
¿Cuándo puedes denunciar un error médico como delito?
Publicado el 27 de junio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 24 min
Índice
- Introducción
- ¿Qué es un error médico?
- Diferencia entre negligencia y delito
- ¿Cuándo es delito un error médico?
- Pruebas necesarias para denunciar
- Pasos para denunciar un error médico
- Plazos legales para denunciar
- Indemnización en casos penales
- Errores médicos más comunes denunciables
- Preguntas Frecuentes
- Conclusión
Introducción
Los errores médicos son una de las principales causas de reclamaciones judiciales en el ámbito sanitario. Aunque muchas veces estos fallos pueden derivarse de situaciones complejas o de una toma de decisiones difícil, lo cierto es que, cuando existen indicios de que se ha vulnerado el deber de cuidado exigido por la ley, las personas afectadas tienen derecho a exigir responsabilidades. En algunos casos, estos errores pueden incluso constituir un delito, abriendo la vía penal como una herramienta legal para buscar justicia y reparación.
En este contexto, es fundamental comprender cuándo un error médico deja de ser simplemente una equivocación o negligencia leve para convertirse en una conducta delictiva que puede ser denunciada ante los tribunales. Este artículo tiene como objetivo arrojar luz sobre esta cuestión, explicando de forma clara y accesible qué situaciones pueden dar lugar a una denuncia penal, qué requisitos se deben cumplir, y cuáles son los pasos que debe seguir una persona que desea iniciar este tipo de procedimiento.
Además, analizaremos los diferentes tipos de errores médicos más comunes que suelen acabar en los juzgados, como las intervenciones quirúrgicas mal realizadas, diagnósticos erróneos sin justificación o tratamientos inapropiados que provocan daños físicos o psicológicos en el paciente. También abordaremos el papel de la prueba en estos casos, el valor de los informes periciales y el impacto que puede tener una condena por delito médico, tanto para la víctima como para el profesional sanitario involucrado.
Es importante tener en cuenta que no todos los errores médicos son denunciables como delito. La clave está en demostrar que hubo imprudencia grave, dolo o una vulneración evidente del deber de cuidado que exige la ley a los profesionales sanitarios. Esta línea puede ser difusa, por lo que contar con asesoramiento legal especializado es esencial para valorar la viabilidad de una denuncia.
A lo largo de las siguientes secciones, exploraremos en detalle cada aspecto relevante para que cualquier persona que haya sufrido un error médico pueda entender sus derechos, los mecanismos legales disponibles y cómo actuar para obtener justicia. Esta guía está pensada para ser práctica, clara y útil, tanto para víctimas como para sus familiares y profesionales interesados en conocer los límites legales de la actuación médica.
¿Qué es un error médico?
Un error médico se produce cuando un profesional de la salud comete una equivocación durante la atención a un paciente que, directa o indirectamente, genera un perjuicio para su salud o bienestar. Estos errores pueden tener lugar en cualquier fase del proceso asistencial: desde la evaluación inicial y el diagnóstico hasta el tratamiento, la cirugía o la administración de medicamentos. No todos los errores médicos tienen consecuencias graves, pero algunos pueden provocar secuelas físicas, daños psicológicos e incluso la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado en numerosas ocasiones sobre la alta incidencia de errores en el ámbito sanitario, destacando que la mayoría son evitables. Es fundamental entender que no todo mal resultado implica necesariamente una negligencia o una infracción legal; sin embargo, cuando el daño es resultado de una actuación imprudente, negligente o contraria a los protocolos médicos establecidos, puede existir responsabilidad profesional y legal.
En términos legales, un error médico puede constituir una falta civil, administrativa o incluso un delito penal, dependiendo de la gravedad, la intención y las consecuencias del acto. La evaluación del contexto y el estándar de diligencia exigido es clave para determinar si existe o no responsabilidad.
Los errores médicos más comunes incluyen:
- Errores de diagnóstico: identificación errónea o tardía de una enfermedad.
- Errores de medicación: administración de un fármaco equivocado o en dosis incorrecta.
- Errores quirúrgicos: operaciones en zonas incorrectas o procedimientos mal ejecutados.
- Falta de consentimiento informado: no informar adecuadamente al paciente sobre riesgos.
- Omisión de pruebas o controles necesarios.
Comprender qué se considera un error médico es el primer paso para identificar si se han vulnerado los derechos del paciente. También es fundamental para saber cuándo corresponde una reclamación civil por daños y perjuicios, o si la gravedad del hecho permite acudir a la vía penal. La definición clara del concepto y su delimitación legal permiten diferenciar entre un resultado adverso inevitable y una conducta profesional reprobable.
Diferencia entre negligencia y delito
En el ámbito sanitario, es fundamental distinguir entre un acto de negligencia y un delito penal, ya que las consecuencias legales, éticas y profesionales son radicalmente distintas. Aunque ambos conceptos pueden surgir de una actuación médica incorrecta, no tienen el mismo peso jurídico ni implican las mismas responsabilidades.
La negligencia médica se refiere a una actuación imprudente o descuidada por parte de un profesional sanitario que causa un daño al paciente. Generalmente, este tipo de conducta se analiza desde una perspectiva civil, y puede dar lugar a indemnizaciones por daños y perjuicios. La clave está en que no existe intención de causar daño, pero sí una falta del deber de diligencia exigido.
Por otro lado, un delito médico implica una conducta que traspasa el ámbito de lo civil y se adentra en el terreno penal. Aquí, la actuación médica no solo es imprudente, sino que se considera de tal gravedad que se entiende que ha puesto en riesgo la vida o la integridad del paciente de forma grave y punible. Se puede hablar de delito cuando existe dolo (intención) o imprudencia grave, y puede acarrear sanciones como inhabilitación profesional o incluso penas de prisión.
La imprudencia leve genera responsabilidad civil, mientras que la imprudencia grave puede ser sancionada penalmente. Esta distinción es esencial para determinar si el caso debe resolverse en la vía civil o si se puede acudir a la vía penal.
Para aclarar aún más la diferencia, veamos algunos ejemplos prácticos:
- Negligencia: un médico omite realizar una prueba diagnóstica rutinaria por descuido, provocando un retraso en el tratamiento.
- Delito: un cirujano opera bajo los efectos del alcohol o ignora conscientemente un protocolo quirúrgico básico que pone en peligro al paciente.
En definitiva, la frontera entre negligencia y delito la marca el grado de imprudencia, la existencia de dolo y la gravedad de las consecuencias. Para valorar cada caso, es indispensable analizar detalladamente los hechos, el historial médico, los protocolos incumplidos y, sobre todo, contar con un peritaje médico-legal que ayude a establecer si se trata de una simple negligencia o de una conducta delictiva punible ante los tribunales penales.
¿Cuándo es delito un error médico?
No todos los errores médicos son constitutivos de delito. Para que una actuación médica pueda considerarse delictiva, deben concurrir una serie de elementos que configuran una conducta penalmente reprochable. En términos legales, un error médico se convierte en delito cuando se produce una acción u omisión grave por parte del profesional sanitario que, actuando con imprudencia grave o dolo, causa un daño importante al paciente, como lesiones severas o la muerte.
La jurisprudencia penal y el Código Penal español contemplan que estos delitos se encuadran principalmente dentro de las figuras de homicidio imprudente, lesiones por imprudencia grave o incluso, en casos excepcionales, delitos contra la integridad moral. Para ello, se exige que el profesional haya actuado con una falta de diligencia manifiesta, es decir, con una conducta alejada de los estándares mínimos exigibles dentro de su especialidad.
La imprudencia médica grave que ocasiona la muerte de un paciente puede constituir un delito de homicidio por imprudencia profesional, castigado con penas de prisión e inhabilitación para ejercer. Lo mismo ocurre cuando las lesiones provocadas son de especial gravedad o permanencia.
Algunos ejemplos claros de situaciones que pueden constituir delito incluyen:
- Administrar una medicación sabiendo que el paciente es alérgico y sin tomar medidas preventivas.
- Realizar una intervención quirúrgica sin contar con el consentimiento informado obligatorio.
- Omitir una prueba diagnóstica clave a pesar de la sintomatología evidente, causando un daño irreversible.
- Abandonar al paciente o desatenderlo gravemente durante una urgencia médica.
Es importante tener en cuenta que, para que prospere una denuncia penal por error médico, se deben aportar pruebas sólidas que acrediten tanto la conducta imprudente como el nexo causal entre dicha conducta y el daño ocasionado. Por ello, suele ser fundamental contar con un informe pericial médico que analice el caso conforme a los protocolos clínicos aceptados.
En definitiva, un error médico puede considerarse delito cuando se vulneran de forma grave los deberes profesionales y dicha actuación ocasiona un perjuicio importante al paciente. Ante la duda, consultar con un abogado especializado en derecho sanitario permite valorar la viabilidad de acudir a la vía penal para exigir justicia.
Pruebas necesarias para denunciar
Denunciar un error médico como delito requiere no solo una experiencia dolorosa o la intuición de haber recibido un trato inadecuado, sino también un conjunto sólido de pruebas que respalden jurídicamente la acusación. La carga de la prueba recae en quien denuncia, por lo que reunir documentación clara, veraz y suficiente es esencial para que el caso prospere ante los tribunales. Este paso es determinante, ya que una denuncia sin pruebas concretas puede ser archivada sin llegar siquiera a juicio.
Las pruebas tienen como objetivo demostrar tres aspectos clave: la existencia de una actuación médica incorrecta, el daño sufrido por el paciente, y la relación directa entre ambos. Es decir, se debe acreditar que el perjuicio no fue producto del azar ni de una complicación inevitable, sino de una conducta negligente, imprudente o dolosa del profesional sanitario.
Sin pruebas médicas y periciales bien fundamentadas, una denuncia por error médico difícilmente tendrá recorrido judicial. Por eso es fundamental conservar todo documento y buscar asesoría legal especializada desde el inicio.
A continuación, se detallan los tipos de pruebas más relevantes para formalizar una denuncia penal por error médico:
- Historial clínico completo: documentos médicos emitidos por el centro sanitario, donde consten diagnósticos, tratamientos, intervenciones y evolución del paciente.
- Informes de urgencias o partes de alta: reflejan la atención inicial y final, lo que permite detectar posibles omisiones o errores de evaluación.
- Informes periciales: elaborados por médicos forenses o expertos independientes que analizan si hubo negligencia, imprudencia o incumplimiento del protocolo.
- Testimonios: declaraciones de testigos presenciales, personal sanitario u otros pacientes pueden aportar contexto o confirmar hechos clave.
- Pruebas fotográficas, grabaciones o documentos anexos: útiles en ciertos casos, como negligencias en cirugías estéticas o falta de información previa.
Además, es importante acreditar el daño sufrido, ya sea físico, emocional o económico. Para ello, se pueden aportar informes psicológicos, certificados de incapacidad, justificantes de gastos médicos, pérdida de ingresos, entre otros. Cuanta más documentación objetiva y profesional se aporte, mayor será la fuerza de la denuncia.
En resumen, una denuncia penal bien fundamentada no se basa solo en la experiencia del paciente, sino en la capacidad de demostrar, mediante pruebas técnicas, que se ha producido una vulneración grave del deber de cuidado. Contar con un abogado y un perito médico desde las primeras etapas puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso del proceso legal.
Pasos para denunciar un error médico
Denunciar un error médico como delito es un proceso complejo que requiere rigor legal, documentación clara y asesoría profesional. Las personas afectadas deben seguir una serie de pasos fundamentales para que la denuncia prospere ante la vía penal. La correcta preparación de cada etapa puede marcar la diferencia entre el éxito o el archivo del caso.
A continuación, se detallan los pasos clave para denunciar un error médico por la vía judicial:
- Recopilación de documentación médica: solicitar el historial clínico completo, informes de urgencias, resultados de pruebas, consentimientos informados y cualquier otro documento relevante que acredite la atención recibida.
- Evaluación del caso por un abogado especializado: contar con un letrado en derecho sanitario o penal que analice la viabilidad de la denuncia y defina si el hecho puede ser constitutivo de delito.
- Obtención de un informe pericial médico: el perito analizará el caso y emitirá un dictamen objetivo sobre la existencia de mala praxis, imprudencia o negligencia grave.
- Presentación de la denuncia: una vez reunidas las pruebas, el abogado redacta la denuncia y la presenta ante el juzgado de guardia o el Ministerio Fiscal, exponiendo los hechos y solicitando la apertura de diligencias.
- Seguimiento del procedimiento penal: si el juez admite a trámite la denuncia, se inicia la instrucción: declaración de testigos, solicitud de nuevas pruebas y posibles imputaciones al profesional sanitario.
Es importante tener presente que el plazo general para interponer una denuncia penal por imprudencia médica es de cinco años desde que se produjo el daño. No obstante, en determinados supuestos puede haber excepciones o interrupciones del cómputo.
En muchos casos, además del proceso penal, también puede iniciarse una reclamación civil o administrativa para obtener una indemnización económica por los perjuicios sufridos. El abogado asesorará sobre qué vía conviene activar en cada caso, o si es recomendable seguir ambas de forma paralela.
Denunciar un error médico no solo busca una compensación personal, sino también evitar que otros pacientes sufran consecuencias similares. Por ello, es esencial actuar con decisión, recopilar todas las pruebas posibles y contar con el respaldo de profesionales expertos en derecho sanitario y responsabilidad médica.
Pasos para denunciar un error médico
Denunciar un error médico como delito es un proceso complejo que requiere rigor legal, documentación clara y asesoría profesional. Las personas afectadas deben seguir una serie de pasos fundamentales para que la denuncia prospere ante la vía penal. La correcta preparación de cada etapa puede marcar la diferencia entre el éxito o el archivo del caso.
A continuación, se detallan los pasos clave para denunciar un error médico por la vía judicial:
- Recopilación de documentación médica: solicitar el historial clínico completo, informes de urgencias, resultados de pruebas, consentimientos informados y cualquier otro documento relevante que acredite la atención recibida.
- Evaluación del caso por un abogado especializado: contar con un letrado en derecho sanitario o penal que analice la viabilidad de la denuncia y defina si el hecho puede ser constitutivo de delito.
- Obtención de un informe pericial médico: el perito analizará el caso y emitirá un dictamen objetivo sobre la existencia de mala praxis, imprudencia o negligencia grave.
- Presentación de la denuncia: una vez reunidas las pruebas, el abogado redacta la denuncia y la presenta ante el juzgado de guardia o el Ministerio Fiscal, exponiendo los hechos y solicitando la apertura de diligencias.
- Seguimiento del procedimiento penal: si el juez admite a trámite la denuncia, se inicia la instrucción: declaración de testigos, solicitud de nuevas pruebas y posibles imputaciones al profesional sanitario.
Es importante tener presente que el plazo general para interponer una denuncia penal por imprudencia médica es de cinco años desde que se produjo el daño. No obstante, en determinados supuestos puede haber excepciones o interrupciones del cómputo.
En muchos casos, además del proceso penal, también puede iniciarse una reclamación civil o administrativa para obtener una indemnización económica por los perjuicios sufridos. El abogado asesorará sobre qué vía conviene activar en cada caso, o si es recomendable seguir ambas de forma paralela.
Denunciar un error médico no solo busca una compensación personal, sino también evitar que otros pacientes sufran consecuencias similares. Por ello, es esencial actuar con decisión, recopilar todas las pruebas posibles y contar con el respaldo de profesionales expertos en derecho sanitario y responsabilidad médica.
Plazos legales para denunciar
Uno de los aspectos más relevantes a la hora de plantearse denunciar un error médico como delito es el plazo legal para hacerlo. En el ámbito jurídico, estos plazos se conocen como plazos de prescripción y marcan el tiempo máximo que tiene una persona para ejercer su derecho a presentar una denuncia o reclamación. Superado ese límite temporal, el delito prescribe y ya no puede ser perseguido judicialmente, salvo contadas excepciones.
En el caso concreto de los errores médicos con posibles consecuencias penales, el plazo varía en función de la gravedad del delito y de las penas previstas por la ley. Según el Código Penal español, los principales escenarios son los siguientes:
- Delitos de lesiones por imprudencia grave: el plazo de prescripción es de cinco años desde que se produce el hecho o desde que se manifiesta el daño.
- Delito de homicidio por imprudencia: también prescribe a los cinco años, aunque puede variar si concurren agravantes o si se trata de delitos continuados.
- Negligencias leves (ámbito civil): si se opta por una reclamación de responsabilidad civil, el plazo suele ser de un año desde la estabilización de las secuelas o desde el alta médica.
El cómputo del plazo puede comenzar desde el momento en que el paciente tiene conocimiento cierto del daño y de su posible origen médico. Por eso es importante guardar todos los documentos y acudir lo antes posible a asesoramiento legal.
Además, si durante el plazo de prescripción se realizan actuaciones judiciales (como presentación de denuncias o diligencias previas), el cómputo puede interrumpirse y comenzar de nuevo desde cero. Este detalle puede resultar clave para mantener viva la acción penal.
En resumen, respetar los plazos legales es fundamental para poder ejercer el derecho a denunciar un error médico como delito. Actuar con rapidez y contar con el apoyo de un abogado especializado permite evitar la pérdida de derechos por prescripción, garantizar el acceso a la justicia y conservar intacta la posibilidad de reparación.
Indemnización en casos penales
Cuando un error médico alcanza la gravedad suficiente como para ser considerado delito, la víctima no solo puede buscar una condena penal contra el profesional responsable, sino también una compensación económica por los daños sufridos. En estos casos, la vía penal permite reclamar una indemnización por responsabilidad civil derivada del delito, lo que significa que, en el mismo proceso penal, el juez puede dictar una sentencia que incluya tanto sanciones penales como el pago de una compensación económica.
Esta indemnización tiene como objetivo reparar de forma integral el perjuicio causado a la víctima, lo que incluye no solo los daños físicos, sino también los morales, psicológicos y económicos. El cálculo de la indemnización se basa en criterios establecidos por la jurisprudencia, valorando la extensión del daño, el grado de sufrimiento, la pérdida de calidad de vida, las secuelas permanentes o la incapacidad laboral resultante.
En un proceso penal, la víctima debe personarse como acusación particular e incluir la reclamación económica en el escrito de acusación. Es fundamental que la indemnización esté justificada con informes médicos, periciales y documentación acreditativa del perjuicio.
Los conceptos que habitualmente se incluyen en la indemnización penal por error médico son:
- Gastos médicos derivados del daño sufrido (rehabilitación, tratamientos, cirugías adicionales).
- Pérdida de ingresos o lucro cesante debido a la incapacidad temporal o permanente.
- Daño moral, considerando el sufrimiento físico o psicológico causado.
- Adaptaciones en el hogar o vehículo, si se ha producido una discapacidad.
- Gastos por asistencia futura o cuidadores si el paciente queda dependiente.
En ocasiones, si el condenado no dispone de recursos suficientes para asumir la indemnización, puede responder subsidiariamente el centro médico, la aseguradora de responsabilidad civil o incluso la Administración pública, en función del régimen aplicable.
En definitiva, la indemnización en el ámbito penal no es automática: debe solicitarse expresamente, acreditarse con rigor y seguir el procedimiento legal adecuado. Por ello, contar con un abogado especializado es clave para garantizar que la víctima no solo obtenga justicia penal, sino también una reparación económica justa y proporcional al daño sufrido.
Errores médicos más comunes denunciables
Los errores médicos pueden producirse en múltiples etapas del proceso asistencial, desde la admisión hasta el alta. Aunque no todos constituyen delito, algunos son lo suficientemente graves como para ser denunciables por vía penal o civil, especialmente si han generado daños importantes al paciente. Conocer cuáles son los errores más frecuentes permite a los afectados identificar si han sido víctimas de una mala praxis y actuar legalmente.
A continuación, se detallan los tipos de errores médicos que con mayor frecuencia dan lugar a reclamaciones judiciales:
- Errores de diagnóstico: diagnosticar una enfermedad equivocada o no detectarla a tiempo. Puede derivar en tratamientos inadecuados o en la progresión de patologías graves.
- Errores quirúrgicos: incluyen operaciones mal ejecutadas, intervención en órganos incorrectos, olvido de material quirúrgico dentro del paciente, o complicaciones no informadas adecuadamente.
- Errores de medicación: administración de fármacos equivocados, dosis incorrectas, o ignorar alergias conocidas del paciente.
- Omisión de pruebas diagnósticas: no solicitar exámenes fundamentales que hubieran permitido detectar una enfermedad a tiempo.
- Falta de consentimiento informado: realizar procedimientos sin haber explicado previamente al paciente los riesgos, alternativas o posibles efectos secundarios.
- Altas médicas prematuras: dar de alta a un paciente en estado inestable, lo que puede poner en peligro su vida o agravar su condición.
La gravedad del error no solo se mide por la acción médica en sí, sino por sus consecuencias: pérdida de calidad de vida, secuelas físicas o psicológicas, o incluso el fallecimiento del paciente. Por eso, es crucial evaluar cada caso con el apoyo de un perito médico.
Además, existen errores organizativos o de gestión dentro del centro médico que también pueden derivar en responsabilidad, como fallos en la atención de urgencias, retrasos injustificados o errores en la coordinación entre servicios. En cualquier caso, el paciente tiene derecho a exigir una atención segura, informada y conforme a los protocolos establecidos.
Si se sospecha de haber sido víctima de alguno de estos errores, es importante actuar con rapidez, solicitar copia del historial médico y contactar con un abogado especializado en derecho sanitario. Solo así será posible iniciar un proceso legal con garantías y buscar la reparación del daño sufrido.
Preguntas Frecuentes
A continuación, respondemos algunas de las dudas más comunes que suelen surgir entre las personas que han sido víctimas de un posible error médico y desean saber si pueden denunciarlo por la vía penal. Estas respuestas ofrecen una orientación general, pero siempre se recomienda consultar con un profesional especializado en derecho sanitario para valorar cada caso concreto.
¿Es obligatorio contar con un abogado para denunciar un error médico?
Aunque no es obligatorio en la fase inicial de la denuncia ante el juzgado de guardia o la fiscalía, es altamente recomendable. Un abogado especializado en negligencias médicas puede ayudarte a reunir las pruebas, redactar correctamente la denuncia y representarte en el procedimiento penal para aumentar las posibilidades de éxito.
¿Qué diferencia hay entre denunciar por la vía penal o reclamar por la vía civil?
La vía penal busca una condena por delito, con posibles sanciones como prisión o inhabilitación del profesional sanitario. La vía civil, en cambio, se centra en obtener una indemnización económica por los daños sufridos. Ambas pueden ser compatibles, pero es importante evaluar qué opción es más adecuada según la gravedad del caso.
¿Qué pasa si el profesional médico trabaja en un hospital público?
En estos casos, además del médico, también puede exigirse responsabilidad patrimonial a la administración sanitaria. Es decir, el Estado o la comunidad autónoma podrían tener que indemnizar al paciente si se demuestra que el daño fue causado por una actuación médica negligente en un centro público.
¿Cuánto tarda en resolverse un procedimiento penal por error médico?
El tiempo puede variar según la complejidad del caso, la carga de trabajo de los juzgados y la necesidad de pruebas periciales. De media, un proceso penal por negligencia médica puede durar entre uno y tres años, incluyendo la instrucción, el juicio y una posible apelación.
¿Puedo denunciar si no hubo lesiones físicas pero sí daño psicológico?
Sí. El daño psicológico también puede ser objeto de denuncia si es consecuencia directa del error médico y está debidamente acreditado con informes periciales. El sufrimiento emocional, el estrés postraumático o la pérdida de calidad de vida también pueden ser indemnizables.
Estas preguntas frecuentes abordan situaciones habituales, pero cada caso es único. Por eso, la mejor decisión siempre será acudir a un abogado especializado en derecho sanitario que analice las circunstancias particulares de tu caso y te oriente sobre los pasos a seguir para obtener justicia.
Conclusión
Denunciar un error médico como delito es un proceso delicado, pero necesario cuando la actuación sanitaria ha causado un daño grave e injustificado al paciente. Como hemos analizado a lo largo de este artículo, no todos los errores médicos son constitutivos de delito, pero aquellos que se producen con imprudencia grave o dolo, y que derivan en lesiones relevantes o en la muerte, pueden y deben ser perseguidos penalmente.
La clave para avanzar con éxito en una denuncia penal reside en contar con pruebas sólidas, un asesoramiento legal especializado y un conocimiento claro de los pasos a seguir. Desde la recopilación del historial médico hasta la obtención de un informe pericial y la presentación formal de la denuncia, cada fase del procedimiento requiere rigor, estrategia y profesionalidad.
La justicia penal no solo castiga a los responsables, también tiene una función preventiva y reparadora. Permite a las víctimas obtener reconocimiento, protección y, en muchos casos, una indemnización justa por los daños sufridos.
Si bien iniciar una acción legal puede resultar intimidante, es importante recordar que el sistema jurídico ofrece herramientas eficaces para que los ciudadanos puedan defender sus derechos ante situaciones injustas en el ámbito sanitario. Cada vez son más los pacientes que se atreven a dar el paso, no solo para obtener reparación, sino también para contribuir a la mejora del sistema y evitar que otros sufran situaciones similares.
En definitiva, si consideras que has sido víctima de un error médico que ha cruzado la línea de lo penal, no lo dejes pasar. Infórmate, actúa y rodéate de profesionales capacitados que te acompañen en el proceso. El camino puede ser largo, pero la búsqueda de justicia siempre merece la pena.