
Reclamación por implantes estéticos mal colocados
Publicado el 19 de agosto de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 8 min
Índice
- Qué es y cuándo procede la reclamación
- Derechos del paciente y normativa aplicable
- Pruebas y documentación imprescindible
- Negligencia y mala praxis en implantes estéticos
- Vía extrajudicial: cómo reclamar a clínica y aseguradora
- Indemnizaciones: conceptos, cálculo y pago
- Plazos de prescripción y estrategia procesal
- Salud, riesgos y retirada/recolocación de implantes
- Preguntas frecuentes
Qué es y cuándo procede la reclamación
Una reclamación por implantes estéticos mal colocados es el procedimiento mediante el cual una persona solicita la reparación de los daños sufridos tras una intervención de cirugía o medicina estética en la que el resultado ha sido defectuoso, inseguro o contrario a la lex artis. La reclamación puede dirigirse contra la clínica, el cirujano, el anestesista, el fabricante del implante o la aseguradora, según la causa del daño. Procede cuando concurren tres elementos: un daño (físico, estético, moral o económico), una conducta negligente o incumplimiento contractual y una relación causal entre ambos. En estética, además del deber de seguridad, suele existir un deber de información reforzado y, en ciertos supuestos, una obligación de medios con expectativas de resultado verosímil, lo que exige especial diligencia en indicación, planificación y ejecución.
Los supuestos típicos incluyen asimetrías marcadas, desplazamiento o rotación del implante, contractura capsular no diagnosticada a tiempo, infecciones por falta de asepsia, lesiones nerviosas, cicatrices hipertróficas, necrosis de piel o areola, y fallos en la selección del tamaño/forma del implante respecto a la anatomía del paciente. También se consideran implantes mal colocados aquellos situados en planos incorrectos (subglandular/subpectoral) sin justificación clínica o con técnica incompatible con el objetivo acordado. Si la clínica prometió un resultado concreto sin matices ni advertencias de riesgo, puede analizarse como publicidad engañosa o incumplimiento contractual.
Claves rápidas: documenta el antes y el después con fotografías, conserva presupuestos, consentimientos y comunicaciones, y acude a revisión independiente para obtener diagnóstico objetivo de la mala colocación. La reclamación por implantes estéticos mal colocados debe iniciar cuanto antes para evitar pérdida de pruebas y apurar plazos.
- Identifica responsables: profesional, centro, aseguradora, fabricante.
- Determina daños: físicos, estéticos, psicológicos y económicos.
- Valora opciones de corrección: recolocación o retirada del implante.
Derechos del paciente y normativa aplicable
El paciente de cirugía o medicina estética goza de los mismos derechos que cualquier paciente sanitario y, en muchos aspectos, de una protección reforzada por tratarse de intervenciones generalmente voluntarias. Entre los pilares normativos destacan el derecho a la información asistencial suficiente y comprensible, el consentimiento informado específico para el procedimiento, la seguridad de los productos sanitarios (implantes mamarios, glúteos, faciales, etc.) y la responsabilidad civil profesional por daños. Además, rigen la normativa de consumidores y usuarios en cuanto a publicidad, garantías y contratación con clínicas privadas.
Este marco implica que la clínica debe explicar alternativas terapéuticas, riesgos frecuentes e infrecuentes de gravedad, cuidados postoperatorios y expectativas realistas de resultado. La entrega de consentimientos “tipo” sin personalización ni conversación clínica efectiva puede vulnerar el derecho de información. Igualmente, el centro ha de mantener historia clínica completa, trazabilidad del implante (lote, fabricante, fecha) y protocolos de seguridad. La falta de cualquiera de estos elementos dificulta la defensa de la clínica y fortalece la reclamación del paciente.
Recuerda: si el consentimiento informado no incluye riesgos específicos de malposición, contractura capsular, pérdida de sensibilidad o necesidad de reintervención, puede existir responsabilidad por déficit de información, incluso cuando la técnica haya sido correcta.
- Derecho a información clara y personalizada.
- Consentimiento informado por escrito, fechado y firmado.
- Acceso a historia clínica y etiquetas de trazabilidad del implante.
- Publicidad veraz y no engañosa sobre resultados.
Pruebas y documentación imprescindible
Una reclamación sólida se sustenta en pruebas. Empieza solicitando la historia clínica completa: informes preoperatorios, consentimiento informado, parte quirúrgico, hojas de enfermería, controles postoperatorios y pruebas de imagen. Añade la documentación económica (presupuesto, facturas, financiación) y la trazabilidad de los implantes (marca, modelo, número de serie o lote). Las fotografías de calidad antes/después, tomadas en condiciones comparables, son esenciales para demostrar asimetrías, hundimientos, desplazamientos o cicatrices indebidas.
El peritaje médico independiente es la piedra angular: un especialista en cirugía plástica o en medicina legal evaluará si existe mala praxis, si la colocación del implante fue incorrecta conforme a la anatomía y técnica indicada, y cómo impacta en la función y la estética. También debería valorar si el daño exige nuevas cirugías (recolocación, capsulotomía, recambio, mastopexia asociada) y estimar el pronóstico. Complementa con informes psicológicos si hay afectación emocional significativa, especialmente cuando la intervención buscaba mejorar la imagen corporal.
Tip práctico: solicita por escrito la historia clínica a la clínica estética. Guarda acuses de recibo. Si no te la entregan en plazo razonable, deja constancia formal y valora requerimiento por burofax.
- Historia clínica completa y consentimientos firmados.
- Etiquetas y documentación del implante (nº lote/serie).
- Pruebas de imagen (eco, RM) y fotografías comparables.
- Informe pericial y valoración psicológica si procede.
Negligencia y mala praxis en implantes estéticos
La negligencia puede surgir en distintas fases: indicación inadecuada (implantes desproporcionados respecto a tejidos), planificación deficiente (no valorar ptosis o asimetrías previas), ejecución técnica incorrecta (plano equivocado, hemostasia insuficiente, falta de simetría), o seguimiento negligente (no detectar precozmente complicaciones). En el contexto de implantes estéticos mal colocados, el error de plano, la rotación del implante anatómico, la excesiva lateralización o la malposición vertical suelen evidenciar deficiencias técnicas cuantificables.
Para acreditar la mala praxis se analizan guías clínicas, estándares de la especialidad y el propio plan quirúrgico propuesto por la clínica. La existencia de consentimientos genéricos no exime del deber de diligencia. El perito comparará la técnica documentada con el resultado y con la anatomía de partida. Si el cirujano obvió medidas correctoras necesarias (p. ej., mastopexia asociada para evitar descenso del implante) o empleó un tamaño que compromete tejidos, la responsabilidad es probable.
Ejemplos frecuentes: rotación de implante anatómico con polo inferior invertido; doble surco por mala definición del pliegue submamario; bottoming-out por bolsillo excesivo; animation deformity invalidante por plano subpectoral inadecuado; asimetría evidente mantenida.
- Revisión de estándares técnicos y plan quirúrgico.
- Identificación de fallos de ejecución y seguimiento.
- Vinculación clara entre técnica y daño resultante.
Vía extrajudicial: cómo reclamar a clínica y aseguradora
Antes de acudir a los tribunales, es recomendable activar una fase extrajudicial ordenada. Empieza por un requerimiento formal a la clínica describiendo los hechos, los daños y las medidas correctoras necesarias. Adjunta documentación y ofrece una solución razonable: devolución de importes, financiación de la reintervención en centro independiente, indemnización por daños y perjuicios o combinación de las anteriores. Solicita los datos de la póliza de responsabilidad civil profesional para comunicar siniestro a la aseguradora.
La negociación puede canalizarse mediante burofax, reclamación como consumidor y mediación. Es clave mantener un tono técnico, con conclusión pericial preliminar, para que la aseguradora evalúe el riesgo. Evita aceptar reintervenciones gratuitas en la misma clínica sin segunda opinión: podrían empeorar el cuadro y diluir responsabilidades. Si se plantea un acuerdo, exige cuantificación clara, plazos de pago, renuncia limitada y garantía de cobertura de futuras complicaciones directamente vinculadas al procedimiento defectuoso.
Estrategia: fija un calendario (requerimiento, 15 días de respuesta, oferta motivada, cierre). Si no hay respuesta o es insuficiente, estarás en mejor posición para interponer demanda con intento de acuerdo demostrado.
- Requerimiento técnico con anexos probatorios.
- Comunicación a la aseguradora del centro o profesional.
- Propuesta de solución: reintervención independiente + indemnización.
Indemnizaciones: conceptos, cálculo y pago
La indemnización busca restituir integralmente al paciente. Se valoran daños materiales (coste de la intervención fallida, pruebas, medicación, bajas laborales), daños futuros (nuevas cirugías correctoras y sus riesgos) y daños morales/estéticos (afección a la imagen, dolor, ansiedad, pérdida de autoestima). La cuantificación se apoya en informes periciales, facturas y en baremos orientativos de daños personales, adaptados al ámbito sanitario y al componente estético.
En reclamación por implantes estéticos mal colocados es habitual exigir: coste de recolocación o retirada en centro independiente, compensación por secuelas permanentes (asimetrías, cicatrices visibles, parestesias), lucro cesante si hay impacto laboral y un plus por afectación psicosocial acreditada. Los acuerdos pueden contemplar pagos únicos, pagos combinados (coste de cirugía + suma por daño moral) o consignación previa a la reintervención.
Buenas prácticas de cálculo: presupuesto detallado de la cirugía correctora, informe psicológico, valoración del cirujano perito de secuelas y fotos seriadas que muestren evolución. Evita aceptar importes genéricos sin desglose.
- Daño material: costes pasados y futuros.
- Daño moral y estético: intensidad, visibilidad y duración.
- Pago: transferencia, consignación judicial, póliza de RC.
Plazos de prescripción y estrategia procesal
Los plazos de ejercicio de acciones varían según la vía (contractual, extracontractual, consumo, producto defectuoso). En estética privada, la acción suele articularse contractualmente contra la clínica y/o profesional, con plazos que, en muchos supuestos, se cuentan desde que el daño se estabiliza o es razonablemente conocido. La complejidad técnica y la evolución de complicaciones (p. ej., contractura capsular tardía) exigen anotar fechas clave: intervención, primeras revisiones, diagnóstico del problema, propuesta de reintervención y obtención de peritaje.
Estrategicamente, conviene interrumpir la prescripción con requerimientos fehacientes y, si es preciso, acudir a actos de conciliación o a una pericial judicial anticipada. En casos de implantes defectuosos de origen, cabe acción frente a fabricante/distribuidor. La elección del foro, la acumulación de acciones y la solicitud de medidas de aseguramiento de la prueba (conservación de implantes retirados, custodia de historias clínicas) pueden marcar la diferencia.
Checklist de timing: fecha de intervención, aparición de síntomas, diagnóstico de malposición, requerimiento a clínica, comunicación a aseguradora, informe pericial, intento de acuerdo, demanda.
- Interrupción de plazos mediante burofax o conciliación.
- Pericial anticipada para fijar daño y causalidad.
- Estrategia dual: clínica/profesional y producto, si procede.
Salud, riesgos y retirada/recolocación de implantes
Más allá de la estética, la prioridad es tu salud. La malposición puede generar dolor, contracturas, limitación funcional, alteración del contorno y sufrimiento psicológico. Una segunda opinión debe valorar si conviene recolocar, cambiar plano, realizar capsulotomía o retirar implantes. La decisión médica influye en la reclamación: un plan corrector sólido, con riesgos explicados y costes detallados, ayuda a fundamentar el daño y la necesidad de indemnización.
Es fundamental conservar los implantes retirados y su cadena de custodia si se sospecha defecto de producto. Solicita que el quirófano documente con fotografías la situación intraoperatoria (posición real, estado de la cápsula, bolsillo). Tras la cirugía correctora, mantén seguimiento y recopila informes de evolución. Evita presiones para firmar renuncias generales antes de recibir el tratamiento necesario y una compensación adecuada.
Consejo de seguridad: si presentas fiebre, enrojecimiento intenso, secreción o dolor progresivo, acude a urgencias. La documentación de estas incidencias es clave tanto para la salud como para la reclamación.
- Segunda opinión en centro independiente.
- Plan quirúrgico corrector y presupuesto firmado.
- Conservación del implante y fotografías intraoperatorias.
Preguntas frecuentes
¿Cómo sé si mi implante está mal colocado? Señales típicas: asimetría marcada, desplazamiento lateral o hacia abajo, sensación de borde visible, dolor persistente, cambios de forma al contraer el pectoral (si está submuscular) o rotación en implantes anatómicos. Un cirujano independiente, con ecografía o resonancia, puede confirmarlo y proponer solución.
¿Puedo reclamar aunque firmara consentimiento informado? Sí. El consentimiento no exonera la negligencia técnica ni suple una información deficiente. Si no se explicaron riesgos clave o no se personalizó el documento, existe base de reclamación adicional por falta de información.
¿Qué indemnización es razonable? Depende del daño estético y funcional, de las cirugías correctoras necesarias, del impacto psicológico y de los gastos asociados. Se combinan costes médicos reales con una cuantía por daño moral y estético. Un peritaje sólido es determinante.
¿Conviene reoperarme con la misma clínica? Solo si confías plenamente y existe plan técnico convincente. En reclamaciones por implantes estéticos mal colocados se recomienda segunda opinión independiente para evitar conflictos de interés y preservar pruebas.
¿Cuánto tarda una reclamación? La fase extrajudicial puede resolverse en semanas o meses si hay acuerdo. Un proceso judicial puede extenderse considerablemente. Mientras tanto, prioriza tu tratamiento y conserva toda la documentación.
Resumen accionable: solicita historia clínica y trazabilidad, consigue peritaje, envía requerimiento a clínica y aseguradora, cuantifica daños (cirugía correctora + moral), negocia con plazos y, si no hay acuerdo, demanda.