Mala praxis en liposucción: cómo iniciar reclamación

Mala praxis en liposucción: cómo iniciar reclamación

Publicado el 28 de julio de 2025


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Qué es la mala praxis en liposucción

La mala praxis en liposucción aparece cuando el profesional sanitario incurre en una actuación contraria a la lex artis, es decir, a las reglas técnicas y de diligencia exigibles en este tipo de intervención estética. No se trata de confundir un resultado subjetivamente insatisfactorio con una negligencia: la clave está en si el cirujano y el equipo cumplieron con los estándares de evaluación preoperatoria, información de riesgos, planificación de la técnica, ejecución quirúrgica y seguimiento postoperatorio. La liposucción, aunque sea una cirugía frecuente, implica riesgos reales: perforaciones, irregularidades marcadas, necrosis cutánea, infecciones, tromboembolismo o asimetrías severas. Cuando tales daños derivan de errores evitables o de una omisión de cuidados, hablamos de negligencia y puede nacer el derecho a reclamar.

Un elemento central es el consentimiento informado. El paciente debe recibir, de forma comprensible, información sobre la indicación real de la liposucción, alternativas menos invasivas, riesgos típicos y específicos, tiempos de recuperación y expectativas razonables. Sin un consentimiento válido —por insuficiencia, generalidad excesiva o falta de firma— la clínica se expone a responsabilidad incluso si la técnica fue correcta. Igualmente, la adecuada selección del paciente (historial, comorbilidades, IMC, hábito tabáquico) y la elección del entorno quirúrgico (quirófano acreditado, anestesista presente) son exigencias mínimas.

Idea clave: la mala praxis en liposucción no se mide por el deseo estético del paciente sino por la desviación de protocolos: evaluación, información, técnica y seguimiento. Probar esa desviación con documentación y peritaje es la base de la reclamación.

Señales y daños habituales tras una liposucción negligente

Tras la intervención, ciertos signos pueden alertar de una posible mala praxis en liposucción. Algunas señales tempranas son dolor desproporcionado, fiebre persistente, sangrado excesivo, secreción purulenta por las incisiones o un empeoramiento rápido del estado general. En las semanas siguientes, destacan la aparición de contour deformities (hoyuelos, bultos, irregularidades profundas), asimetrías marcadas entre zonas tratadas, cambios de coloración cutánea sugestivos de necrosis o pérdida de sensibilidad duradera. También preocupa la falta de controles programados o indicaciones contradictorias del equipo sanitario.

Entre los daños más frecuentes cuando la técnica o los cuidados fallan están: irregularidades severas por aspiración desuniforme; hiper o hipocorrección del volumen; quemaduras por dispositivos asistidos (láser, ultrasonidos); perforación visceral en liposucciones abdominales; infecciones y seromas no drenados adecuadamente; y cicatrices antiestéticas por incisiones mal situadas o manipuladas. A nivel funcional y emocional, pueden aparecer dolor crónico, alteración de la movilidad, ansiedad y afectación de la autoimagen.

  • Falta de fotografías pre y postoperatorias que impidan evaluar el resultado.
  • Ausencia de registro anestésico o controles de constantes durante la cirugía.
  • Indicaciones postoperatorias genéricas o contradictorias (fajas, drenajes, antibióticos).
  • Derivación tardía a urgencias ante signos de complicación.

Consejo práctico: documenta desde el primer síntoma con fotos fechadas y consulta de inmediato a un segundo especialista independiente. La cronología de signos y actuaciones médicas será decisiva para el peritaje.

Documentación y pruebas necesarias

Una reclamación por mala praxis en liposucción se apoya en un armazón probatorio sólido. Empieza por solicitar por escrito la historia clínica completa, incluyendo anamnesis, pruebas preoperatorias, hojas de enfermería, parte quirúrgico, registro anestésico, fotografías pre y post, consentimientos informados y controles postoperatorios. Tienes derecho a copia: la historia clínica no pertenece a la clínica, sino que es un documento cuya información es del paciente. Guarda también presupuestos, contratos, publicidad y mensajes comerciales: si prometían resultados imposibles o minimizaban riesgos, pueden evidenciar expectativas inducidas.

Paralelamente, reúne pruebas extraclínicas: fotografías con fecha, vídeos, conversación por correo o mensajería con la clínica, justificantes de nuevas consultas y tratamientos reparadores. Resulta esencial un informe pericial médico elaborado por un especialista en cirugía plástica o medicina legal que compare lo realizado con la lex artis, cuantifique secuelas y relacione causalmente los daños con la intervención. Si hubo atención urgente posterior (infección, perforación, reintervención), pide informes y partes de urgencias.

  • Historia clínica íntegra y legible.
  • Consentimiento informado específico de liposucción y de zonas tratadas.
  • Imágenes estandarizadas: plano, luz homogénea, fechas claras.
  • Facturas, recibos y pólizas de seguro de la clínica (si se aportan).

Tip de orden: crea una carpeta por fechas (preoperatorio, cirugía, postoperatorio inmediato, complicaciones, tratamientos correctores). Un índice cronológico facilitará al perito y al abogado la valoración global del caso.

Plazos de reclamación y prescripción

En materia de mala praxis en liposucción, el tiempo es crítico. Los plazos de prescripción pueden variar según la vía elegida y la naturaleza de la relación con la clínica (contractual privada, aseguradora, o si existiera un servicio público implicado). De forma orientativa, en el ámbito privado suelen operar plazos de varios años desde que el paciente puede conocer el alcance del daño y su posible origen negligente. Ese “dies a quo” no siempre coincide con el día de la cirugía: a veces las secuelas se estabilizan meses después y la relación causal se evidencia al obtener un dictamen pericial. Aun así, no apures: iniciar reclamaciones extrajudiciales y requerimientos fehacientes puede Interrumpir la prescripción, pero conviene planificarlo con el abogado para no perder seguridad jurídica.

Además del plazo general, existen plazos más breves para reclamar a aseguradoras por la póliza de responsabilidad civil del centro o del facultativo. Si la clínica niega la historia clínica o la entrega incompleta, conviene requerirla fehacientemente; la negativa injustificada puede perjudicarles probatoriamente e incluso generar sanciones. Por último, recuerda que el paso del tiempo dificulta pruebas: se pierden mensajes, cambian profesionales, y el estado de la piel varía. Actúa pronto, asegura evidencias y solicita peritaje preliminar.

Plan de tiempos: 1) Solicita historia clínica inmediata. 2) Encarga peritaje inicial en 30–60 días. 3) Remite reclamación fehaciente antes de que transcurra la mitad del plazo estimado. 4) Si no hay acuerdo, prepara demanda con tiempo para aportar prueba pericial completa.

Responsabilidad: cirujano, clínica y aseguradoras

La responsabilidad en mala praxis de liposucción puede ser conjunta. El cirujano responde por la ejecución técnica y la adecuada indicación; la clínica, por la organización, medios, acreditación, higiene del quirófano y control de riesgos; y ambos por el cumplimiento del deber de información y de seguimiento. Muchas clínicas trabajan con profesionales autónomos; eso no les exime si la intervención se publicitó y vendió bajo su marca o si hubo fallos de medios. El anestesista y el personal de enfermería pueden tener responsabilidad propia si se acredita un error anestésico o de monitorización.

Las aseguradoras del centro o del médico suelen cubrir la responsabilidad civil, con límites y exclusiones. Identificar la póliza y comunicar sin demora el siniestro ayuda a encauzar una negociación seria. En algunas reclamaciones, se plantea también la responsabilidad por publicidad engañosa o por incumplimiento contractual si lo ofertado difiere sustancialmente de lo entregado. Determinar correctamente a quién demandar aumenta las opciones de cobro de la indemnización, evitando sentencias estimatorias pero de difícil ejecución.

  • Cirujano: indicación, técnica, seguimiento.
  • Clínica: medios, higiene, protocolos, documentación.
  • Anestesista: sedación, monitorización y seguridad.
  • Aseguradora: cobertura y gestión del siniestro.

Estrategia: incluir a clínica y profesional en la reclamación permite centrar la discusión en la lex artis y evita que se trasladen culpas entre ellos, desbloqueando acuerdos con cargo a la póliza.

Pasos para iniciar la reclamación extrajudicial

Antes de ir a juicio, la vía extrajudicial bien trazada puede resolver el conflicto. El primer paso es el análisis documental y el dictamen pericial preliminar que señale de forma clara: qué se debió hacer, qué se hizo y cómo esa desviación causó los daños. Con ello, tu abogado redactará un requerimiento fehaciente a la clínica, al cirujano y a sus aseguradoras, describiendo hechos, base jurídica y cuantificación orientativa de la indemnización, además de exigir la entrega íntegra de la historia clínica si falta.

En paralelo, conviene proponer una reparación médica segura (si es posible) y reclamar los costes de estos tratamientos. Muchas aseguradoras abren expediente y solicitan su propio peritaje. Es recomendable responder con rigor y aportar la evolución de tus secuelas con fotografías y nuevos informes. Si el centro ofrece un acuerdo, examina bien su alcance: no aceptes renuncias generales que no cubran secuelas futuras previsibles.

  • Requerimiento con hechos, peritaje, daños y cantidad.
  • Plazo de respuesta razonable (por ejemplo, 15–30 días).
  • Negociación con propuesta motivada y alternativa de reparación.
  • Acta o intercambio escrito del acuerdo para su firmeza.

Resultado ideal: acuerdo indemnizatorio documentado que cubra secuelas, gastos pasados y futuros, y daño moral, sin cláusulas abusivas. Si no hay avances, se prepara demanda con toda la prueba.

Cálculo de indemnización y conceptos resarcibles

La indemnización por mala praxis en liposucción busca restituir a la víctima en lo posible, compensando daños materiales y morales. Se valoran costes de tratamientos correctores, medicación, revisiones, fajas y curas; baja laboral o pérdida de ingresos si el daño afectó a tu trabajo; y muy especialmente el daño moral y estético, que incluye dolor, ansiedad, afectación de la autoimagen y limitaciones sociales. Los peritos describen la entidad de las secuelas (leve, moderada, grave), su visibilidad, simetría, extensión y necesidad de futuras cirugías.

Para argumentar la cuantía, se utilizan criterios periciales y referencias orientativas de resoluciones previas en casos similares. También se consideran gastos futuros probables: sesiones de láser, lipofilling, revisiones, tratamientos de cicatrices o fisioterapia. La indemnización debe cubrir tanto el daño ya sufrido como el previsible con base médica. Es útil presentar una tabla clara con partidas y justificantes: facilita la negociación con la aseguradora y la comprensión del juez.

  • Gastos médicos y farmacéuticos (pasados y futuros).
  • Pérdida de ingresos y perjuicio profesional.
  • Daño estético y moral, justificado pericialmente.
  • Costes legales y de peritaje necesarios.

Claves de cuantificación: coherencia entre pruebas, diagnósticos y fotos; trazabilidad de facturas; proyección razonable de tratamientos de mejora; y explicación de cómo las secuelas afectan a tu día a día.

Vía penal y vía civil: cuándo elegir

No toda mala praxis en liposucción implica delito. La vía civil es la más habitual para reclamar responsabilidad contractual o extracontractual y obtener indemnización. Suele ofrecer mayor flexibilidad probatoria y orientarse a la reparación económica. La vía penal puede valorarse ante conductas especialmente graves: imprudencia grave con lesiones serias, ausencia total de consentimiento, ejercicio profesional sin habilitación o vulneración grosera de protocolos de seguridad. La elección depende del grado de culpa, la claridad de la prueba y la estrategia procesal.

Aun optando por lo civil, puede iniciarse un procedimiento administrativo sancionador si hubo infracciones sanitarias. En ocasiones se plantean ambas vías de forma alternativa o sucesiva, atendiendo a plazos y a la conveniencia de concentrar la prueba pericial. Lo importante es no dispersar esfuerzos: un buen dictamen pericial y una narrativa cronológica robusta suelen pesar más que multiplicar frentes.

  • Vía civil: indemnización por daños y perjuicios.
  • Vía penal: imprudencia grave, intrusismo, lesiones.
  • Vía administrativa: sanciones por incumplimientos sanitarios.

Decisión informada: valora gravedad, tiempos y objetivos. Si el foco es reparar económicamente y el caso es técnicamente discutible, la vía civil bien probada suele ser la más eficaz.

Preguntas frecuentes

¿Un mal resultado siempre es mala praxis en liposucción? No. La cirugía estética no garantiza perfección. La negligencia existe cuando se incumple la lex artis: valoración deficiente, información insuficiente, técnica incorrecta o seguimiento inadecuado que derivan en daños evitables. Sin esa desviación, un resultado imperfecto puede no ser reclamable.

¿Qué hago si la clínica no entrega la historia clínica? Solicítala por escrito y de forma fehaciente. Si se niegan o entregan copias incompletas, reitera el requerimiento y deja constancia. La retención injustificada puede perjudicarles probatoriamente y abrir otras acciones. Mientras tanto, recopila informes de otros centros y urgencias.

¿Necesito siempre un peritaje para reclamar? En la práctica, sí. El peritaje médico es la pieza que enlaza hechos, desviación técnica y secuelas, y cuantifica la indemnización. Sin él, la negociación con aseguradoras y el éxito judicial se reducen notablemente.

¿Puedo pedir reparación quirúrgica además de dinero? Puedes exigir que cubran tratamientos correctores seguros y realistas, además de la indemnización por daños. Asegúrate de que el acuerdo detalle quién realiza la reparación, costes, tiempos y cómo se valora el resultado.

¿Cuánto tarda una reclamación por mala praxis en liposucción? Depende del caso, disponibilidad pericial, negociación con la aseguradora y carga de los juzgados. Una vía extrajudicial bien documentada puede acortar tiempos; si se litiga, el proceso puede prolongarse.

Recuerda: actúa pronto, organiza tus pruebas y busca asesoramiento especializado. Una estrategia clara desde el inicio aumenta las posibilidades de acuerdo y, si es necesario, de una sentencia favorable.

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