Errores médicos: cómo reclamar con éxito en España

Errores médicos: cómo reclamar con éxito en España

Publicado el 25 de septiembre de 2025


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Qué es un error médico y cuándo existe negligencia

Un error médico es una actuación u omisión sanitaria que se desvía de la lex artis, es decir, de las buenas prácticas aceptadas por la comunidad médica en una situación concreta. No todo resultado adverso implica negligencia: la medicina no garantiza curación, pero sí exige diligencia. Existe responsabilidad cuando la atención no se ajusta al estándar exigible y ese defecto causa un daño real (secuelas, incapacidad, sufrimiento moral o incluso fallecimiento). Ejemplos frecuentes son diagnósticos tardíos o incorrectos, cirugías con instrumentos olvidados, infecciones nosocomiales por deficiente asepsia, errores de medicación, falta de consentimiento informado o altas precipitadas sin pruebas suficientes.

Para sostener la reclamación se evalúan tres ejes: (1) la conducta del profesional o centro (si fue contraria a la lex artis), (2) el daño (físico, psíquico y patrimonial) y (3) el nexo causal entre ambos. En la práctica, el análisis requiere historia clínica completa, protocolos aplicables, guías científicas y, muy especialmente, un informe pericial independiente que compare lo ocurrido con lo que debió hacerse. Cuando el problema deriva de la organización del servicio (demoras, fallos en circuitos de derivación, falta de recursos o de supervisión), la responsabilidad puede alcanzar al hospital o a la administración pública.

Consejo profesional: cuanto antes obtengas la historia clínica y un peritaje solvente, más opciones de éxito tendrás. Si necesitas un apoyo legal especializado, puedes contactar con un Abogado reclamaciones médicas para valorar viabilidad y estrategia.

Plazos y prescripción para reclamar

Respetar los plazos es decisivo. En la responsabilidad patrimonial sanitaria (asistencia pública), el plazo suele ser de un año desde la consolidación del daño o alta médica. En la sanidad privada, los plazos dependerán de si la acción se formula por responsabilidad contractual o extracontractual; en general, conviene analizar la relación asistencial, la póliza y la fecha de estabilización de secuelas para determinar el cómputo correcto. En supuestos de fallecimiento o daños continuados, el “dies a quo” puede diferirse hasta que el perjuicio se conoce con claridad.

Para evitar sorpresas, actúa con margen: solicita la historia clínica cuanto antes (los centros deben facilitarla) y encarga un informe pericial preliminar. En la vía pública, presenta reclamación administrativa dentro del año y aporta la documentación clínica y pericial de la manera más completa posible; interrumpir plazos sin estrategia puede no bastar. En la vía civil, valora mecanismos de interrupción, negociación con aseguradoras y, si procede, mediación o conciliación. Si estás en duda, presenta una reclamación temprana, dejando constancia de fechas y comunicaciones.

Regla práctica: toma como referencia la fecha de alta o estabilización de secuelas, documenta cada hito clínico y trabaja con cronograma. Ante la duda, prioriza la acción que preserve derechos.

Pruebas y documentación imprescindibles

El éxito de una reclamación por errores médicos depende en gran medida de la calidad de la prueba. Empieza por solicitar la historia clínica completa (ingresos, consultas, urgencias, pruebas, quirófanos, hojas de medicación, informes de alta, consentimientos y registros de enfermería). Añade informes de pruebas diagnósticas (radiología, laboratorio, anatomía patológica) y cualquier registro de tiempos (esperas en urgencias, derivaciones, cirugías). Conserva facturas y tickets de gastos, así como bajas laborales y certificados de incapacidad para cuantificar perjuicios.

El consentimiento informado debe ser específico, comprensible y previo; su ausencia o deficiencia es una vía frecuente de reclamación. El informe pericial médico es la piedra angular: debe analizar la lex artis aplicable, describir el nexo causal y medir el daño (secuelas y limitaciones funcionales). Complementa con testimonios de familiares (cuidado y dependencia), pruebas fotográficas de lesiones o cicatrices y diarios de dolor. Estructura todo en un expediente con índice, cronología y anexos enumerados para que el juez/administración pueda seguir la narrativa con facilidad.

  • Checklist: solicitud de historia, consentimiento, pruebas, informes, facturas, bajas, fotografías.
  • Cronología precisa de síntomas, visitas, decisiones y demoras.
  • Pericial independiente y especializada en la disciplina implicada.

Cálculo de la indemnización por daños

La cuantificación se apoya en criterios objetivos y en la pericial. Se consideran daño corporal (días de curación, secuelas, pérdida de calidad de vida), daño moral (sufrimiento, ansiedad, afectación familiar), daño patrimonial (gastos médicos, rehabilitación, desplazamientos, cuidado de terceros) y lucro cesante (ingresos dejados de percibir). En casos de fallecimiento, se valoran perjuicios morales de allegados y la situación socioeconómica. Para orientar importes, en la práctica se toman referencias técnicas como baremos de daños personales utilizados en otros ámbitos, adaptando la casuística sanitaria.

Un buen informe pericial correlaciona cada partida con evidencia clínica y funcional (escalas de dolor, limitación articular, test neuropsicológicos, necesidad de ayudas técnicas). Documenta los gastos con facturas y justifica la necesidad de tratamientos futuros (fármacos, prótesis, rehabilitación mantenida). Si la secuela condiciona la empleabilidad, aporta informes laborales y proyecciones de ingresos con métodos aceptados (por ejemplo, capitalización de rentas). Evita inflar partidas sin base: restará credibilidad al conjunto.

Consejo: trabaja con escenarios (mínimo–probable–máximo) y un rango de indemnización; te permitirá negociar con aseguradoras y ajustar la estrategia procesal.

Procedimiento paso a paso para reclamar

1) Evaluación inicial: reúne historia clínica, cronología y un preinforme pericial para valorar viabilidad. 2) Reclamación previa: en asistencia pública, presenta reclamación de responsabilidad patrimonial con relato de hechos, fundamento técnico y cuantificación provisional; en privada, comunica a la clínica/aseguradora y abre negociación. 3) Negociación y mediación: muchas aseguradoras valoran acuerdos si el expediente es sólido. 4) Demanda: si no hay acuerdo, interpón demanda civil contra profesional/centro y aseguradora, o, en el ámbito público, acude a lo contencioso-administrativo una vez resuelta (o silenciada) la reclamación previa. 5) Prueba: ratificación de peritos, testificales y documentación; prepara vistas con antelación y temario pericial.

En todo el proceso, cuida la cadena de custodia de documentos, la coherencia narrativa y los tiempos procesales. Mantén comunicación con el cliente para gestionar expectativas de duración, costes y posibles escenarios. Si el daño evoluciona, prevé actualización de informes y ampliación de demanda. Tras sentencia o acuerdo, ejecuta el cobro y gestiona fiscalidad de la indemnización con asesoramiento adecuado.

  • Expediente bien indexado y digitalizado.
  • Peritos claros, didácticos y con experiencia judicial.
  • Estrategia dual: negociación firme + preparación completa para juicio.

Errores comunes al reclamar y cómo evitarlos

Entre los fallos habituales destacan: agotar plazos mientras se “espera” documentación; presentar reclamaciones genéricas sin peritaje; confundir la vía procesal (civil vs. contenciosa) según el centro sanitario; cuantificar daños de manera arbitraria; o sobredimensionar expectativas sin base clínica. Otro error recurrente es no solicitar la historia completa (faltan hojas de enfermería, medicación, registros anestésicos) o no impugnar correctamente omisiones/errores en la copia entregada por el centro. También perjudica la credibilidad un relato inconsistente o emocionalmente muy cargado sin correlato técnico.

Para evitarlos: calendariza plazos desde el primer día, pide la historia por escrito identificando todos los módulos, encarga un peritaje de la especialidad concreta (trauma, gine, cardio…), homologa el lenguaje médico en un relato comprensible para juristas y prepara anexos claros. Antes de negociar, define un rango de indemnización defendible y la BATNA (mejor alternativa a un acuerdo). En juicio, simplifica: menos teoría, más hechos, tiempos y documentos. Y si el consentimiento informado es clave, explica por qué la información hubiera cambiado la decisión del paciente.

Costes, honorarios y opciones de financiación

Una reclamación sanitaria requiere invertir en pericial médica (a menudo la partida principal), tasas y procurador en su caso, además de honorarios de abogado. Existen modelos flexibles: tarifa fija por fases (evaluación, reclamación previa, demanda), porcentajes sobre resultado (éxito) y sistemas mixtos. En negociaciones, algunas aseguradoras asumen parte de costes si se acerca un acuerdo. En casos con daños graves, valora financiación del litigio o pólizas de defensa jurídica. Solicita siempre una hoja de encargo clara sobre alcance, hitos y honorarios para evitar malentendidos.

Como pauta, reserva presupuesto para un perito de prestigio: su claridad didáctica y experiencia en sala suele marcar la diferencia. Pide muestras anónimas de informes anteriores y confirma disponibilidad para ratificación judicial. Revisa además la fiscalidad de la indemnización y de los costes recuperables (condena en costas o acuerdos con cláusulas de asunción de gastos). Transparencia financiera desde el inicio = confianza y mejor toma de decisiones.

Si necesitas orientación inicial y una valoración de viabilidad, contacta con un especialista en derecho sanitario como Abogado reclamaciones médicas y solicita presupuesto cerrado por etapas.

Preguntas frecuentes

¿Es lo mismo un mal resultado que una negligencia? No. Un resultado adverso puede ocurrir aun con actuación correcta. Hay negligencia cuando se vulnera la lex artis y ese fallo causa el daño.

¿Qué plazo tengo para reclamar? En la sanidad pública, normalmente un año desde la estabilización del daño; en la privada, depende del tipo de responsabilidad. Consulta tu caso para fijar el cómputo exacto y evitar prescripción.

¿Qué documentos son imprescindibles? Historia clínica completa, consentimiento informado, pruebas diagnósticas, facturas y un informe pericial de la especialidad correspondiente.

¿Necesito demanda o puedo negociar? Siempre intenta negociación con expediente sólido. Si no prospera o el plazo corre riesgo, presenta la acción correspondiente (civil o contenciosa).

¿Cuánto puedo cobrar? Depende de secuelas, gastos, lucro cesante y daño moral. Un peritaje bien fundamentado y documentación exhaustiva permiten una cuantificación realista y defendible.

Conclusión y llamada a la acción

Reclamar con éxito por errores médicos en España exige tres pilares: prueba clínica ordenada, pericia técnica solvente y una estrategia procesal adecuada a la vía (civil o contencioso-administrativa). Si cuidas plazos, construyes una cronología probatoria sólida y cuantificas los daños con rigor, aumentarás notablemente tus opciones de acuerdo o de sentencia favorable. No subestimes el valor de un expediente claro: es tu mejor argumento frente a hospitales, aseguradoras y tribunales.

¿Listo para evaluar tu caso y pasar a la acción? Da el primer paso con asesoramiento especializado. Contacta ahora con Abogado reclamaciones médicas para una revisión de viabilidad, cálculo estimado de indemnización y hoja de ruta adaptada a tu situación.

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