imprescindible un peritaje médico?
Prácticamente sí. El perito traumatólogo determina si hubo infracción de la lex artis y el de valoración del daño corporal cuantifica las secuelas. Sin pericial, la reclamación suele fracasar o recibir ofertas mínimas.
¿Qué puedo reclamar económicamente?
Días de perjuicio, secuelas, daño moral, gastos médicos y de rehabilitación, lucro cesante, necesidad de ayuda de tercera persona y adaptaciones. Todo debe documentarse con informes y justificantes.
¿Se puede llegar a acuerdo sin juicio?
Sí. Una reclamación motivada bien documentada permite negociar con aseguradoras y explorar mediación. Si la oferta no cubre el daño probado, la vía judicial es el siguiente paso.