Indemnización por mala praxis: ¿Cuánto puedes recibir?

Indemnización por mala praxis: ¿Cuánto puedes recibir?

Publicado el 04 de junio de 2025


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Introducción

La mala praxis médica es una preocupación creciente en el ámbito de la salud, no solo por sus implicaciones legales, sino también por el impacto humano y emocional que representa para las víctimas y sus familias. Cuando una actuación negligente por parte de un profesional sanitario provoca daños físicos o psicológicos, los afectados tienen derecho a reclamar una indemnización. Este derecho se basa en la necesidad de reparar el perjuicio causado y de establecer mecanismos de responsabilidad profesional dentro del sistema sanitario.

A menudo, las personas que han sufrido una experiencia médica negativa desconocen si realmente se trata de una mala praxis o simplemente de una complicación inevitable. Por ello, es fundamental entender en qué consiste este concepto legal, cómo puede identificarse y qué pasos deben seguirse para iniciar una reclamación efectiva. La indemnización por mala praxis no solo compensa el daño físico, sino también el sufrimiento, las secuelas permanentes, la pérdida de calidad de vida y otros factores clave.

Una reclamación exitosa puede suponer desde unos pocos miles hasta cientos de miles de euros, dependiendo de la gravedad de los daños y las circunstancias del caso. Es vital contar con asesoramiento legal especializado que evalúe la viabilidad de la reclamación y construya un expediente sólido que incluya informes médicos, testimonios y valoración del daño.

A lo largo de este artículo analizaremos los aspectos más relevantes que todo afectado debe conocer antes de iniciar un proceso legal: desde la definición y los tipos más comunes de mala praxis, hasta los factores que influyen en la cuantía de la indemnización y los pasos legales necesarios para reclamar. También compartiremos ejemplos reales, responderemos a las dudas más frecuentes y ofreceremos orientación sobre cómo actuar si sospechas que tú o un ser querido habéis sido víctimas de una atención médica inadecuada.

Este recurso ha sido diseñado pensando en la claridad, accesibilidad y utilidad para el lector. Tanto si estás considerando iniciar una reclamación, como si simplemente deseas informarte sobre tus derechos ante una posible negligencia sanitaria, esta guía te proporcionará una visión completa y actualizada sobre el proceso de indemnización por mala praxis en España.

¿Qué es la mala praxis?

La mala praxis médica, también conocida como negligencia médica, se refiere a cualquier actuación, omisión o conducta inadecuada por parte de un profesional de la salud que cause un daño al paciente, ya sea físico, psicológico o ambos. Para que se considere legalmente mala praxis, debe demostrarse que el profesional sanitario no actuó conforme a los estándares aceptados por la comunidad médica en una situación similar. No todo error médico es necesariamente una mala praxis, pero sí lo será si se demuestra que existió imprudencia, impericia o negligencia.

Esta figura legal se basa en la existencia de una relación médico-paciente, una obligación de medios (no de resultados) por parte del profesional, un daño o perjuicio al paciente, y un nexo causal entre la actuación negligente y el daño producido. La mala praxis puede ocurrir tanto en el ámbito público como en el privado, e involucra a médicos, enfermeros, anestesistas, cirujanos y otros profesionales sanitarios.

Es importante entender que la medicina no garantiza resultados, pero sí exige diligencia y competencia. Cuando un profesional de la salud se desvía de esos principios, incurre en responsabilidad civil, penal o incluso administrativa, según la gravedad del caso.

A continuación, se enumeran algunas situaciones típicas que podrían constituir un caso de mala praxis médica:

  • Diagnóstico incorrecto o tardío que retrasa el tratamiento adecuado.
  • Errores quirúrgicos, como intervenir el órgano equivocado o dejar instrumentos en el cuerpo.
  • Prescripción de medicamentos inadecuados o en dosis incorrectas.
  • Falta de consentimiento informado antes de realizar un procedimiento.
  • Omisión de pruebas o estudios necesarios para una evaluación precisa.

Conocer qué es la mala praxis es fundamental para poder identificar situaciones irregulares y actuar legalmente en defensa de los derechos del paciente. En los casos en que se confirma que hubo una conducta negligente, la víctima puede iniciar una reclamación para obtener una compensación económica por los daños sufridos.

Tipos de mala praxis médica

La mala praxis médica puede manifestarse de múltiples formas y en distintos momentos del proceso asistencial. Identificar el tipo de negligencia sufrida es crucial para construir una reclamación sólida y fundamentada. Cada caso puede implicar errores diferentes, desde fallos en el diagnóstico hasta intervenciones quirúrgicas mal ejecutadas. A continuación, se describen los principales tipos de mala praxis médica reconocidos en la práctica legal y sanitaria.

  • Diagnóstico erróneo o tardío: cuando el profesional no detecta una enfermedad a tiempo o la diagnostica incorrectamente, lo que impide aplicar el tratamiento adecuado y puede agravar la situación del paciente.
  • Errores en el tratamiento: administración de terapias incorrectas, cambio equivocado de medicamentos o inadecuada supervisión de los efectos secundarios.
  • Negligencia quirúrgica: operaciones en órganos equivocados, olvido de material quirúrgico en el interior del cuerpo o realización de intervenciones sin justificación clínica suficiente.
  • Defectos en la atención postoperatoria: falta de seguimiento tras una intervención, omisión de revisiones o descuido en la detección de complicaciones.
  • Falta de consentimiento informado: no explicar adecuadamente los riesgos del procedimiento al paciente o realizar intervenciones sin su autorización explícita.
  • Errores obstétricos: negligencias durante el embarazo, parto o postparto que pueden causar daños al bebé o a la madre, como uso indebido de fórceps o demora en realizar una cesárea urgente.
  • Infecciones nosocomiales: contraídas dentro del hospital debido a la falta de higiene o protocolos de prevención adecuados.

No todos los errores médicos constituyen una mala praxis legalmente reclamable. Para que exista responsabilidad, debe demostrarse que el profesional actuó de forma negligente y que esa actuación fue la causa directa del daño sufrido por el paciente.

Cada uno de estos tipos puede tener consecuencias físicas, emocionales y económicas importantes para la víctima. Por ello, es esencial recopilar pruebas médicas, informes periciales y documentación que acredite tanto el error como el perjuicio derivado. Contar con un abogado especializado en negligencias médicas es clave para identificar el tipo de mala praxis y reclamar la indemnización correspondiente.

Cómo demostrar la mala praxis

Demostrar una mala praxis médica no es tarea sencilla, ya que requiere reunir pruebas sólidas que evidencien que el profesional de la salud actuó con negligencia, impericia o imprudencia, y que dicha actuación causó un daño al paciente. A diferencia de otros tipos de reclamaciones legales, en los casos de negligencia médica es imprescindible establecer un vínculo directo entre la conducta del sanitario y el perjuicio sufrido.

El proceso de demostración se compone de varios pasos que deben llevarse a cabo con rigor y asesoramiento experto. Uno de los elementos más importantes es la recopilación de documentación médica, ya que será la base sobre la cual se evaluará la actuación del profesional. Además, se requerirá generalmente un informe pericial elaborado por un médico independiente, que analice si hubo una desviación de la lex artis, es decir, de los estándares clínicos aceptados.

  • Solicitar copia completa del historial clínico del paciente.
  • Reunir pruebas de los daños: informes, diagnósticos, tratamientos, fotografías, etc.
  • Obtener testigos, si los hubiera, que presenciaron la actuación médica cuestionada.
  • Contratar un perito médico especializado que analice el caso en detalle.
  • Consultar a un abogado experto en derecho sanitario o negligencias médicas.

El informe pericial es un elemento clave en cualquier reclamación por mala praxis. Este documento debe explicar con claridad técnica y objetividad por qué la actuación del profesional sanitario se desvió del estándar esperado y cómo ello ha derivado en consecuencias negativas para el paciente.

Es fundamental también tener en cuenta los plazos legales para interponer la reclamación, ya que en muchos casos la acción prescribe si no se actúa dentro de un determinado periodo. En España, el plazo general para presentar una demanda por responsabilidad civil extracontractual derivada de mala praxis médica es de un año desde que el afectado tiene conocimiento del daño.

En definitiva, demostrar una mala praxis médica implica un trabajo detallado y profesional, donde cada prueba cuenta. Por ello, contar desde el inicio con un equipo legal y pericial especializado es esencial para incrementar las posibilidades de éxito en una reclamación y obtener la indemnización que corresponda por los daños sufridos.

Cuantías de indemnización por mala praxis

La cuantía de una indemnización por mala praxis médica varía significativamente en función de múltiples factores. No existe una cifra única o predeterminada, ya que cada caso se analiza de forma individual atendiendo a la gravedad del daño, la edad del paciente, las consecuencias sufridas y el impacto en su calidad de vida. El objetivo de la indemnización es compensar tanto los perjuicios físicos como los morales y económicos derivados del acto negligente.

En España, las cuantías se calculan en base a un baremo similar al utilizado en los accidentes de tráfico, aunque con adaptaciones al ámbito sanitario. Este baremo sirve como referencia, pero los jueces pueden aplicar criterios propios dependiendo del contexto y la documentación probatoria presentada.

  • Daños físicos permanentes: lesiones irreversibles, amputaciones, incapacidades.
  • Daños morales: sufrimiento, ansiedad, depresión o pérdida de autonomía.
  • Pérdida de ingresos: imposibilidad de trabajar temporal o permanentemente.
  • Gastos médicos y rehabilitación: tratamientos, terapias, medicamentos, desplazamientos.
  • Daños estéticos: cicatrices, deformidades u otras secuelas visibles.

Como ejemplo orientativo, las indemnizaciones pueden oscilar entre los 5.000 € por errores leves con consecuencias menores, hasta los 500.000 € o más en casos graves que implican invalidez, fallecimiento o daños cerebrales permanentes. En casos de fallecimiento, la indemnización también contempla compensaciones para los familiares directos.

Para determinar la cantidad adecuada es imprescindible contar con un informe pericial detallado que valore el alcance real del daño. Además, los abogados especializados tienen experiencia en calcular las cantidades aproximadas que podrían reclamarse, basándose en precedentes judiciales y baremos actualizados.

En definitiva, el cálculo de la indemnización es una parte crítica del proceso legal. Una valoración adecuada puede marcar la diferencia entre una compensación justa y una cantidad insuficiente. Por ello, es recomendable actuar con asesoramiento profesional desde el inicio para reclamar lo que realmente corresponde según la ley.

Factores que influyen en la indemnización

La cuantía de una indemnización por mala praxis médica no se determina de forma aleatoria, sino que se calcula en base a una serie de factores clave que inciden directamente en la valoración del daño sufrido. Estos elementos son analizados por peritos médicos, abogados y jueces, y su combinación define el importe final que podría recibir la persona afectada. Conocer estos factores es esencial para entender cómo se configura una reclamación y por qué dos casos aparentemente similares pueden tener resoluciones económicas muy distintas.

  • Gravedad del daño: Las lesiones leves suelen recibir indemnizaciones menores, mientras que las secuelas graves, permanentes o que afectan a la autonomía del paciente incrementan considerablemente la cuantía.
  • Edad de la víctima: Cuanto más joven sea la persona afectada, mayor será el impacto del daño en su vida futura, lo cual influye en el cálculo económico de la compensación.
  • Pérdida de ingresos: Si la mala praxis impide que la víctima continúe con su actividad laboral, se calcula el lucro cesante, es decir, los ingresos dejados de percibir.
  • Necesidades de tratamiento o asistencia futura: Gastos relacionados con cirugías, rehabilitación, asistencia domiciliaria, prótesis u otros cuidados médicos necesarios a largo plazo.
  • Daño moral y psicológico: Incluye el sufrimiento, la angustia, la pérdida de calidad de vida y la afectación emocional derivada del hecho negligente.
  • Existencia de fallecimiento: Si la negligencia médica desemboca en la muerte del paciente, los familiares pueden reclamar una compensación adicional por pérdida afectiva y dependencia económica.

Cada uno de estos factores debe ser debidamente acreditado con documentación médica, informes periciales y pruebas objetivas. La correcta presentación del caso y su fundamentación técnica influyen decisivamente en el resultado final del procedimiento.

Además, el ámbito en el que se haya producido la mala praxis (sanidad pública o privada) también puede afectar al procedimiento y a la valoración del daño, ya que existen diferencias procesales y jurídicas importantes. Asimismo, los antecedentes médicos del paciente, la rapidez en detectar el error y el seguimiento ofrecido tras la negligencia también se tienen en cuenta en muchos casos.

En conclusión, valorar una indemnización por mala praxis médica requiere un enfoque integral, personalizado y ajustado a las circunstancias concretas de cada víctima. Por eso, contar con asesoramiento legal y médico especializado desde el inicio del proceso es clave para obtener una compensación justa y proporcional al daño causado.

Plazos para reclamar una indemnización

Reclamar una indemnización por mala praxis médica está sujeto a unos plazos legales que deben respetarse rigurosamente. Estos plazos, conocidos como periodos de prescripción, determinan el tiempo máximo del que dispone la víctima para iniciar acciones legales desde que tiene conocimiento del daño. Superado ese límite, la reclamación puede ser inadmitida, incluso si la negligencia está probada. Por ello, conocer los tiempos legales es esencial para no perder el derecho a ser indemnizado.

En España, el plazo varía según el ámbito en el que se haya producido la negligencia médica, y si se reclama en la vía civil, penal o contencioso-administrativa. A continuación se resumen los principales escenarios:

  • Sanidad pública (vía administrativa): 1 año desde que el afectado conoce el daño o recibe el alta médica. La reclamación se presenta ante la administración correspondiente (comunidad autónoma o entidad sanitaria).
  • Sanidad privada (vía civil): 1 año si se reclama por responsabilidad extracontractual, o hasta 5 años si existe contrato previo entre paciente y profesional o centro médico.
  • Vía penal: Hasta 5 años, dependiendo de la calificación del delito, si la negligencia es grave y se desea iniciar un proceso penal contra el profesional sanitario.

El cómputo del plazo comienza a contar desde el momento en que la víctima tiene conocimiento efectivo del daño, no necesariamente desde que se produce la actuación médica. Este detalle puede ser clave para justificar reclamaciones fuera del año natural desde el tratamiento.

También es importante señalar que presentar una reclamación administrativa interrumpe el plazo de prescripción, lo que ofrece un margen adicional de tiempo mientras se tramita dicha vía. Sin embargo, si esta es rechazada, será necesario acudir a los tribunales dentro de otro plazo específico, por lo que conviene actuar con rapidez y estrategia.

En conclusión, actuar dentro del plazo es tan importante como reunir las pruebas adecuadas. Contar con el asesoramiento de un abogado especializado desde las primeras sospechas de negligencia puede marcar la diferencia entre una reclamación exitosa y la pérdida del derecho a indemnización por haber dejado pasar el tiempo legalmente establecido.

Casos reales de indemnización por mala praxis

Para entender cómo funciona la reclamación por mala praxis médica en la práctica, resulta útil conocer casos reales en los que los tribunales han determinado la existencia de negligencia y han otorgado una indemnización a los afectados. Estos ejemplos no solo ilustran la variedad de situaciones que pueden dar lugar a una reclamación, sino también los criterios aplicados por los jueces para valorar los daños y fijar las cuantías.

A continuación, se recogen algunos casos relevantes resueltos por la justicia española que muestran la gravedad de algunas actuaciones médicas y la compensación económica derivada:

  • Retraso en el diagnóstico de cáncer de mama: Una paciente recibió una indemnización de 180.000 € tras demostrarse que, pese a presentar síntomas evidentes, el centro sanitario no solicitó las pruebas adecuadas, lo que retrasó el tratamiento y redujo sus posibilidades de supervivencia.
  • Fallecimiento por sobredosis de anestesia: En un caso en Madrid, la familia de una mujer fallecida durante una intervención estética fue indemnizada con 320.000 € tras confirmarse una administración errónea de anestesia y falta de reanimación adecuada.
  • Secuelas tras parto mal gestionado: Un bebé que sufrió parálisis cerebral debido a un uso negligente de fórceps durante el parto dio lugar a una indemnización superior a 1 millón de euros para costear los cuidados de por vida y compensar el daño moral a los padres.
  • Cirugía en ojo equivocado: Un paciente fue intervenido por error en el ojo sano. El tribunal reconoció la negligencia y concedió una indemnización de 60.000 € por daño estético, moral y funcional.

Estos casos ponen de manifiesto la importancia de contar con pruebas médicas, informes periciales y representación legal especializada. La justicia puede tardar, pero cuando la responsabilidad queda probada, el sistema contempla mecanismos de reparación económica para las víctimas.

Además, los precedentes judiciales permiten a abogados y peritos establecer comparaciones para valorar nuevas reclamaciones, lo que ayuda a estimar el alcance de una posible indemnización. Cada caso es único, pero estas resoluciones contribuyen a dar visibilidad a las consecuencias de la negligencia médica y a fomentar una mayor cultura de responsabilidad dentro del ámbito sanitario.

Preguntas frecuentes

A continuación, se responden algunas de las preguntas más comunes relacionadas con la indemnización por mala praxis médica. Estas respuestas buscan esclarecer los puntos más importantes del proceso, desde los derechos de las víctimas hasta el procedimiento a seguir. Si tienes más dudas, no dudes en consultar con un abogado especializado en este tipo de casos.

¿Cómo saber si soy víctima de mala praxis médica?
Si sospechas que has sufrido una mala praxis, el primer paso es revisar tu historial médico y consultar con un especialista que pueda evaluar si el tratamiento recibido fue adecuado. También es importante obtener una segunda opinión y un informe pericial para confirmar la negligencia.

¿Qué plazos tengo para reclamar por mala praxis?
El plazo para presentar una reclamación depende de la naturaleza del caso, pero generalmente tienes hasta un año desde que conoces el daño para reclamar por vía civil. En algunos casos, como en la sanidad pública, este plazo puede ser más corto.

¿Puedo recibir una indemnización si el daño no es físico?
Sí, la indemnización no solo cubre daños físicos, sino también psicológicos y morales. La angustia, el sufrimiento emocional y la pérdida de calidad de vida son elementos que también pueden ser compensados.

¿Cuánto tiempo tarda el proceso de indemnización por mala praxis?
El proceso puede durar entre varios meses y años, dependiendo de la complejidad del caso y la carga de trabajo de los tribunales. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a varias instancias judiciales.

¿Es necesario contratar un abogado especializado?
Aunque no es obligatorio, contar con un abogado especializado en negligencia médica es altamente recomendable. Un abogado con experiencia en este tipo de casos puede garantizar que tu reclamación se gestione de la manera más eficaz posible y te ayude a obtener una indemnización justa.

Conclusión

La indemnización por mala praxis médica es un derecho fundamental de las víctimas de negligencia sanitaria, y reclamarla implica un proceso legal detallado y complejo. A lo largo de este artículo, hemos abordado los aspectos más importantes para comprender cómo se lleva a cabo una reclamación, desde los factores que determinan la cuantía de la indemnización hasta los plazos legales que deben ser respetados.

Es importante recordar que la mala praxis médica no solo se refiere a errores evidentes, como una cirugía incorrecta, sino que también abarca otras situaciones más complejas, como diagnósticos erróneos o la omisión de pruebas esenciales. El impacto de estas situaciones puede ser devastador, afectando tanto la salud física como el bienestar emocional y financiero de la víctima.

La buena noticia es que, si se logra demostrar la negligencia, las víctimas tienen derecho a recibir una compensación económica justa que cubra los daños sufridos. Sin embargo, es fundamental contar con pruebas claras y un abogado especializado que guíe a los afectados durante todo el proceso.

En conclusión, aunque el camino hacia una indemnización por mala praxis médica puede ser largo y complicado, es un proceso posible y justo. Es crucial no dejar pasar los plazos legales y buscar el apoyo de profesionales capacitados que puedan ayudar a garantizar una resolución favorable. La justicia está diseñada para proteger a las víctimas y, cuando se demuestran los hechos, la compensación económica puede ser una herramienta vital para reconstruir las vidas afectadas por la negligencia médica.

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