
¿Puedo demandar por una cirugía mal realizada?
Publicado el 14 de junio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 22 min
Índice
- Introducción
- ¿Qué se considera una cirugía mal realizada?
- Derechos del paciente tras una cirugía fallida
- Pruebas para demostrar la negligencia médica
- Pasos para demandar por mala praxis quirúrgica
- Plazos legales para interponer la demanda
- Indemnización por daños tras cirugía negligente
- ¿Quién puede ser responsable legalmente?
- Casos reales y jurisprudencia relevante
- Preguntas Frecuentes
- Conclusión
Introducción
Sufrir una cirugía mal realizada es una experiencia traumática que puede afectar tanto a nivel físico como emocional. Para quienes atraviesan esta situación, es natural preguntarse si es posible tomar acciones legales y demandar al profesional o centro médico responsable. La respuesta, en muchos casos, es afirmativa, siempre que se cumplan ciertos requisitos legales y se pueda demostrar la existencia de una negligencia médica. Esta sección introductoria busca ofrecer una visión clara y accesible sobre las bases jurídicas que sustentan este tipo de demandas, así como orientar al lector sobre los pasos iniciales para comenzar un proceso legal.
La mala praxis médica, especialmente en procedimientos quirúrgicos, no solo pone en riesgo la salud del paciente, sino que también puede generar secuelas permanentes, pérdida de calidad de vida, y daños psicológicos difíciles de reparar. Por ello, el sistema legal contempla vías específicas para que las personas afectadas puedan buscar una compensación justa y responsabilizar a quienes han incurrido en errores graves.
Importante: No toda cirugía con resultados negativos implica una mala praxis. Para que exista responsabilidad legal, debe demostrarse que el profesional actuó con negligencia, imprudencia o impericia, y que esta conducta tuvo consecuencias directas en la salud del paciente.
En este artículo analizaremos en profundidad qué se considera una cirugía mal realizada desde el punto de vista jurídico, cuáles son los derechos del paciente, qué tipo de pruebas pueden ser necesarias para sustentar una demanda, los plazos legales para actuar, y las posibles indemnizaciones que se pueden reclamar. También exploraremos algunos casos reales y responderemos a preguntas frecuentes para ofrecer una guía completa a quienes buscan justicia tras una experiencia médica desafortunada.
- ¿Cuándo se considera que ha habido una negligencia médica?
- ¿Qué documentos debo conservar tras una cirugía fallida?
- ¿Cómo saber si tengo base legal para una demanda?
Conocer tus derechos como paciente es el primer paso para actuar. A través de este artículo, te proporcionaremos información clave para entender el proceso legal y tomar decisiones informadas ante una situación tan delicada como una cirugía mal realizada.
¿Qué se considera una cirugía mal realizada?
Una cirugía mal realizada no se define únicamente por el hecho de que el resultado no haya sido el esperado. En términos legales y médicos, se considera una mala praxis quirúrgica cuando el profesional actúa de manera negligente, imprudente o con falta de pericia, incumpliendo los estándares que rigen la actuación médica adecuada. Esto significa que no basta con una complicación inherente al procedimiento, sino que debe existir una conducta objetivamente reprochable por parte del personal sanitario involucrado.
La medicina no es una ciencia exacta, y muchos procedimientos quirúrgicos conllevan riesgos. Sin embargo, cuando esos riesgos no han sido informados correctamente al paciente, cuando se actúa sin consentimiento informado, o cuando se cometen errores evitables, se puede considerar que estamos ante una cirugía mal realizada. Este tipo de situaciones pueden dar lugar a responsabilidad civil, administrativa o incluso penal, dependiendo de la gravedad de los hechos.
Ejemplo claro: Si un cirujano opera la parte equivocada del cuerpo, deja instrumental dentro del paciente o no respeta protocolos esenciales de higiene o procedimiento, se trata de un caso evidente de mala praxis.
También pueden considerarse cirugías mal realizadas aquellas en las que:
- No se respetan las indicaciones postoperatorias y no se hace seguimiento médico adecuado.
- Se produce una infección grave por fallos en la esterilización o atención médica.
- Se omiten pruebas previas fundamentales para evaluar los riesgos quirúrgicos.
- El resultado provoca daños permanentes o agravamiento del estado del paciente sin causa justificada.
Para evaluar si una cirugía fue mal realizada, es fundamental contar con un informe pericial médico independiente, el cual compare lo sucedido con los estándares médicos vigentes. Este informe servirá como prueba clave en cualquier proceso legal por negligencia.
En conclusión, una cirugía se considera mal realizada cuando el procedimiento quirúrgico se ejecuta sin la debida diligencia, provocando daños evitables y documentables. Conocer esta definición permite al paciente identificar si ha sido víctima de una mala praxis y valorar la viabilidad de una posible demanda.
Derechos del paciente tras una cirugía fallida
Cuando una cirugía no sale como se esperaba y el paciente sufre consecuencias negativas, es fundamental conocer cuáles son sus derechos y cómo puede ejercerlos. El sistema sanitario, junto con el marco legal vigente, protege a los pacientes frente a actuaciones negligentes, otorgándoles herramientas para reclamar y buscar una compensación justa. Tener conocimiento de estos derechos es el primer paso hacia la defensa de la salud y la dignidad del paciente.
En España, la Ley 41/2002 de Autonomía del Paciente y la legislación sobre responsabilidad civil profesional sanitaria establecen una serie de garantías que amparan a cualquier persona sometida a un procedimiento médico. Estas normativas regulan desde el consentimiento informado hasta el acceso a la historia clínica y la posibilidad de presentar reclamaciones o demandas por daños derivados de una mala praxis.
Recuerda: Incluso si firmaste un consentimiento informado, no pierdes tus derechos si se demuestra que hubo negligencia, falta de pericia o errores evitables durante la intervención quirúrgica.
Los principales derechos del paciente tras una cirugía fallida incluyen:
- Acceder a su historia clínica: para revisar informes, diagnósticos, tratamientos y notas del equipo médico.
- Solicitar un informe pericial independiente: que determine si existió una actuación negligente.
- Interponer una reclamación formal: ante el centro hospitalario, el Colegio de Médicos o las autoridades sanitarias.
- Iniciar una demanda judicial: civil, penal o contencioso-administrativa, dependiendo del caso.
- Recibir una indemnización: por daños físicos, psicológicos, materiales y morales derivados de la mala praxis.
Además, los pacientes tienen derecho a recibir información clara, veraz y comprensible sobre lo ocurrido, así como a recibir apoyo psicológico si la situación lo requiere. También pueden recurrir a asociaciones de pacientes o abogados especializados en derecho sanitario para recibir orientación legal gratuita o profesional.
En definitiva, el paciente no está indefenso ante una cirugía fallida. La ley lo ampara y le proporciona los mecanismos necesarios para exigir responsabilidad y reparar el daño sufrido. Actuar con información, asesoramiento y dentro de los plazos legales es crucial para garantizar la defensa de sus derechos.
Pruebas para demostrar la negligencia médica
En un proceso legal por mala praxis quirúrgica, contar con pruebas sólidas es esencial para demostrar que existió negligencia médica. No basta con señalar un resultado adverso o manifestar una sensación de injusticia; es necesario presentar evidencia que respalde de forma objetiva que el profesional sanitario incumplió sus deberes o actuó de forma incorrecta, provocando un daño evitable. Esta carga de la prueba recae sobre el paciente o sus representantes legales.
La recopilación de pruebas debe comenzar lo antes posible, idealmente con el apoyo de un abogado especializado en derecho sanitario. El objetivo es construir un relato clínico coherente, documentado y respaldado por peritajes profesionales que puedan sostenerse ante un juez. A continuación, se detallan las principales pruebas que se utilizan en este tipo de casos.
- Historia clínica completa: incluye todos los informes médicos, diagnósticos, pruebas preoperatorias, consentimiento informado, evolución postoperatoria y altas hospitalarias.
- Consentimiento informado: documento en el que el paciente autoriza la intervención tras haber sido debidamente informado de sus riesgos y alternativas.
- Informes de seguimiento médico: evidencian la evolución del paciente tras la cirugía y permiten detectar omisiones o negligencias en el tratamiento posterior.
- Informe pericial médico: emitido por un profesional independiente que analiza si la actuación del personal sanitario se ajustó a los estándares médicos aceptados.
- Fotografías, vídeos o testimonios: especialmente útiles en intervenciones estéticas o reconstructivas, donde los resultados pueden ser comparativos y visuales.
Consejo legal: Nunca alteres ni falsifiques ningún documento médico. Toda la información debe ser auténtica, coherente y verificable, ya que de lo contrario el caso podría ser desestimado.
También es recomendable solicitar informes de centros médicos distintos al que realizó la cirugía, con el fin de obtener una segunda opinión clínica. Estos informes pueden aportar una visión crítica e imparcial sobre si se ha cometido un error profesional. Asimismo, el testimonio de otros profesionales de la salud, como enfermeros o auxiliares, puede ser determinante en algunos casos.
En definitiva, la clave para demostrar la negligencia médica está en documentar cada etapa del proceso quirúrgico y sus consecuencias, permitiendo así construir una base sólida para la reclamación. Cuanto más exhaustiva y precisa sea la recopilación de pruebas, mayores serán las posibilidades de obtener una resolución favorable.
Pasos para demandar por mala praxis quirúrgica
Iniciar una demanda por mala praxis quirúrgica es un proceso legal que requiere organización, asesoramiento especializado y pruebas claras. El éxito de la reclamación depende en gran medida de seguir un procedimiento ordenado, dentro de los plazos legales establecidos y con la documentación adecuada. Esta guía paso a paso te orienta sobre cómo proceder si consideras que has sido víctima de una cirugía negligente.
Aunque cada caso puede tener sus particularidades, los pasos generales para demandar por una mala praxis médica en una intervención quirúrgica suelen ser los siguientes:
- Recopilar documentación médica: solicita tu historia clínica completa, informes pre y postoperatorios, resultados de pruebas, consentimiento informado, y cualquier otro documento relacionado.
- Solicitar un informe pericial: acude a un médico perito independiente que analice tu caso y determine si hubo una actuación negligente o desviación de los protocolos médicos establecidos.
- Contactar con un abogado especializado: es fundamental contar con asesoramiento jurídico experto en derecho sanitario que evalúe la viabilidad de la demanda y prepare la estrategia legal.
- Intentar una reclamación extrajudicial: en algunos casos, se puede presentar una reclamación ante el hospital o el seguro de responsabilidad civil del médico antes de acudir a los tribunales.
- Presentar la demanda judicial: si no se alcanza un acuerdo, se inicia el proceso judicial, que puede ser por la vía civil, penal o contencioso-administrativa, dependiendo de si el centro es público o privado.
Dato clave: En la mayoría de los casos civiles, el plazo para presentar una demanda por mala praxis es de 1 año desde que se conoció el daño o se estabilizó la lesión. En el ámbito penal, el plazo puede extenderse hasta 5 años, dependiendo del delito.
Además, es posible que durante el proceso se requiera realizar nuevas pruebas médicas o aportar testimonios de especialistas. La colaboración entre paciente, abogado y perito médico es esencial para articular una demanda sólida y creíble ante el juez.
Demandar por una cirugía mal realizada no solo es un derecho del paciente, sino también una vía para exigir responsabilidades y prevenir futuras negligencias. Con apoyo profesional, pruebas consistentes y determinación, es posible obtener justicia y una indemnización que repare, en parte, los daños sufridos.
Plazos legales para interponer la demanda
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta cuando se desea emprender una acción legal por mala praxis quirúrgica es el plazo en el que debe interponerse la demanda. El tiempo para reclamar no es indefinido y varía en función de la vía legal que se utilice y del tipo de centro médico (público o privado) en el que se produjo la intervención. Conocer estos plazos es fundamental para no perder el derecho a reclamar.
En general, los plazos legales comienzan a contar desde que el paciente tiene conocimiento del daño sufrido o desde que este se estabiliza. Esto significa que no siempre se computa desde el día exacto de la cirugía, sino desde que el perjuicio se hace evidente y evaluable. A continuación, se detallan los plazos más comunes en función de la vía de reclamación:
- Vía civil (centros privados): el plazo para interponer la demanda es de 1 año desde que se conoce el daño y se estabiliza la situación médica. Este plazo se basa en el artículo 1968.2 del Código Civil.
- Vía contencioso-administrativa (centros públicos): el plazo también es de 1 año y comienza a contarse desde la estabilización de las secuelas o desde el fallecimiento del paciente, si fuera el caso.
- Vía penal: en los casos más graves, como lesiones imprudentes o incluso homicidio imprudente, el plazo puede variar entre 3 y 5 años, dependiendo del tipo de delito y de las penas asociadas.
Importante: Si el paciente presenta una reclamación previa (administrativa o extrajudicial), este acto puede interrumpir el plazo de prescripción, otorgando más tiempo para preparar la demanda judicial. No obstante, debe hacerse correctamente y con asesoramiento legal.
Es recomendable actuar con rapidez una vez se tiene sospecha de negligencia médica. Dejar pasar el tiempo no solo puede dificultar la obtención de pruebas, sino que puede derivar en la pérdida total del derecho a reclamar. Por ello, ante cualquier duda, lo mejor es consultar a un abogado especializado que analice el caso y determine el plazo exacto aplicable.
Respetar los plazos legales es un requisito imprescindible para que la justicia pueda valorar tu caso. Actuar dentro del marco temporal correcto garantiza que tus derechos como paciente puedan ser ejercidos con todas las garantías jurídicas.
Indemnización por daños tras cirugía negligente
Cuando un paciente sufre daños como consecuencia de una cirugía negligente, tiene derecho a reclamar una indemnización que compense los perjuicios sufridos. Esta compensación económica no solo busca reparar los daños físicos, sino también los psicológicos, materiales y morales derivados de la mala praxis médica. Para ello, es fundamental demostrar la existencia de un error médico evitable y establecer una relación directa entre dicho error y el daño causado.
La cuantía de la indemnización varía según cada caso y depende de diversos factores, como la gravedad de las secuelas, el impacto en la calidad de vida del paciente, la pérdida de ingresos o la necesidad de tratamientos futuros. En España, aunque no existe un baremo específico obligatorio para estos casos en el ámbito civil, se suele tomar como referencia el baremo de accidentes de tráfico para valorar las lesiones, ya que es el sistema más estructurado y aceptado por los tribunales.
- Daños físicos: lesiones permanentes, cicatrices, pérdida de funcionalidad, reintervenciones necesarias.
- Daños psicológicos: ansiedad, depresión, trastornos emocionales derivados de la experiencia quirúrgica.
- Daños patrimoniales: gastos médicos, pérdida de ingresos, tratamientos de rehabilitación o farmacológicos.
- Daño moral: sufrimiento personal, pérdida de calidad de vida o afectación en la vida social y familiar.
Ejemplo: Una paciente que pierde la movilidad de una extremidad por una cirugía mal ejecutada puede reclamar no solo por el daño físico, sino también por la pérdida de oportunidades laborales y el impacto emocional que conlleva esa limitación.
Para calcular la indemnización, se recomienda contar con un perito médico que valore las secuelas desde el punto de vista clínico y funcional, así como con un informe económico que cuantifique las pérdidas y gastos. Estos informes forman parte esencial de la demanda y son claves para fundamentar la reclamación ante el tribunal o la compañía aseguradora.
En definitiva, reclamar una indemnización por daños tras una cirugía negligente es un derecho del paciente y una vía legítima para buscar reparación. Actuar con pruebas, asesoramiento legal y pericial adecuado aumenta las posibilidades de obtener una compensación justa por el sufrimiento padecido.
¿Quién puede ser responsable legalmente?
Cuando una cirugía se realiza de forma negligente y provoca daños al paciente, es fundamental identificar quién o quiénes pueden ser considerados legalmente responsables. La responsabilidad no recae únicamente en el cirujano, ya que en un entorno médico intervienen diversos profesionales y entidades que comparten obligaciones en la prestación del servicio sanitario. La identificación correcta de los responsables permitirá dirigir adecuadamente la demanda y obtener una compensación justa.
La legislación española contempla distintos supuestos de responsabilidad, tanto en el ámbito civil como penal o administrativo, dependiendo de la naturaleza del centro (público o privado) y de la gravedad de los hechos. A continuación se enumeran los posibles responsables legales en un caso de cirugía mal realizada:
- El cirujano principal: responsable directo si se demuestra una actuación negligente, imprudente o con falta de pericia durante la intervención.
- El equipo médico asistente: anestesistas, enfermeros o auxiliares que hayan cometido errores o hayan incumplido protocolos esenciales.
- El centro hospitalario: responde por fallos en la organización, en el mantenimiento de equipos, o por falta de supervisión de su personal.
- La aseguradora del profesional o centro: si existe un seguro de responsabilidad civil, puede ser demandada para cubrir la indemnización correspondiente.
- La administración pública: si la intervención se realizó en un hospital público, se puede reclamar por vía contencioso-administrativa.
Nota importante: En ocasiones, la responsabilidad es compartida entre varios actores, por lo que es posible dirigir la demanda contra todos ellos de forma solidaria, permitiendo que el juez determine el grado de responsabilidad de cada parte.
La clave está en realizar una investigación exhaustiva del caso con la ayuda de abogados especializados y peritos médicos. Analizar la historia clínica, los protocolos seguidos y las condiciones del entorno quirúrgico será esencial para establecer con claridad quién incumplió sus obligaciones legales y profesionales.
Identificar correctamente al responsable legal no solo permite iniciar una reclamación efectiva, sino que también contribuye a prevenir futuras negligencias mediante la exigencia de responsabilidades. El sistema judicial, en este sentido, no solo busca reparar el daño, sino también garantizar la calidad y seguridad en la atención médica.
Casos reales y jurisprudencia relevante
La jurisprudencia sobre negligencia médica en intervenciones quirúrgicas ha ido consolidándose en España a lo largo de los años, marcando precedentes valiosos tanto para pacientes como para profesionales del Derecho. Analizar casos reales ayuda a comprender cómo los tribunales valoran las pruebas, determinan la responsabilidad y cuantifican las indemnizaciones. A continuación se exponen ejemplos destacados que ilustran la aplicación práctica de los principios legales en situaciones concretas.
Uno de los casos más conocidos es el de una mujer operada de vesícula en un hospital público, en cuya intervención se dañó el conducto colédoco por un error técnico del cirujano. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (Sentencia 234/2019) reconoció la negligencia por no haber seguido los protocolos quirúrgicos adecuados, y condenó a la administración a indemnizar a la paciente con 120.000 euros por los daños físicos y morales sufridos.
Precedente relevante: El Tribunal Supremo (STS 282/2017) reiteró que no es necesario probar el error con certeza absoluta, sino que basta con demostrar una probabilidad cualificada de que la actuación médica fue la causa del daño, siempre que se haya producido fuera de los márgenes aceptables de riesgo.
Otro ejemplo significativo es el de un paciente que fue sometido a una intervención de cirugía estética en una clínica privada, resultando con una asimetría facial grave. El Juzgado de Primera Instancia de Barcelona (Sentencia 453/2021) falló a favor del demandante al considerar que no se le informó correctamente de los riesgos estéticos, y se le otorgó una indemnización de 45.000 euros.
La jurisprudencia también ha abordado casos donde no existió daño físico evidente, pero sí un perjuicio emocional o patrimonial derivado de una cirugía mal ejecutada o de una falta de seguimiento adecuado. Estos fallos reflejan una creciente sensibilidad de los tribunales hacia los derechos del paciente y la obligación del profesional médico de actuar con diligencia, competencia y respeto por el consentimiento informado.
En conclusión, los casos reales y la jurisprudencia consolidan criterios clave para el éxito de una demanda: la importancia de contar con peritajes independientes, la documentación médica completa, y la evaluación proporcional de los daños sufridos. Estos precedentes refuerzan el marco legal que protege al paciente ante situaciones de negligencia médica en el ámbito quirúrgico.
Preguntas Frecuentes
A continuación, respondemos a algunas de las dudas más comunes que tienen los pacientes que han sido víctimas de una cirugía mal realizada. Estas preguntas frecuentes ofrecen una guía rápida sobre aspectos legales, pruebas, derechos y pasos a seguir en caso de sospecha de negligencia médica.
¿Puedo reclamar aunque haya firmado el consentimiento informado?
Sí. El consentimiento informado no exime al profesional de responsabilidad si ha habido negligencia, imprudencia o falta de pericia. Este documento solo acredita que el paciente ha sido informado de los riesgos habituales del procedimiento, pero no cubre errores médicos evitables.
¿Qué pasa si el daño se manifiesta meses o años después de la cirugía?
El plazo para reclamar empieza a contar desde que el paciente conoce el daño o este se estabiliza, no necesariamente desde el día de la operación. Por ello, es posible demandar incluso si han pasado meses, siempre que el perjuicio sea reciente y esté bien documentado.
¿Qué coste tiene iniciar una demanda por mala praxis?
Los costes varían según el caso, pero generalmente incluyen honorarios de abogado, procurador, perito médico y tasas judiciales. Muchos despachos especializados ofrecen la posibilidad de trabajar con honorarios a éxito o facilidades de pago, especialmente si el caso es viable.
¿Es obligatorio acudir a juicio o puedo llegar a un acuerdo?
No siempre es necesario ir a juicio. En algunos casos, se puede alcanzar un acuerdo extrajudicial con el centro médico o la aseguradora, lo cual agiliza el proceso y evita costes adicionales. Sin embargo, es esencial que cualquier acuerdo garantice una compensación justa.
¿Qué importancia tiene el informe pericial en el proceso?
El informe pericial médico es una pieza clave en cualquier demanda por negligencia. Aporta una valoración objetiva y técnica sobre la actuación del profesional y permite establecer si se actuó conforme a los estándares médicos. Sin este informe, es muy difícil fundamentar una reclamación.
Estas preguntas representan solo una parte de las dudas que pueden surgir tras una cirugía negligente. Por ello, siempre se recomienda consultar con un abogado experto en derecho sanitario que pueda ofrecer un asesoramiento personalizado y realista sobre las opciones legales disponibles.
Conclusión
Sufrir las consecuencias de una cirugía mal realizada puede generar un profundo impacto en la vida del paciente, afectando su salud, su bienestar emocional y su estabilidad económica. Ante este tipo de situaciones, es importante saber que la ley ofrece herramientas para reclamar justicia y obtener una compensación adecuada. Identificar si ha habido negligencia médica, conocer los derechos como paciente y actuar dentro de los plazos legales son pasos fundamentales para iniciar cualquier proceso de reclamación.
Tal como se ha desarrollado a lo largo de este artículo, interponer una demanda por mala praxis quirúrgica requiere una adecuada planificación legal, pruebas médicas sólidas y el acompañamiento de profesionales especializados. La historia clínica, el informe pericial independiente y la documentación del perjuicio sufrido son los pilares de una reclamación exitosa.
Recuerda: Aunque la cirugía haya tenido complicaciones, solo será viable una demanda si se demuestra que el daño fue causado por una actuación médica fuera de los estándares aceptados o por una omisión de protocolos básicos.
Además, es esencial actuar con celeridad. No solo porque los plazos legales son limitados, sino porque cuanto antes se recopile la información necesaria, mayores serán las posibilidades de éxito. Muchas veces, una reclamación bien fundamentada ni siquiera llega a juicio y se resuelve mediante un acuerdo extrajudicial con el centro o la aseguradora.
En definitiva, si has sido víctima de una intervención quirúrgica negligente, no estás solo. Existen mecanismos legales y profesionales capacitados para ayudarte a recuperar tu dignidad y tus derechos. La información es poder, y tomar la decisión de reclamar puede marcar la diferencia no solo para ti, sino también para prevenir que otras personas sufran situaciones similares en el futuro.