Indemnización por daños tras mala praxis en endoscopia

Indemnización por daños tras mala praxis en endoscopia

Publicado el 27 de octubre de 2025


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Qué es mala praxis en endoscopia

La endoscopia es una técnica diagnóstica y terapéutica mínimamente invasiva que permite visualizar el interior de órganos huecos mediante un endoscopio. Aunque suele considerarse segura, su correcta ejecución exige preparación del paciente, información adecuada, manejo cuidadoso del instrumental, monitorización y una toma de decisiones ajustada a la lex artis. Hablamos de mala praxis cuando la actuación sanitaria se aparta de los estándares profesionales exigibles y ese apartamiento provoca un daño que podría haberse evitado con una actuación diligente. No se trata de evaluar resultados perfectos, sino de verificar si el procedimiento y las decisiones adoptadas fueron razonables, previsibles y conforme a protocolos.

En el contexto de una indemnización por daños tras mala praxis en endoscopia, el análisis suele centrarse en cuatro ejes: indicacion del procedimiento (si era necesario y si existían alternativas menos riesgosas), preparación (ayuno, retirada de fármacos anticoagulantes según protocolos, evaluación de alergias y comorbilidades), ejecución (habilidad técnica, fuerza aplicada, control de la sedación, vigilancia de signos de alarma) y seguimiento (detección precoz de complicaciones y respuesta diagnóstica/terapéutica oportuna). El consentimiento informado y la historia clínica son piezas clave para valorar cada uno de estos ejes.

Claves prácticas: la mala praxis no es “todo daño”. Un desenlace adverso puede ocurrir aun con buena praxis. Para prosperar una reclamación se debe demostrar la desviación de la lex artis y el nexo causal entre esa desviación y el perjuicio sufrido.

Daños más frecuentes tras una endoscopia

Los daños indemnizables derivados de una endoscopia varían según el tipo de procedimiento (gastroscopia, colonoscopia, CPRE u otros). Entre los más habituales se encuentran la perforación de la pared del órgano explorado, las hemorragias (en especial tras polipectomías), las infecciones por deficiencias de esterilización o por bacteriemias asociadas al procedimiento, y las reacciones adversas a la sedación o anestesia (hipoxia, broncoaspiración, depresión respiratoria). También son relevantes los retrasos diagnósticos cuando, pese a síntomas o hallazgos, no se completan biopsias o no se indican pruebas complementarias.

La perforación suele manifestarse con dolor intenso, fiebre, distensión y signos de peritonitis, a veces horas después de la prueba. Su manejo requiere diagnóstico temprano (radiografía, TAC) y, según el caso, cierre endoscópico, drenaje o cirugía. En hemorragias, la vigilancia post procedimiento y la correcta estratificación del riesgo (p. ej., pacientes anticoagulados) son determinantes. Cuando el daño deriva de fallos de esterilización, la trazabilidad de los equipos y las hojas de registro cobran especial importancia. Por último, los eventos por sedación exigen protocolos claros de monitorización y recuperación.

  • Perforación: posible cirugía y secuelas abdominales.
  • Hemorragia: transfusión, reendoscopia o intervención.
  • Infección: antibióticos, ingresos prolongados, daño moral.
  • Complicaciones de sedación: hipoxia, arritmias, lesión neurológica.
  • Retraso diagnóstico: avance de enfermedad y perjuicio patrimonial.

Requisitos legales para reclamar indemnización

Para lograr una indemnización por daños tras mala praxis en endoscopia deben concurrir tres elementos: acción u omisión antijurídica (infracción de la lex artis o de deberes de información), daño efectivo (lesiones, secuelas, gastos, lucro cesante, daño moral) y nexo causal entre la actuación sanitaria y el perjuicio. En términos prácticos, esto implica demostrar que el resultado lesivo no es atribuible a un riesgo típico inevitable, sino a una actuación evitable y contraria a protocolos o a un defecto organizativo del centro sanitario.

Un punto diferenciador es el consentimiento informado. Si la hoja no fue entregada y explicada adecuadamente, o si omite riesgos relevantes y previsibles (como perforación o hemorragia), puede apreciarse responsabilidad por falta de información, incluso cuando la técnica se ejecutó correctamente. También se analiza la organización del servicio (demoras, falta de medios, turnos sin supervisión, mantenimiento de endoscopios). La responsabilidad puede ser del profesional, del centro o de ambas entidades, dependiendo de la relación contractual y del ámbito (público/privado).

Recuerda: el estándar probatorio se apoya en la pericial médica. Sin peritaje sólido que valore protocolos, tiempos de reacción y alternativas terapéuticas, la reclamación pierde fuerza.

Pruebas y documentación imprescindible

La base de una reclamación exitosa es un expediente probatorio ordenado. Lo esencial suele ser: historia clínica completa (incluyendo informes de preanestesia, preparación, monitorización, hoja de endoscopia, imágenes, biopsias y evolución), consentimiento informado específico y firmado, pruebas de imagen posteriores (TAC, radiografías) que confirmen la complicación y su extensión, informes de quirófano si hubo cirugía, y información de trazabilidad y esterilización de los endoscopios cuando se alegan infecciones.

A esto se suma la pericial médica, elaborada por un especialista que revise protocolos, tiempos de respuesta, indicación y alternativas. Resulta útil recabar testimonios (enfermería, acompañantes), facturas y tickets (gastos sanitarios, farmacia, desplazamientos) y acreditación laboral para el cálculo de lucro cesante (nóminas, contratos, vida laboral). En sanidad privada, además, conviene obtener la póliza del seguro de responsabilidad civil del centro o profesional, y en pública, los protocolos internos y partes de incidencias.

  • Solicita la historia clínica por escrito y conserva el resguardo.
  • Guarda recetas, informes y justificantes de baja o incapacidad.
  • Anota cronológicamente síntomas, visitas y llamadas al centro.
  • Encarga cuanto antes una pericial independiente y objetiva.

Plazos y dónde reclamar

Los plazos son críticos. De forma orientativa en España: en sanidad pública, la acción de responsabilidad patrimonial frente a la Administración suele tener un plazo de un año desde la curación o estabilización de secuelas. En sanidad privada, la reclamación por responsabilidad contractual frente al centro o profesional suele estar sujeta a un plazo de cinco años (acciones personales), mientras que la vía extracontractual puede tener un plazo de un año. Si se reclama frente a aseguradoras por daños personales, el plazo habitual es de dos años. Estos plazos pueden matizarse según la modalidad de acción ejercitada y la jurisprudencia aplicable, por lo que es aconsejable contar con asesoramiento especializado.

El dies a quo (inicio del cómputo) acostumbra a fijarse en la fecha de alta o estabilización de secuelas, o cuando el paciente tiene conocimiento cabal del daño y su alcance. Es habitual iniciar una reclamación previa por vía administrativa (pública) o una reclamación extrajudicial al centro y su aseguradora (privada) para interrumpir plazos y explorar un acuerdo. Si no hay respuesta satisfactoria, se acude a la vía contencioso-administrativa o civil, respectivamente.

Consejo: actúa con prontitud. La solicitud de historia clínica y la pericial temprana ayudan a fijar fechas y a decidir la vía adecuada antes de que prescriba la acción.

Cómo se calcula la indemnización

En la práctica, la cuantía de la indemnización por daños tras mala praxis en endoscopia suele estimarse con criterios análogos al baremo de daños personales (Ley 35/2015, aplicado por analogía), que ordena partidas y cuantifica el perjuicio. Se valoran días de perjuicio (básico, moderado, grave), secuelas (funcionales, estéticas, psicológicas), daño moral, gastos asistenciales (presentes y futuros), adaptaciones y lucro cesante (pérdida de ingresos o de oportunidades). Cuando hay cirugía mayor, UCI o incapacidad prolongada, la cifra crece por la intensidad y duración de los perjuicios.

Para acreditar cada concepto se requiere soporte documental: informes médicos de alta y evolución, diagnósticos diferenciales, rehabilitación, psicoterapia, facturas de farmacia, transporte, cuidadores y, en su caso, adaptaciones del hogar o ayudas técnicas. En el apartado laboral, nóminas, contratos, autónomos y proyecciones financieras fundamentan el lucro cesante. La pericial médica asigna puntuaciones de secuela y explica cómo la desviación de la lex artis causó el daño. En ocasiones, se suma una pericial económica-actuarial para proyectar pérdidas futuras.

  • Perjuicio personal básico y particular por días de curación.
  • Secuelas físicas (p. ej., resección intestinal) y psicológicas.
  • Gastos sanitarios y de apoyo no cubiertos por el sistema.
  • Lucro cesante y pérdida de calidad de vida.

Estrategia para reclamar: paso a paso

Una estrategia eficaz equilibra técnica jurídica y tiempos médicos. 1) Recopila de inmediato la historia clínica completa, consentimientos y pruebas de imagen. 2) Evalúa con un perito si hubo indicación incorrecta, ejecución deficiente o falta de información. 3) Calcula preliminarmente la indemnización atendiendo a días de perjuicio, secuelas y gastos. 4) Interrumpe plazos con reclamación extrajudicial o administrativa motivada, adjuntando documentación clave y ofreciendo una cuantía orientativa. 5) Negocia de forma profesional con aseguradoras o servicios jurídicos públicos, procurando un acuerdo razonable. 6) Demanda si no hay oferta adecuada, elige la vía competente (civil/contenciosa) y acompaña pericial robusta.

Durante el proceso, conviene mantener actualizado un diario de síntomas y limitaciones, así como una carpeta de gastos. Si el daño exige apoyo psicológico, documentarlo fortalece el daño moral. La comunicación con el perito es esencial: acordad hipótesis causales, bibliografía y estándares. En negociación, utiliza comparativas de sentencias y cuadros económicos para anclar expectativas. Y recuerda: la rapidez no debe sacrificar la solidez probatoria; un mes adicional para cerrar una pericial puede marcar la diferencia en el resultado.

Tip práctico: estructura tu reclamación en hechos, fundamentos y cuantificación. La claridad narrativa aumenta la probabilidad de acuerdo y, en su caso, la convicción judicial.

Errores comunes y cómo evitarlos

Entre los tropiezos más habituales están dejar pasar los plazos, centrar la reclamación solo en el daño y no en la desviación de la lex artis, y presentar expedientes desordenados. También es frecuente infravalorar la falta de información como fuente autónoma de responsabilidad: si el consentimiento informado no reflejó adecuadamente riesgos típicos de la endoscopia, puede existir derecho a indemnización aunque la técnica fuese correcta. Otro error es no cuantificar el daño moral y las secuelas psicológicas cuando la complicación tuvo impacto en la vida diaria del paciente.

Para evitarlos, fija desde el inicio un cronograma con hitos: solicitud de historia clínica, encargo de pericial, reclamación previa y fecha límite de prescripción. Crea un índice de pruebas y revisa coherencia: ¿lo que se afirma aparece documentado? A la hora de negociar, no aceptes ofertas sin base en baremo o sin desglosar conceptos. Y si la parte contraria alega riesgo típico inevitable, exige demostración de que se cumplieron protocolos y tiempos de respuesta (p. ej., diagnóstico y tratamiento tempranos de una perforación).

  • Controla la prescripción con recordatorios y pruebas de interrupción.
  • No olvides valorar daño psicológico y apoyo familiar.
  • Ordena el expediente: índice, cronología, anexos y pericial.
  • Sustenta cada cifra con documentos y criterios del baremo.

Caso práctico: perforación post endoscopia

Imaginemos a una paciente de 52 años sometida a colonoscopia con polipectomía de pólipo sésil en colon descendente. Tras el alta, desarrolla dolor progresivo y fiebre. Acude a Urgencias a las 10 horas, donde inicialmente se atribuye a “dolor post procedimiento” y se da analgesia sin pruebas de imagen. A las 24 horas, ante persistencia de síntomas, se realiza TAC que confirma perforación con neumoperitoneo. Requiere cirugía con resección segmentaria y ostomía temporal. Estancia de 12 días, pérdidas laborales y secuela cicatricial abdominal.

¿Cómo se enfoca la reclamación? Primero, se revisa la indicación de la polipectomía y la técnica empleada. Segundo, se valora el consentimiento informado (¿se advirtió del riesgo de perforación y de signos de alarma?). Tercero, el seguimiento: la demora diagnóstica de 14 horas desde Urgencias puede considerarse infracción de la lex artis si existían signos que exigían TAC precoz. La pericial argumenta que un diagnóstico temprano habría reducido la extensión de la lesión y evitado la ostomía. La cuantificación incorpora días de perjuicio moderado y grave, gastos, daño moral y secuelas estéticas y funcionales.

Resultado probable: acuerdo extrajudicial con la aseguradora del centro que compensa secuelas y lucro cesante, al acreditarse desviación de protocolo de alarma y retraso diagnóstico relevante.

Preguntas frecuentes

¿Todo daño tras una endoscopia implica mala praxis? No. Algunas complicaciones son riesgos típicos del procedimiento incluso con buena praxis. Para reclamar indemnización es necesario demostrar una desviación de la lex artis o una falta de información relevante, además del nexo causal con el daño.

¿Qué importancia tiene el consentimiento informado? Mucha. Si no se informó de riesgos previsibles (perforación, hemorragia, sedación) o no se entregó/explicó correctamente, puede nacer responsabilidad por falta de información, con indemnización por el daño moral asociado, aunque la técnica fuese adecuada.

¿Cuál es el plazo para reclamar? Orientativamente, un año en sanidad pública (responsabilidad patrimonial) y hasta cinco años en sanidad privada por responsabilidad contractual; uno si se plantea como extracontractual. En daños personales frente a aseguradoras, dos años. El cómputo suele arrancar al alta o estabilización de secuelas. Consulta tu caso concreto.

¿Necesito perito médico? Sí. La pericial es la piedra angular que prueba la desviación de protocolos, el nexo causal y la cuantía del daño. Sin peritaje independiente, las posibilidades de éxito disminuyen significativamente.

¿Se puede llegar a un acuerdo sin juicio? Con frecuencia. Una reclamación bien estructurada, con pericial sólida y cuantificación razonada, facilita acuerdos con aseguradoras o Administraciones y acorta tiempos de respuesta.

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