Errores médicos en tratamientos de fertilidad masculina

Errores médicos en tratamientos de fertilidad masculina

Publicado el 07 de noviembre de 2025


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Qué es un error médico en fertilidad masculina

Los errores médicos en tratamientos de fertilidad masculina son fallos en la atención sanitaria que se apartan de la buena práctica clínica y generan un daño o un resultado adverso evitable. En el terreno de la andrología y la reproducción asistida, estos errores pueden producirse en cualquier fase del proceso: desde la anamnesis y el diagnóstico inicial, pasando por la realización del seminograma y otras pruebas, hasta la pauta de medicación, las intervenciones quirúrgicas (como la reparación de varicocele) y los procedimientos de laboratorio en técnicas como ICSI o FIV. La complejidad técnica, la coordinación entre múltiples profesionales y la sensibilidad del material biológico hacen que la fertilidad masculina requiera protocolos estrictos y controles redundantes para minimizar riesgos.

Un error no implica necesariamente mala fe; puede derivarse de una evaluación incompleta, de no descartar patologías tratables (hipogonadismo, infecciones, obstrucciones del tracto seminal), de aplicar tratamientos sin indicación, de ignorar interacciones farmacológicas o de ejecutar de forma deficiente procedimientos delicados de laboratorio (por ejemplo, identificación de muestras, preparación espermática o selección de espermatozoides). También son relevantes los errores de comunicación: la ausencia de un consentimiento informado claro, la entrega de expectativas irreales o la omisión de alternativas terapéuticas.

Claves para identificar un posible error:

  • Desviación de guías clínicas o protocolos internos de la clínica.
  • Informes contradictorios, resultados que “no cuadran” o cambios sin justificación.
  • Falta de trazabilidad de la muestra o incidencias no registradas.
  • Ausencia de consentimiento informado específico o de advertencias de riesgo.

Desde la perspectiva del paciente, es esencial mantener una actitud proactiva: pedir copias de informes, anotar fechas y nombres de profesionales, y registrar cualquier incidencia. Si bien la medicina no garantiza resultados, la fertilidad masculina exige estándares altos; cuando éstos se vulneran y hay daño, puede haber responsabilidad.

Diagnóstico inicial y pruebas básicas

El diagnóstico riguroso es la base para evitar errores médicos. En una evaluación inicial correcta se combinan historia clínica detallada, exploración física y pruebas complementarias. Deben abordarse antecedentes personales (criptorquidia, paperas postpuberales, traumatismos), laborales (exposición a tóxicos o calor), farmacológicos (finasterida, anabolizantes, quimioterapia), hábitos (tabaco, alcohol, cannabis) y sexuales (disfunción eréctil, eyaculación retrógrada). La exploración incluye volumen testicular, presencia de varicocele, alteraciones epididimarias y del conducto deferente.

El seminograma, repetido al menos dos veces con intervalos adecuados, es central para caracterizar oligozoospermia, astenozoospermia y teratozoospermia, además de azoospermia. A menudo se añade test de fragmentación del ADN espermático, cultivos, serologías y perfil hormonal (FSH, LH, testosterona total y libre, prolactina, TSH). La ecografía testicular y transrectal ayuda a detectar varicocele, obstrucciones o quistes. Ignorar estas pruebas o no repetirlas ante resultados anómalos es una fuente típica de fallo.

  • Errores frecuentes: no repetir el seminograma, interpretar mal los rangos de referencia, omitir el perfil hormonal, olvidar descartar infecciones.
  • Impacto: tratamientos innecesarios, retrasos que reducen probabilidad de éxito o complicaciones por fármacos mal indicados.
  • Prevención: protocolos escritos, segunda opinión y comunicación transparente de incertidumbre diagnóstica.

Checklist práctico: dos seminogramas, hormonas completas, ecografía si procede, evaluación de estilo de vida, revisión de medicación y plan de seguimiento con fechas.

Una correcta orientación inicial evita encadenar decisiones equivocadas. En fertilidad masculina la oportunidad es oro: cada ciclo perdido pesa, especialmente cuando existe factor femenino asociado por edad.

Fallos en el análisis de semen y cadena de custodia

El laboratorio de andrología es un punto crítico. La precisión del seminograma depende de la correcta recolección, transporte y procesamiento de la muestra. Entre los errores más dañinos se encuentran la identificación incorrecta de muestras, la contaminación cruzada, los tiempos de licuefacción y análisis fuera de ventana, o el uso de equipos mal calibrados. Cualquier ruptura en la cadena de custodia pone en duda la validez de los resultados y puede conducir a decisiones terapéuticas erróneas, incluidas ICSI o FIV innecesarias.

La trazabilidad debe quedar por escrito: etiqueta con doble verificación, registro de hora de emisión y recepción, temperatura de transporte, controles de calidad internos y externos. El personal necesita formación continua y auditorías periódicas. Es un error frecuente no dejar constancia de incidencias (retrasos, volumen escaso, abstinencia inadecuada), silenciando factores que alteran el recuento o la motilidad.

  • Recolección sin abstinencia adecuada o fuera de las instrucciones.
  • Recipientes no estériles o sin etiquetado redundante.
  • Microscopios sin mantenimiento o software desactualizado.
  • Falta de doble testigo en pasos críticos y ausencia de registros.

Consejo para pacientes: solicita una copia del parte de laboratorio con horas, incidencias y códigos; conserva fotografías de etiquetas si la clínica lo permite y anota el nombre del profesional que recepciona la muestra.

Si se sospecha error, puede pedirse repetición del análisis en un centro independiente. En contextos legales, la integridad documental de la cadena de custodia será clave para acreditar la mala praxis.

Errores en tratamientos farmacológicos y hormonales

La terapia médica en fertilidad masculina abarca desde antibióticos para prostatitis o epididimitis hasta tratamientos hormonales en hipogonadismo o estímulos de la espermatogénesis. Los errores comunes incluyen prescribir fármacos contraindicados, dosificar sin monitorización, mantener tratamientos más allá del plazo recomendado o iniciar hormonas sin confirmar el diagnóstico etiológico (por ejemplo, administrar testosterona exógena que, paradójicamente, puede suprimir la producción endógena y empeorar el recuento espermático).

Otras fuentes de problemas son las interacciones no vigiladas (finasterida, antidepresivos, antiinflamatorios crónicos), la falta de control de efectos adversos (hematocrito elevado, alteraciones hepáticas) y la ausencia de objetivos y plazos claros. Un plan correcto especifica dosis, criterios de respuesta, hitos temporales y cuándo suspender o escalar a técnicas de reproducción asistida.

  • Antes de tratar: confirmar diagnóstico, descartar causas reversibles y consensuar objetivos medibles.
  • Durante: controles analíticos y clínicos programados, registro de efectos adversos, ajuste de dosis.
  • Después: evaluar beneficio real; evitar tratamientos indefinidos sin evidencia.

Punto crítico: el paciente debe recibir por escrito indicaciones, posibles riesgos y señales de alarma. La ausencia de esta información puede constituir un defecto en el consentimiento y potenciar la responsabilidad si ocurre un daño.

Una gestión farmacológica prudente protege tanto el resultado reproductivo como la seguridad del paciente y reduce la probabilidad de errores médicos reclamables.

Riesgos y errores en ICSI y FIV con factor masculino

En presencia de factor masculino moderado o severo, la ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) y la FIV ofrecen opciones eficaces, pero exigen diligencia máxima. Los riesgos abarcan desde la selección inadecuada de espermatozoides y fallos en la capacitación hasta errores de etiquetado en placas, incubadoras o criotubos. La bioseguridad y la trazabilidad son esenciales: cada paso debe contar con doble verificación por personal distinto (witnessing), alarmas de incubadoras y registros continuos de temperatura y gases.

Errores típicos incluyen mezclar gametos de pacientes diferentes, roturas de cadena fría en muestras criopreservadas, uso erróneo de medios de cultivo o tiempos de exposición no conformes. También puede fallar la comunicación entre laboratorio y consulta, provocando que el paciente no reciba a tiempo información sobre fecundación, calidad embrionaria y recomendaciones para transferencia o congelación. La omisión de alternativas (esperma de donante, TESE/MESA, repetición con optimización de preparación espermática) puede ser, igualmente, un defecto de praxis.

  • Protocolos de identificación redundante en cada placa y tubo.
  • Registro electrónico con alertas y auditorías internas periódicas.
  • Plan de contingencia ante cortes eléctricos o fallos de nitrógeno en tanques.
  • Entrega al paciente de informes comprensibles y tiempos clave por escrito.

Señales de alerta: variaciones bruscas no explicadas en tasas de fecundación, pérdidas de muestras, informes incompletos o discordantes y negativa a facilitar registros brutos del laboratorio.

La fertilidad masculina en RA no es solo tecnología: es método, control de riesgos y transparencia. Cuando estos pilares fallan, el daño puede ser emocional, económico y jurídico.

Cirugía andrológica y urológica: riesgos comunes

La cirugía del varicocele, las biopsias testiculares (TESE), las vasovasostomías o la desobstrucción de conductos seminales son procedimientos que, bien indicados, pueden mejorar la fertilidad masculina. Los errores más relevantes derivan de una selección deficiente de candidatos, de la falta de información realista sobre beneficios y riesgos, o de la técnica quirúrgica inadecuada. Las complicaciones incluyen hematomas, infecciones, dolor crónico, hipogonadismo secundario y daño testicular que empeora la espermatogénesis.

No documentar la indicación (p. ej., operar un varicocele subclínico sin correlato en seminograma), no planificar el acceso a criopreservación en TESE, o no prever alternativas no quirúrgicas son fallas que pueden ser objeto de reclamación. El seguimiento postoperatorio también es crítico: omitir controles, no manejar adecuadamente el dolor o no advertir signos de alarma retrasa la detección de complicaciones.

  • Historia clínica y evidencias que sustenten la indicación.
  • Técnica y experiencia del cirujano documentadas, tasa de complicaciones.
  • Plan postoperatorio escrito: reposo, medicación, signos de alarma y controles.

Recordatorio: la cirugía busca mejorar probabilidades, no garantiza embarazo. Vender certezas o no cuantificar riesgos puede considerarse información defectuosa.

Ante resultados peores que lo razonable, solicita informe operatorio, anatomía patológica (si la hubo) y evolución clínica detallada; constituyen la base de cualquier revisión independiente.

Consentimiento informado, confidencialidad y datos genéticos

El consentimiento informado es un pilar legal y ético. En fertilidad masculina debe explicar finalidad, alternativas, riesgos frecuentes y raros, limitaciones y costes. Un consentimiento genérico no es suficiente si se proponen procedimientos específicos (ICSI, criopreservación, biopsia testicular, uso de donante). Debe entregarse por escrito, permitir preguntas y otorgar tiempo razonable para decidir. Cualquier modificación del plan debe actualizar el consentimiento.

La confidencialidad es especialmente sensible cuando se manejan datos genéticos y material reproductivo. Las clínicas han de asegurar sistemas de custodia, control de accesos y anonimato en donación, además de políticas claras de uso secundario de muestras y tiempos de conservación. Informar mal sobre la posibilidad de transmisión de enfermedades genéticas, o no ofrecer cribados cuando están indicados, puede derivar en responsabilidad si se hubiera evitado un daño previsible.

  • Consentimientos específicos por técnica y por uso de muestras.
  • Información sobre pruebas genéticas, sus límites y significado.
  • Políticas de privacidad y destrucción/uso de material criopreservado.

Buena práctica: recibir copias firmadas, versiones con fecha y un resumen de riesgos y alternativas entendido por el paciente. Guarda todo junto con tus informes y resultados.

Cuando el consentimiento es insuficiente o engañoso, aun sin error técnico, puede haber vulneración del derecho a decidir informado y, por tanto, reclamación viable.

Cómo probar la mala praxis: documentación y peritaje

Probar una mala praxis requiere método. Reúne historia clínica completa, consentimientos, informes de laboratorio con trazabilidad, partes de quirófano, comunicaciones por escrito y cronología detallada. Anota fechas de visitas, quién atendió, qué se indicó y qué se entregó. Si sospechas de un error médico concreto (p. ej., mezcla de muestras o incumplimiento de cadena de custodia), solicita por escrito los registros brutos del laboratorio: hojas de trabajo, logs de incubadoras, alarmas, temperaturas y listados de testigo.

El peritaje andrológico/embriológico independiente compara lo actuado con guías y estándares. Su informe valora si hubo desviación, si esa desviación causó el daño y cuál es el nexo causal. También orienta sobre el daño indemnizable (gastos de tratamientos, pérdida de oportunidad reproductiva, daño moral).

  • Solicita la historia completa por escrito; el centro debe entregarla en plazo.
  • Conserva facturas, presupuestos y justificantes de desplazamientos.
  • Pide segundas opiniones clínicas antes de actuar legalmente cuando sea posible.

Tip organizativo: crea una carpeta con subcarpetas: Diagnóstico, Laboratorio, Cirugía, Consentimientos, Comunicaciones, Facturación. Un orden claro acelera el peritaje y fortalece tu caso.

Una presentación sólida, coherente y cronológica aumenta las posibilidades de éxito, ya sea en negociación con el seguro del centro, mediación o vía judicial.

Reclamaciones, vías legales y plazos

Las vías de reclamación dependen de si el tratamiento tuvo lugar en sistema público o en clínica privada. En lo privado, se acciona frente a la clínica y su aseguradora por responsabilidad civil; en lo público, se tramita un procedimiento de responsabilidad patrimonial de la administración sanitaria. En ambos casos, la clave es acreditar la desviación de la lex artis y el nexo causal con el daño. Antes de litigar, suele intentarse una reclamación previa con el informe pericial y una propuesta de indemnización.

Los plazos varían según la jurisdicción aplicable, pero conviene actuar con rapidez: solicita la historia clínica cuanto antes (evita pérdidas o “lagunas”), preserva material probatorio y consulta a un profesional con experiencia en mala praxis en reproducción asistida. A menudo es útil plantear mecanismos alternativos de resolución (mediación) para acortar tiempos y costes, especialmente cuando el objetivo es compensación económica y mejora de procedimientos más que la confrontación.

  • Reclamación previa y negociación con la aseguradora.
  • Acción judicial civil o contencioso-administrativa, según el caso.
  • Medidas cautelares de conservación de registros y muestras, si procede.

Resultado deseable: reparación económica proporcional y compromiso del centro para corregir protocolos, minimizando que otros pacientes sufran errores similares.

Actuar con asesoramiento temprano permite seleccionar la estrategia más eficiente, alineada con tus expectativas y posibilidades reales de éxito.

Preguntas frecuentes

¿Un mal resultado implica siempre un error médico?

No. La medicina reproductiva maneja probabilidades, no certezas. Hay error cuando se aparta de la buena práctica y ese apartamiento causa un daño evitable. La evaluación pericial es la que determina si hubo desviación y nexo causal.

¿Qué pruebas debo solicitar a la clínica si sospecho un fallo de laboratorio?

Historia clínica completa, registros de laboratorio (trazabilidad de muestras, logs de incubadoras, alarmas, hojas de trabajo), consentimientos firmados, informes diarios de fecundación y calidad embrionaria, y cualquier parte de incidencias.

¿Se puede repetir el seminograma en otro centro para contrastar?

Sí. Es recomendable repetirlo en un laboratorio independiente con buenos estándares de calidad. Lleva las instrucciones de abstinencia y conserva el justificante con hora de entrega y recepción.

¿Qué indemnizaciones son habituales en estos casos?

Depende del daño: gastos de tratamientos previos y futuros, pérdida de oportunidad reproductiva, daño moral y, en ocasiones, lucro cesante. La cuantía la fundamenta un peritaje y la negociación con la aseguradora o la sentencia judicial.

¿Cuándo acudir a un abogado?

Cuanto antes. Un profesional especializado te ayudará a solicitar la documentación correcta, preservar pruebas y elegir la vía de reclamación más adecuada dentro de plazo.

Si te enfrentas a dudas sobre fertilidad masculina y sospechas de errores médicos, una revisión independiente puede aportar claridad y orientar los siguientes pasos clínicos y legales.