
¿Cómo reclamar si un tratamiento láser salió mal?
Publicado el 04 de septiembre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 7 min
Índice
- Qué hacer tras un tratamiento láser mal realizado
- Derechos del paciente y normativa aplicable
- Reunir pruebas y documentación
- Evaluación del daño y secuelas
- Reclamación amistosa a la clínica
- Sanidad pública vs privada
- Vías extrajudiciales: consumo, seguros y mediación
- Demanda por responsabilidad médica y plazos
- Indemnizaciones habituales y cálculo
- Preguntas frecuentes
Qué hacer tras un tratamiento láser mal realizado
Si has sufrido quemaduras, manchas, cicatrices o dolor persistente después de un procedimiento estético con láser, el primer paso para reclamar un tratamiento láser es pensar en tu salud: busca atención médica inmediata y solicita que la visita quede registrada. La constancia clínica temprana enlaza el daño con la fecha del procedimiento y será clave para cualquier reclamación posterior. Evita la automedicación, conserva las recomendaciones médicas y pide un parte detallado con diagnóstico, tratamiento y pronóstico.
En segundo lugar, anota los hechos mientras están frescos: fecha, centro y profesional, dispositivo usado (si te lo dijeron), energía o sesión aplicada, zonas tratadas y cualquier incidente percibido (olor intenso a quemado, dolor inusual, ausencia de prueba en zona pequeña, etc.). Reúne el contrato, consentimiento informado y publicidad del centro, ya que muchas veces se prometen resultados sin explicar riesgos ni contraindicaciones, lo que incide en la responsabilidad médica o del establecimiento.
Fotografía las lesiones con buena luz, incluyendo imágenes fechadas a lo largo de las semanas para mostrar evolución, cambio de color, descamación o aparición de cicatrices. Guarda las citas y comunicaciones con la clínica; si te ofrecen “arreglarlo” gratis, no renuncies a tus derechos ni firmes documentos sin asesoramiento.
Checklist inicial:
- Atención médica y parte de lesiones.
- Fotos con fecha y seguimiento semanal.
- Contrato, consentimiento y publicidad.
- Datos del profesional y del dispositivo.
- Comunicación escrita con la clínica.
Derechos del paciente y normativa aplicable
Además de la diligencia profesional exigible, el centro debe ofrecerte información clara, comprensible y por escrito sobre riesgos, contraindicaciones y cuidados pre y postprocedimiento. El consentimiento informado no es un mero papel: debe personalizarse a tu situación (fototipo, medicación, historial dermatológico) y explicar alternativas y riesgos frecuentes como eritema, hiperpigmentación, hipopigmentación, quemaduras o cicatrices. Si te prometieron resultados “sin riesgo”, puede existir publicidad engañosa y un incumplimiento del deber de información.
Los centros sanitarios y estéticos están obligados a disponer de personal cualificado y equipos con mantenimiento y calibración adecuados. El incumplimiento de protocolos de prueba, la selección incorrecta de parámetros o realizar sesiones pese a contraindicaciones (exposición solar reciente, ciertos fármacos, infecciones cutáneas) refuerza la responsabilidad del centro. Guardar toda la documentación y solicitar tu historia clínica es un derecho: pide por escrito tu expediente completo, incluyendo hojas de cabina, parámetros usados y hojas de seguimiento.
Puntos clave de tus derechos:
- Información veraz y consentimiento informado específico.
- Profesionales capacitados y equipos en correcto estado.
- Historia clínica y registros accesibles bajo solicitud.
- Protección frente a publicidad engañosa y cláusulas abusivas.
Reunir pruebas y documentación
Para reclamar tratamiento láser con éxito, necesitarás un paquete probatorio sólido. Empieza por la historia clínica: solicita por escrito a la clínica toda la documentación (consentimientos, hoja técnica del equipo, parámetros aplicados, sesiones, incidencias). Complementa con informes de un dermatólogo independiente describiendo lesiones, relación causal probable con el láser y plan terapéutico. Si existen cicatrices o hiperpigmentación, es útil un peritaje médico especializado para cuantificar daño estético y funcional.
Las imágenes son esenciales: realiza fotografías periódicas en las mismas condiciones de luz y distancia; si puedes, incorpora una regla o referencia para escala. Guarda presupuestos de tratamientos correctores (láser fraccionado, peelings, cremas despigmentantes, microinjertos) y tickets de farmacia. Todo gasto debe justificarse. Con respecto a comunicaciones, prioriza el correo electrónico o burofax para dejar constancia de lo que te dicen y de tus solicitudes; evita llamadas sin registro.
- Informes médicos iniciales y de seguimiento.
- Peritaje dermatológico/estético con valoración del daño.
- Fotos con línea temporal y metadatos si es posible.
- Facturas y presupuestos de tratamientos reparadores.
- Mensajes, emails y respuestas de la clínica.
Un dossier bien organizado agiliza reclamaciones extrajudiciales y procesos judiciales, y puede facilitar acuerdos tempranos con la aseguradora del centro.
Evaluación del daño y secuelas
No todos los efectos adversos constituyen mala praxis. Para prosperar, la reclamación debe mostrar un daño antijurídico y un nexo causal con una actuación contraria a la lex artis: elección incorrecta de parámetros, falta de prueba en zona reducida, no valorar fototipo, desatender antecedentes o no dar instrucciones postratamiento. La valoración debe contemplar tres planos: daño físico (quemaduras, cicatrices hipertróficas, discromías), daño estético (alteración visible de la apariencia) y daño moral (ansiedad, afectación social, pérdida de confianza).
El informe pericial suele clasificar la gravedad, la extensión y la permanencia del perjuicio. También calculará los costes de corrección y el tiempo de curación, incluyendo bajas laborales si procede. En el ámbito estético, la visibilidad en zonas expuestas (cara, cuello, manos) incrementa la valoración. Documenta cambios estacionales (verano/invierno), pues las discromías pueden oscurecer con el sol.
Consejo: no cierres un acuerdo sin tener una valoración estable del daño; muchas secuelas evolucionan meses. Pide a tu especialista un pronóstico temporal y alternativas terapéuticas.
Reclamación amistosa a la clínica
Antes de acudir a la vía judicial, intenta una reclamación amistosa por escrito. Expón hechos, aporta fotos e informes, concreta el resultado que solicitas (devolución, costear tratamientos reparadores, indemnización por daños) y pide que trasladen tu reclamación a su aseguradora de responsabilidad civil. Indica un plazo razonable de respuesta. Este paso muestra buena fe y, en ocasiones, permite un acuerdo rápido.
Si la clínica ofrece “bonos” o sesiones gratis, valora si eso realmente compensa y si es seguro continuar con el mismo equipo. Nunca aceptes cláusulas de renuncia general de acciones sin contraprestación adecuada. Mantén la comunicación por email o burofax y conserva acuse de recibo.
- Solicitud de historia clínica completa.
- Exposición cronológica de hechos y lesiones.
- Propuesta económica y/o terapéutica concreta.
- Plazo de respuesta y datos de contacto.
Si no hay respuesta o la oferta es insuficiente, podrás escalar a consumo, mediación, aseguradora o demanda judicial según el caso.
Sanidad pública vs privada
Los itinerarios de reclamación difieren según el prestador. En centros privados, la acción suele dirigirse contra la clínica y/o el profesional y su aseguradora. En centros públicos, la vía típica es la responsabilidad patrimonial de la administración competente, con exigencias y plazos específicos. Identificar correctamente al responsable es clave para evitar dilaciones o inadmisiones.
En lo privado, se discute el incumplimiento del deber de información y la inadecuación técnica del procedimiento respecto a la lex artis. En lo público, se analiza el funcionamiento normal o anormal del servicio, la antijuridicidad del daño y la relación de causalidad. En ambos casos, el expediente clínico y la pericial resultan determinantes. Recuerda que muchos tratamientos láser estéticos se realizan en el sector privado, por lo que la póliza de la clínica suele ser el foco de la reclamación.
Sea cual sea la vía, solicita por escrito el expediente, conserva citas y exige copia de cualquier documento que firmes. La precisión formal ayuda a proteger tus derechos.
Vías extrajudiciales: consumo, seguros y mediación
Si la negociación directa no prospera, puedes activar canales extrajudiciales. Presenta una hoja de reclamaciones y tramítala ante consumo de tu comunidad autónoma; este organismo puede mediar y requerir información al centro. Paralelamente, dirige un parte a la aseguradora de responsabilidad civil de la clínica, adjuntando informes y fotos; muchas pólizas prevén soluciones amistosas en etapas tempranas.
La mediación o el arbitraje de consumo, cuando procede, ofrecen acuerdos rápidos y menos costosos. No obstante, valora con asesoramiento si la cuantía y la complejidad de las lesiones justifican acudir directamente a la vía judicial, especialmente ante secuelas permanentes. Mantén un tono objetivo y técnico en tus escritos, especificando daños, gastos y propuesta económica.
- Reclamación de consumo con documentación adjunta.
- Comunicación a la aseguradora de la clínica.
- Mediación o arbitraje si existe sometimiento.
- Registro ordenado de todas las gestiones.
Demanda por responsabilidad médica y plazos
La vía judicial exige acreditar nexo causal, daño y culpa o infracción de la lex artis. La demanda se dirige contra el centro/profesional y su aseguradora, y suele apoyarse en pericial dermatológica y documental clínica. Los plazos de reclamación son cruciales: en el ámbito privado, las acciones contractuales y extracontractuales tienen prescripción determinada por la normativa civil aplicable; en el ámbito público, la responsabilidad patrimonial exige reclamar dentro del plazo legal desde la estabilización de las secuelas. No demores la consulta con un profesional para asegurar el cómputo correcto.
En la demanda, se reclaman partidas por daño material (gastos médicos presentes y futuros), daño moral y perjuicio estético, además de lucro cesante cuando corresponda. Adjuntar presupuestos de tratamientos correctores y un plan terapéutico fortalece la cuantía solicitada. Considera que, incluso con pericial sólida, pueden plantearse defensas como asunción de riesgo informada, incumplimiento de cuidados postratamiento o fototipo mal declarado; por eso la documentación previa es determinante.
Tip práctico: acompaña a la demanda un álbum de fotos cronológico y un cuadro de gastos con facturas y recibos; facilita la comprensión judicial y eleva la fuerza probatoria.
Indemnizaciones habituales y cálculo
La indemnización por un tratamiento láser mal realizado combina varios conceptos: gastos médicos (consultas, fármacos, cremas despigmentantes, láseres correctores), pérdidas económicas (bajas, cancelaciones de eventos profesionales) y daño moral y estético. La cuantía final depende de la gravedad, extensión, visibilidad y permanencia de las secuelas, así como del impacto en tu vida social y laboral. Los baremos y criterios orientativos ayudan a objetivar el cálculo, pero cada caso necesita una pericial individualizada.
Para presentar una cifra sólida, elabora un cuadro con: a) gastos ya realizados, b) tratamientos futuros probables con importes, c) tiempo de curación y d) porcentaje de mejoría esperada. Cuando existan secuelas visibles en cara/cuello/manos, el perjuicio estético suele incrementarse. La existencia de cicatrices hipertróficas, discromías persistentes o dolor neuropático crónico también eleva la cuantía.
- Daño material: gastos pasados y futuros acreditados.
- Daño moral: sufrimiento, ansiedad, limitaciones sociales.
- Perjuicio estético: visibilidad y permanencia de secuelas.
- Lucro cesante: ingresos dejados de percibir.
Un buen peritaje y documentación económica clara suelen acortar la negociación con aseguradoras y mejorar las ofertas de acuerdo.
Preguntas frecuentes
¿Qué plazo tengo para reclamar?
Depende de si el centro es público o privado y del tipo de acción. Lo aconsejable es consultar cuanto antes para fijar correctamente el inicio del cómputo y no perder tu derecho.
¿Sirven las fotos hechas con el móvil?
Sí, especialmente si tienen metadatos y muestran evolución. Mejor aún si haces fotos periódicas con iluminación similar y referencia de escala.
¿Puedo continuar tratándome en la misma clínica?
Es preferible una segunda opinión independiente. Si aceptas tratamientos “gratuitos”, evita firmar renuncias o acuerdos sin asesoramiento.
¿Qué puedo reclamar exactamente?
Gastos médicos y correctores, daño moral y estético, y, si procede, lucro cesante. La suma debe justificarse con informes y facturas.
¿Necesito perito?
En la mayoría de casos sí. Un informe pericial dermatológico robustece el nexo causal, la gravedad del daño y el cálculo de la indemnización.