Reclamaciones por mala praxis en depilación láser
Guía para reclamar por mala praxis en depilación láser: pasos, pruebas, plazos e indemnización por quemaduras, cicatrices o hiperpigmentación. Asesoría legal
Índice
- Qué es mala praxis en depilación láser
- Lesiones frecuentes y síntomas
- Causas habituales de negligencia
- Pruebas y documentación necesaria
- Pasos para reclamar
- Responsabilidad del centro y profesional
- Indemnización: criterios y conceptos
- Plazos y dónde reclamar
- Qué hacer tras el daño y prevención
- Preguntas frecuentes
Qué es mala praxis en depilación láser
La depilación láser es un procedimiento de medicina estética que utiliza energía lumínica para destruir el folículo piloso. Aunque es un tratamiento seguro cuando se realiza con protocolos adecuados, puede generar daños si se ejecuta de manera negligente. Hablamos de mala praxis cuando el centro o el profesional incumplen la lex artis (buenas prácticas), como seleccionar mal el fototipo, usar parámetros inadecuados de energía o no ofrecer una información clara sobre riesgos y cuidados. Estos fallos pueden traducirse en quemaduras, hiperpigmentaciones, cicatrices o lesiones oculares si no se emplea protección.
La clave jurídica no es que haya una complicación, sino que esta sea evitable aplicando la técnica y la prudencia exigibles. En otras palabras, si un resultado lesivo se vincula a una acción u omisión que un profesional diligente habría evitado, existe base para reclamar. Además, la obligación de información (consentimiento informado) es esencial: debe explicarse el tipo de láser (diodo, alejandrita, Nd:YAG), sesiones previstas, contraindicaciones (medicación fotosensibilizante, embarazo, exposición solar reciente), alternativas y posibles efectos adversos. Sin ese consentimiento, incluso si el acto técnico fue correcto, puede concurrir responsabilidad.
Idea clave: la mala praxis en depilación láser se configura por errores técnicos, falta de información, ausencia de test de disparo, deficiente protección ocular o falta de supervisión médica cuando el tratamiento lo exige.
Lesiones frecuentes y síntomas
Las lesiones más habituales tras una depilación láser mal realizada son las quemaduras de distintos grados, que pueden manifestarse con enrojecimiento intenso, dolor, ampollas y descamación. También son frecuentes las alteraciones pigmentarias, como hiperpigmentación (manchas oscuras) o hipopigmentación (pérdida de color), especialmente en pieles morenas o bronceadas. En zonas sensibles, como la cara o las ingles, es posible que aparezcan cicatrices atróficas o hipertróficas. De forma menos común, un disparo mal dirigido o sin gafas protectoras puede ocasionar lesión ocular. A nivel psicológico, el impacto estético puede desencadenar ansiedad, vergüenza y limitación social.
- Quemaduras de 1º a 2º grado con ampollas y costras.
- Hiperpigmentación postinflamatoria, especialmente en fototipos altos.
- Hipopigmentación, cicatrices o textura cutánea irregular.
- Dolor persistente, prurito, hipersensibilidad al tacto o al sol.
- Afectación emocional por secuelas visibles.
Consejo clínico-jurídico: ante cualquier lesión, acude a urgencias o dermatología para diagnóstico y tratamiento precoz; pide informe médico y realiza seguimiento fotográfico con fechas. Esas pruebas serán decisivas en la reclamación.
Causas habituales de negligencia
Las causas típicas de mala praxis incluyen una mala evaluación del fototipo (Fitzpatrick), disparar con la fluencia, duración de pulso o frecuencia inadecuadas, omitir el test de disparo previo, tratar piel bronceada o con cosméticos fotosensibles, y usar dispositivos sin calibración o sin mantenimiento. También son reprochables la falta de supervisión médica cuando los protocolos lo exigen, la ausencia de gafas protectoras, la escasa formación del personal y las salas sin condiciones higiénicas.
Desde el prisma jurídico, se analiza si el centro contaba con protocolos escritos y registros (historial estético, consentimiento, ficha de parámetros, incidencias). La inexistencia de estos documentos o su cumplimentación deficiente es un indicio de negligencia. Por último, una respuesta inadecuada post-tratamiento (no valorar la lesión, negar asistencia, no derivar a urgencias o dermatología) agrava el daño y la responsabilidad.
Red flags: no te hacen preguntas de salud, no revisan medicación, no documentan parámetros, minimizan riesgos, no te dan instrucciones por escrito, o te citan tras una quemadura sin valoración médica.
Pruebas y documentación necesaria
Para sustentar una reclamación por mala praxis en depilación láser, reúne toda la trazabilidad del tratamiento y del daño. Empieza por el contrato/hoja de servicios, el consentimiento informado firmado, las fichas de sesión con parámetros (energía, spot, número de disparos, zona), el historial (fototipo, antecedentes, exposición solar), y cualquier presupuesto o factura. Añade informes médicos (urgencias, dermatología, curas), recetas, fotografías con fechas y la comunicación con el centro (correos, WhatsApp, reclamaciones en hoja oficial). Todo ello permitirá a un perito dermatólogo/estético reconstruir lo ocurrido.
- Consentimiento informado completo y legible.
- Fichas técnicas con parámetros por sesión y responsable.
- Informes médicos con diagnóstico, tratamiento y secuelas.
- Pruebas fotográficas del antes/después con fechas.
- Presupuestos, facturas y comunicaciones con el centro.
Peritaje médico: un informe pericial valorará la adecuación técnica y cuantificará las secuelas estéticas y funcionales, clave para calcular la indemnización.
Pasos para reclamar
El itinerario suele comenzar con una reclamación amistosa al centro, aportando informes y proponiendo una solución (asistencia médica, corrección, compensación). Paralelamente, conviene enviar burofax para dejar constancia de los hechos y suspender plazos si procede. Si no hay acuerdo, se puede abrir la vía extrajudicial ante el asegurador de responsabilidad civil del centro o del profesional, aportando reclamación de daños y pericial. En caso de centros públicos, puede ser aplicable la responsabilidad patrimonial con reclamación administrativa previa. Agotada la negociación, se pasa a la vía judicial (civil o contencioso-administrativa), reclamando indemnización por daños personales, estéticos, morales y materiales.
- Atención médica inmediata y recopilación de pruebas.
- Reclamación escrita al centro y comunicación al seguro RC.
- Obtención de historia clínica y fichas técnicas.
- Informe pericial dermatológico/estético.
- Demanda con cuantificación de daños y secuelas.
Tip práctico: no firmes finiquitos o “bonos” de sesiones gratuitas que incluyan renuncia a reclamar. Pide revisión jurídica previa.
Responsabilidad del centro y profesional
La responsabilidad puede alcanzar al centro como prestador del servicio (organización, protocolos, mantenimiento del equipo, formación del personal) y al operador del láser, así como a quien tenga la dirección médica del tratamiento cuando legalmente sea exigible. Se analizará si el daño deriva de un defecto de organización (falta de supervisión, protocolos inexistentes), de un error técnico (parámetros inadecuados) o de deficiente información. La aseguradora de RC sanitaria del centro/profesional suele intervenir en la fase de negociación y en el procedimiento.
Se consideran especialmente graves las situaciones con falta de consentimiento informado, inexistencia de test de disparo documentado, parámetro de fluencia no ajustado al fototipo o tratamientos en piel bronceada. El estándar exigible es el de un profesional diligente con medios adecuados y control de riesgos.
Indemnización: criterios y conceptos
La indemnización busca restituir y compensar el perjuicio. En lesiones por depilación láser se valoran: daño emergente (gastos médicos, cremas, curas, test dermatológicos), lucro cesante (pérdida de ingresos si procede), daño moral por dolor y ansiedad, y perjuicio estético por cicatrices o manchas. El perito cuantifica las secuelas (extensión, visibilidad, repercusión social), su permanencia y la necesidad de tratamientos futuros (láser fraccional, peelings, luz pulsada).
- Secuelas: tamaño, localización, color y visibilidad.
- Tiempo de curación e incapacidad temporal.
- Gastos acreditados y tratamientos futuros probables.
- Afectación psicológica respaldada por informes.
Documenta todo: tickets y facturas, visitas médicas, fotografías periódicas con buena iluminación, y comunicaciones con el centro/seguro.
Plazos y dónde reclamar
Los plazos son decisivos. En general, frente a centros privados la acción puede ser civil, con plazos que varían según el tipo de responsabilidad (contractual o extracontractual). Frente a centros públicos, se tramita la responsabilidad patrimonial ante la Administración, con plazo de un año desde la estabilización de las secuelas. Dado que la casuística es amplia, conviene un análisis individual para elegir foro, plazo aplicable y estrategia probatoria. Un primer burofax puede ayudar a fijar hechos y a activar a la aseguradora.
No demores la consulta: la prescripción puede vencerse sin advertirlo. Una revisión temprana permite pedir historia clínica, asegurar evidencias y encargar pericial con tiempo.
Qué hacer tras el daño y prevención
Ante una sospecha de mala praxis, prioriza tu salud: acude a urgencias o dermatología, evita la exposición solar, no revientes ampollas y sigue tratamiento médico. Solicita copia de la historia clínica, consentimiento y fichas de sesión. Comunica por escrito el incidente al centro y guarda respuesta. Empieza un diario de síntomas con fotos fechadas. Contacta con un despacho especializado para evaluar viabilidad, encargar pericial y calcular la compensación.
- Asistencia médica inmediata y seguimiento.
- Recolección de documentos y fotografías con fecha.
- Reclamación escrita al centro y a su aseguradora.
- Asesoramiento jurídico y pericial especializado.
Prevención: exige evaluación de fototipo, test de disparo, gafas protectoras, parámetros anotados por sesión y pautas post-tratamiento por escrito. Desconfía de ofertas agresivas sin supervisión cualificada.
Preguntas frecuentes
¿Cómo sé si hubo mala praxis? Cuando el daño era evitable aplicando la técnica y prudencia exigibles: mala selección de parámetros, falta de test de disparo, ausencia de consentimiento o de protección ocular, o atención inadecuada tras la lesión.
¿Qué puedo reclamar? Gastos médicos y farmacéuticos, secuelas estéticas y funcionales, daño moral, posibles pérdidas de ingresos y tratamientos futuros necesarios, respaldado por pericial.
¿Cuánto tiempo tengo? En centros públicos, normalmente un año desde la estabilización; en privados, puede variar según la base jurídica. Consulta cuanto antes para fijar tu plazo concreto.
¿Necesito perito? Sí. Un informe pericial dermatológico/estético es esencial para probar la relación de causalidad, la mala praxis y el alcance de las secuelas.
¿Puedo negociar sin demandar? Es recomendable intentar un acuerdo con el centro y su aseguradora aportando documentación y pericial. Si no hay oferta adecuada, se acude a la vía judicial.
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