
Reclamaciones por daños en tratamientos de ortodoncia
Publicado el 23 de septiembre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 8 min
Índice
- Qué son los daños en tratamientos de ortodoncia
- Marco legal y responsabilidad en España
- Pruebas y peritaje odontológico
- Cálculo de indemnizaciones
- Pasos para reclamar
- Plazos y prescripción
- Errores frecuentes que arruinan la reclamación
- Seguros, clínicas y vías extrajudiciales
- Modelos y plantillas útiles
- Preguntas frecuentes
Qué son los daños en tratamientos de ortodoncia
Los tratamientos de ortodoncia buscan corregir malposiciones dentales y problemas de mordida mediante brackets, alineadores u otros dispositivos. Aunque la mayoría de procesos concluyen sin incidentes, pueden producirse daños que exceden los riesgos normales o los efectos secundarios previstos. Hablamos de daños en ortodoncia cuando existe una lesión, perjuicio o resultado adverso que no se corresponde con la lex artis (buena práctica profesional) y que genera pérdidas económicas, dolor, secuelas o necesidad de tratamientos de reparación. Ejemplos habituales incluyen reabsorciones radiculares no diagnosticadas a tiempo, pérdida de piezas por sobrefuerzas, problemas periodontales agravados, alteraciones en la oclusión que provocan dolor temporomandibular, o desplazamientos indeseados que requieren retratamiento.
No todo resultado insatisfactorio implica negligencia. La clave está en diferenciar entre un riesgo inherente informado y un daño evitable. Si el profesional explicó adecuadamente el riesgo, lo registró en el consentimiento informado, realizó un diagnóstico correcto, planificó con pruebas suficientes (ortopantomografía, telerradiografía, CBCT cuando proceda) y aplicó fuerzas y controles dentro de los estándares, el resultado desfavorable puede no ser reclamable. En cambio, si faltaron diagnósticos previos, revisiones periódicas, higiene o protocolos de retención, o si hubo fallos en el seguimiento, sí puede haber responsabilidad.
- Agravamiento de periodontitis por iniciar ortodoncia sin control periodontal.
- Reabsorciones radiculares severas sin monitorización radiográfica.
- Traumas oclusales por planificación inadecuada que originan dolor articular.
- Retratamientos costosos por extracciones o movimientos improcedentes.
Idea clave: la viabilidad de una reclamación por daños en ortodoncia depende de probar que el resultado adverso era evitable y derivó de una actuación contraria a la lex artis o de una información insuficiente de riesgos.
Marco legal y responsabilidad en España
En España, la responsabilidad sanitaria puede nacer por incumplimiento contractual (relación clínica–paciente) o por responsabilidad extracontractual (daño causado por acción u omisión). En el ámbito privado, la clínica y el profesional pueden responder solidaria o subsidiariamente. La obligación del odontólogo suele ser de medios, no de resultados: debe aplicar técnicas adecuadas y diligencia profesional acorde a la lex artis. No obstante, cuando la clínica publicita “resultados garantizados” o vende tratamientos cerrados con promesas concretas, parte de la responsabilidad puede acercarse a una obligación de resultado en determinados extremos (por ejemplo, entregar un alineador o finalizar un número de fases).
Además, cobra relevancia el consentimiento informado: explicar alternativas, riesgos previsibles, duración y costes. La ausencia de este documento, o su ambigüedad, no prueba por sí misma la mala praxis, pero refuerza la reclamación al evidenciar falta de información. También intervienen normativas de consumo cuando se trata de clínicas-empresa con financiación asociada; en tales casos, el paciente es consumidor y puede apoyarse en la normativa de garantías, publicidad y prácticas comerciales desleales.
- Responsabilidad del profesional: diagnóstico, planificación, ejecución y seguimiento.
- Responsabilidad de la clínica: medios materiales, personal cualificado, información y organización.
- Seguros de responsabilidad civil: suelen cubrir cuantías por daños personales y patrimoniales.
Para reclamar con éxito, conviene enfocar el caso en: incumplimientos concretos, nexo causal entre actuación y daño, y perjuicios medibles (dolor, secuelas, gastos, pérdida de oportunidad).
Pruebas y peritaje odontológico
La prueba es la columna vertebral de cualquier reclamación. Lo primero es solicitar la historia clínica completa a la clínica: anamnesis, consentimientos, plan de tratamiento, registros fotográficos, modelos, radiografías (OPG, teleradiografía, CBCT si la hubo), controles periódicos, notas de evolución y retención. La clínica está obligada a conservar y facilitar copia. Paralelamente, recaba documentación económica (presupuestos, facturas, financiación), mensajes y correos con la clínica y pruebas de seguimiento (citas, ausencias, instrucciones de higiene entregadas).
Con ese material, un perito odontólogo/ortodoncista valorará si el diagnóstico y la planificación fueron correctos, si se aplicaron fuerzas adecuadas, si se controlaron los riesgos (reabsorciones, periodonto), y si el daño deriva de una mala praxis o de un riesgo informado. El dictamen pericial debe detallar el nexo causal y cuantificar la reparación necesaria: retratamientos, prótesis, periodoncia, férulas, cirugía, así como tiempos de recuperación y secuelas estéticas o funcionales.
- Solicita la historia clínica por escrito y guarda el acuse de recibo.
- Pide copias de todas las radiografías y modelos (formato digital si es posible).
- Encarga un informe pericial independiente y objetivo.
- Documenta el dolor y las limitaciones con informes médicos complementarios.
Consejo práctico: si sospechas daño, detén el tratamiento y busca una segunda opinión antes de que la situación empeore o se dificulte la prueba.
Cálculo de indemnizaciones
La indemnización busca restituir la situación previa al daño o compensar las secuelas. En ortodoncia, las partidas más habituales son: gasto sanitario de reparación (retratamiento ortodóncico, periodoncia, endodoncia, implantes, férulas), daño moral (dolor, ansiedad, afectación estética), lucro cesante si hubo pérdida de ingresos (p. ej., profesionales de la imagen) y gastos asociados (desplazamientos, bajas).
Para cuantificar, el perito debe estimar el plan de reparación y su coste. También se pondera la pérdida de oportunidad (por ejemplo, si una extracción innecesaria impide un resultado óptimo). En daños dentales permanentes, se valoran secuelas estéticas y funcionales, teniendo en cuenta edad y expectativas. En muchos casos se negocia con el seguro de responsabilidad civil del profesional o la clínica, que evaluará el nexo causal y la cuantía.
- Aporta presupuestos de varios especialistas para reforzar la cifra de reparación.
- Incluye justificantes de todos los gastos y de tiempo perdido.
- Diferencia entre reparación (obligatoria) y mejora estética (puede ser discutida).
Un enfoque sólido presenta una horquilla de indemnización sustentada en informe pericial, facturas y razonamientos técnicos, no solo en cifras redondas.
Pasos para reclamar
La estrategia debe ser ordenada y documentada. Primero, reúne todo el material clínico y económico. Segundo, solicita por escrito la historia clínica y formula una reclamación previa a la clínica exponiendo los hechos, el daño y lo que solicitas (reparación, devolución de importes, indemnización). Tercero, encarga un informe pericial independiente. Cuarto, intenta una negociación con la aseguradora o la clínica. Si no hay acuerdo, valora acudir a consumo (si procede) o presentar demanda civil.
- Comunicación inicial: clara, con fechas, síntomas, diagnósticos omitidos y consecuencias.
- Requerimiento formal: mediante burofax, fijando un plazo razonable de respuesta.
- Peritaje: acompaña un informe preliminar o definitivo con estimación de daños.
- Negociación: ofrece alternativas (retratamiento por especialista, indemnización parcial + costes).
- Demanda: si no hay acuerdo, define bien el petitum y el nexo causal.
Tip: evita expresar enojo o juicios genéricos; céntrate en hechos verificables, informes y consecuencias tangibles. Eso mejora tu posición ante la aseguradora o el juzgado.
Plazos y prescripción
El tiempo es determinante. La acción para reclamar puede prescribir en plazos que, según el tipo de relación y la vía elegida, suelen oscilar en varios años desde que el paciente conoce o puede conocer el daño. La complejidad de los tratamientos de ortodoncia —de larga duración y con secuelas que a veces emergen al final o tras la retención— hace especialmente relevante fijar por escrito cuándo se detectó el perjuicio y cuándo se dispuso de diagnóstico. Interrumpir la prescripción mediante un requerimiento fehaciente es una medida prudente si la negociación se alarga.
Además de la prescripción, existen plazos internos importantes: guardar radiografías de control, pedir segundas opiniones sin demorar, y no iniciar por tu cuenta tratamientos de reparación que puedan dificultar peritajes, salvo urgencias. Recuerda que los plazos de conservación de historias clínicas obligan a la clínica a mantener y facilitar la documentación durante años, lo que ayuda al paciente a probar los hechos.
- Registra por escrito la fecha de aparición de síntomas o diagnóstico del daño.
- Envía un requerimiento formal si ves que las conversaciones se dilatan.
- No dejes caducar tu derecho: consulta cuanto antes para evaluar plazos aplicables.
Una gestión diligente de fechas y requerimientos evita perder el caso por un detalle formal de prescripción.
Errores frecuentes que arruinan la reclamación
Muchos pacientes con un buen caso ven reducida su compensación por errores evitables. El primero es no pedir la historia clínica completa o conformarse con resúmenes. Sin el expediente, careces de cronología, diagnósticos y parámetros técnicos. El segundo es interrumpir el tratamiento sin control profesional y perder registros clave. El tercero, no encargar un peritaje independiente y pretender negociar solo con fotos y quejas. El cuarto, pedir cifras desorbitadas sin base técnica, lo que bloquea acuerdos.
- Omitir radiografías comparativas antes–durante–después del tratamiento.
- Confundir insatisfacción estética con daño clínico reclamable.
- No diferenciar entre riesgos informados y mala praxis.
- No documentar gastos, bajas y desplazamientos.
Checklist rápido: expediente completo, segunda opinión, informe pericial, requerimiento fehaciente, negociación con propuesta razonada y plan de reparación detallado.
Seguros, clínicas y vías extrajudiciales
La mayor parte de reclamaciones por daños en ortodoncia se resuelven mediante negociación con la aseguradora de responsabilidad civil. Tras recibir la comunicación, la clínica la remite a su seguro, que abrirá un expediente, pedirá informes y valorará la oferta. Puedes dirigirte también a servicios de consumo si existe componente de publicidad o financiación. En paralelo, la mediación es útil cuando ambas partes desean mantener un trato cordial y encontrar una solución práctica: retratamiento por un especialista independiente, devolución parcial de importes y una indemnización por secuelas o gastos.
Cuando la vía extrajudicial se agota, cabe la demanda civil. Una buena demanda se centra en hechos objetivos: diagnósticos omitidos, fuerzas excesivas, controles insuficientes, falta de consentimiento, consecuencias clínicas y plan de reparación con cuantía. Si el daño es muy grave (pérdida de dientes, reabsorciones severas), el impacto probatorio del peritaje es decisivo.
- Plantea desde el inicio soluciones viables y cuantificadas.
- Exige que cualquier retratamiento quede documentado y presupuestado por escrito.
- Si aceptas un acuerdo, firma un documento claro que delimite renuncias y pagos.
La negociación informada ahorra tiempo y evita litigios largos. Aun así, prepara siempre el caso como si fueras a juicio: eso mejora tu poder de negociación.
Modelos y plantillas útiles
Disponer de textos claros acelera el proceso. A continuación, una estructura orientativa para tus escritos (adáptala a tu caso):
1) Solicitud de historia clínica
— Identificación del paciente y clínica.
— Fechas del tratamiento y profesional responsable.
— Petición de copia íntegra: anamnesis, consentimientos, plan de tratamiento, radiografías, fotografías, modelos, evoluciones y alta/retención.
— Forma de entrega: copia digital y plazos.
2) Reclamación previa a la clínica
— Hechos cronológicos y síntomas.
— Daños detectados y cómo afectan.
— Base técnica (resumen de segunda opinión/peritaje).
— Lo que solicitas: retratamiento por especialista, devolución de importes, indemnización y plazos de respuesta.
3) Burofax de requerimiento
— Referencia a la reclamación previa no atendida.
— Plazo final de respuesta y advertencia de acciones legales.
— Anexos: informe pericial, facturas, fotografías, radiografías.
- Guarda copias de todo y acuses de recibo.
- Numera anexos y usa un índice de documentación.
- Mantén un tono profesional y orientado a soluciones.
Preguntas frecuentes
¿Un mal resultado estético siempre es reclamable?
No necesariamente. Debes demostrar que hubo mala praxis o falta de información sobre riesgos, no solo que el resultado no te gusta. Un peritaje explicará si el daño es evitable y clínicamente relevante.
¿Puedo reclamar si firmé el consentimiento informado?
Sí, si el daño deriva de actuaciones contrarias a la lex artis o si la información fue insuficiente o genérica. El consentimiento no ampara la negligencia ni suple la falta de diagnóstico o controles.
¿Quién responde: el ortodoncista o la clínica?
Ambos pueden responder. El profesional por su actuación y la clínica por organización, información, selección de personal y publicidad. Habitualmente interviene el seguro de responsabilidad civil.
¿Qué pruebas mínimas necesito?
Historia clínica completa, radiografías comparativas, fotografías de evolución, informe pericial independiente y justificantes de gastos y perjuicios.
¿Cuánto tarda una reclamación?
Depende de la complejidad y de si hay acuerdo extrajudicial. Una negociación bien documentada puede resolverse en meses; si hay juicio, el plazo se alarga.